Como en España No Se Como en Ningún Otro Sitio

Por: Conchi de Miguel

Como ya sabéis, Montblanc ha cumplido este año su primer centenario. Desde 1992 lanza anualmente una línea de estilográficas de edición limitada homenajeando a un escritor de renombre internacional. Este año ha correspondido a Virginia Woolf. La cena-presentación de la colección tuvo lugar en el Palau de la Música de Barcelona, donde el chef Jean Luc Fiqueras elaboró un menú inspirado en la obra de la novelista.

Para celebrar los 100 años de la firma, el consejero delegado Hubert Wiese invitó a cenar en Barcelona a personas que han colaborado en los distintos proyectos de Montblanc y, entre ellos, se encontraban algunos de los mejores cocineros de nuestro país.

¿De dónde procede la relación de Montblanc con los cocineros?

Montblanc es una marca que genera emociones y, como la gastronomía, también va más allá del producto. Nosotros trabajamos con y para personas con feeling y carisma, que tiene un cariño adicional. Muchos de ellos son estos grandes profesionales de la cocina.

¿Con qué reloj Montblanc obsequiaría a un cocinero?

Depende. Si es una persona muy activa, deportista,... sería un deportivo-diario, de tántalo, con material muy fuerte y pesado, que se puede sumergir hasta casi dos kilómetros de profundidad. Si es más clásico, le regalaría un calendario perpetuo. Éste traspira modernidad a la vez que tradición. Importan mucho las cualidades de la persona porque vendemos emociones, no productos, y cada persona es un mundo distinto.

¿Qué regalo gastronómico le ha agradado más a usted?

Me quedo con el cariño que me ponen los profesionales de la cocina cuando colaboramos y la amistad. Esa sensibilidad que tienen y que comparten con tanta gente. Y ya si formas parte del proceso, colaborando con un libro por ejemplo, eso no es comparable a nada.

¿Qué reloj metería en la cocina, para controlar un guiso?

Uno reserva de marcha, de entre 40 y 45 horas de cuerda para cocciones. Si tiene historia el reloj, cualquiera te acompaña.

Usted viaja mucho, ¿dónde le gusta comer?

Me gusta mucho comer, me encanta, pero como en España no se come en ningún sitio. Aquí en un restaurante hay cariño, amor e intensidad en el trabajo y eso lo ves: Akelarre, Koldo Royo, Can Fabes, El Bulli... La mejor cocina en un lugar donde no te mimen no sabe a nada y al final quieres estar con quien te hace sentir en casa. Si viajas mucho y no te prestan esa atención que buscas al final prefieres quedarte en la habitación del hotel y cenar un sandwich. Es que hay sitios donde te irías a la cocina buscando compañía.

¿Cuál es su plato favorito?

Cualquier plato de chocolate. De hecho, cuando voy a comer siempre empiezo viendo la carta de postres.

¿Puede contarnos alguna anécdota gastronómica?

Una vez en el Colibrí, un restaurante de Barcelona, empecé por el postre y terminé repitiendo postre. Pedí como primer plato un coulant de chocolate, de segundo pescado, y para terminar otro coulant.