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Conclusiones en el Aula Abierta Del Vino



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La palabra más utilizada durante la sesión que inauguró el Aula Abierta del Vino fue simplificar, así todos los ponentes la utilizaron. Desde la administración D. Ignacio Sánchez nos informaba que se está trabajando en la simplificación del etiquetado, ya que desde los distintos organismos se exige máxima información y ello puede confundir a los compradores. En la actualidad las etiquetas del vino contienen múltiples informaciones del producto, de su trazabilidad, textos legales, etc. Realmente hay que ser un entendido para saber algo del vino a través de su etiqueta.

Desde la opinión de Dª Elena Adell (Enóloga de Viña Alcorta) hay que preguntar a los consumidores qué esperan del vino, pues la preparación técnica de los profesionales enólogos les permitirá trabajar en aquello que deseen, si bien hay que trasladar adecuadamente estos deseos. En conclusión el mensaje es muy importante, pero también el mensajero. En la actualidad los consumidores buscan experiencias nuevas, desarrollos sensoriales acordes a la vida actual, productos que cumplan ese deseo de alcanzar la felicidad y el bienestar, pero, sin incumplir reglas o leyes.
D. Francisco Turiel (Grupo Osborne) planteó objetivamente lo complicado de un mercado con más de 5.000 bodegas, más de 10.000 marcas, más de 60 Denominaciones de Origen. Encontrar el vino que te guste es complicado, pues no se puede probar todos en un año (cada cosecha es diferente) y si lo encuentras, es probable que no se venda en demasiados sitios, por tanto también hay que simplificar la oferta. Respecto a la distribución también se revisó los datos que indican que España es uno de los pocos países que venden más en hostelería que en alimentación y ello confunde a las bodegas españolas que diseñan sus estrategias comerciales para el segmento de hostelería cuando en el exterior donde se vende es en la Alimentación.

D. Jonatan Armengol comunicador de varios medios especializados en gastronomía expuso su consideración de que el vino debe contarse de una forma simple, para evitar así que a los jóvenes no les avergüence iniciarse en el disfrute de la cultura del vino. Muchos futuros consumidores dudan con el vino porque no quieren parecer ignorantes y tras haber hablado con entendidos, después de haber leído a algunos periodistas siguen considerando demasiado complejo el lenguaje del vino, por lo que acaban demandando otra bebida en sustitución.

Los sumilleres también opinaron y D. Javier Gila (Sumiller del Hotel Ritz) nos comentaba anécdotas de cómo los clientes que entienden no tienen reparo en pedir el vino de diferentes formas, no viendo tanto problema en la complejidad de los vinos como en los precios de los restaurantes. Es una evidencia que los precios de muchos vinos en la hostelería son disuasorios y ya hay mucha gente que sólo pide vino cuando hay algo que celebrar, pues a los precios que están en las cartas es difícil consumirlos.

Ocurre también en los bares y cafeterías, donde sirven vinos a un euro, pero de calidades muy ajustadas, quizás cuando el vino no resulta agradable a un nuevo consumidor, éste en lugar de quejarse decide que el vino en general no es un producto que le guste y por tanto es probable que no vuelva a solicitarlo.

Finalmente D. Ernesto Gallud director del Aula, puso en entredicho las inversiones de marketing y publicidad que realiza el vino. Es evidentemente y necesaria una campaña general e institucional del vino, pero primero ¿deberían estar de acuerdo las D.O.?, ¿Quién la pagaría?.

La aplicación del marketing debe ser un paso a dar de inmediato, ya son demasiados siglos haciendo el vino que le gusta al bodeguero y no el que le gusta a los clientes, al menos a los nuevos clientes, pues es muy probable que la situación actual sea debida a que los clientes actuales del vino son los mismos que hace unos años y no se renuevan, de esta manera desciende el consumo según van faltando los consumidores tradicionales.

La cultura del vino se está perdiendo y hay que hacer algo para recuperarla, pero desde un punto de vista ágil y moderno, siempre pensando en los consumidores, los actuales y los futuros.

Debemos comunicar mejor las múltiples cosas positivas del vino, no es explicable que existan tantos programas de cocina y tan pocos en los que se hable de vino, sobre todo cuando ambas disciplinas están tan unidas.

Evidentemente estamos obligados a ver el vino desde otra perspectiva más actual y acorde con nuestros tiempos.
Con estas conclusiones el Aula Abierta del Vino comenzará a desarrollar proyectos encaminados a hacer públicas algunas necesidades de este mercado. El próximo encuentro será para tratar en profundidad LA INVESTIGACIÓN DE MERCADOS PARA NUEVOS CLIENTES. CÓMO COMUNICAR EL VINO A LOS JÓVENES (Empezando por el principio)

* Nota: El AULA ABIERTA DEL VINO es una actividad de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto de Empresa de Madrid, y su objetivo es mantener abierto un foro de debate y opinión respecto a un mercado en el que participan bastantes de los 30.000 antiguos alumnos del IE.

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