Crema de Rabanitos, Lentejas Naranjas, Hojas de Rabanito Y Crujiente de Avellanas

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El rosa, ese color que nació para dulcificarnos arranques de aldarullo que de vez en cuando nos asaltan, corre varios peligros. Uno de ellos es el de quedar relegado a los postres cuquis (de los cuales me declaro devota de comerlos, aunque no termino de apañarme a la hora de prepararlos)

Otro peligro es que, según parece, el rosa va a ser expulsado de la paleta de colores relacionadas con las mujeres

Y otro más: que nos parezca rarito porque, reconozcámoslo, es rarito. Ni que decir tiene que lo rarito suele entusiasmarme

Con todo ello dándome vueltas, y con la duda de ¿cómo aprovechar un manojo de rabanitos a tope?, me hallé en la cocina mirando, alternativamente, los rabanitos, y unas lentejas que pasaban por allí

Las lentejas eran bienvenidas, porque los rabanitos (parientes de los nabos) y similares, aun estando cocidos, suelen tener una textura un poco grumosa cuando los licuamos (excepto para los dioses y diosas que tienen una licuadora/robot/vaso americano de esos que te pulverizan hasta el pensamiento que no tuviste nunca, pero por el momento, yo tengo una túrmix y una batidora, estupenda, pero normalita), y como quería preservar el tono rosa, pensé que las lentejas naranjas sin piel podrían no desbaratar mucho el tema pictórico y, muy especialmente, no desbaratar el tema digestivo precisamente por la ausencia de piel

Como ya sabéis, me encantan las hojas comestibles, y las de rabanito tienen ese toque crujiente y ligeramente áspero tan bueno para complementar otros sabores más suaves

otras recetas de hojas comestibles en afuegolento.com

lentejas veganas, calabaza y hojas de rabanito

tallarines de arroz con hojas de colinabo, zanahoria y perejil horneadas (sin gluten)

Si soléis tener molestias digestivas, eliminad los tallos de las hojas, de cualquier hoja (acelgas, espinacas, rabanito), porque aunque la fibra es saludable, algunos sistemas digestivos más sensibles pueden reaccionar regular ante un concentrado de fibra como el de los tallos

Al final, la crema ha sido un éxito: una crema terciopelosa, suave, sabrosa. Gran contraste el astringente sabor de las hojas y las crujientes avellanas

notas y sustituciones

tema colorines

El mismo puré, sin zumo de limón, no necesita ningún añadido de remolacha: con el añadido de las pieles crudas en el último licuado es suficiente para darle un cierto tono rosa

Si queremos un tono rosa más contundente, podemos:

- Cocer los rabanitos en agua de haber cocido remolachas

- Quitar 1/4 del peso de los rabanitos, y añadir ese mismo peso, pero en remolacha pelada

- Añadir un poco de agua de hacer cocido remolachas en el licuado

- Añadir remolacha en polvo en el licuado

legumbres

En vez de lentejas naranjas sin piel, podemos utilizar cualquier otra legumbre sin piel (si queremos seguir con el tono rosa, no utilizar guisantes secos sin piel)

Me gusta remojar las legumbres, incluso cuando no tienen piel, pero si no os ha dado tiempo, no pasa nada porque las lentejas sin piel cuecen muy rápido, sólo necesitaréis un poquito más de agua para cocerlas

leche

He utilizado leche de almendras pero, por supuesto, se puede utilizar cualquier otro tipo de leche, o también, hacerlo sin leche y sólo añadir el caldo de haber cocido los rabanitos

En este caso, no utilizaría yogur para no añadir más acidez

hojas

Si, por lo que sea, no encontráis manojos de rabanito con todas sus hojas, o las hojas ya están amarillas, podemos utilizar como guarnición para esta crema las hojas de espinaca o acelga (aunque, en este caso concreto, mejor las de espinaca para seguir con ese toque astringente que buscamos)

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para la crema

175 g de rabanitos, pesados con piel pero sin hojas (las hojas las reservaremos aparte)

50 g de lentejas naranjas sin piel, remojadas una noche

175 g de agua

10 g zumo de limón

Las pieles de los rabanitos

Leche de almendras (o cualquier otro tipo de leche)

para la guarnición

las hojas del manojo de rabanitos (o de espinacas), limpias y sin tallos

para el crujiente

3 cs avellanas finamente molidas

1 cs pan rallado sin gluten (o normal)

1 cs fécula de maíz (maicena)

2 cs aceite de oliva

otros

sal

remolacha en polvo para dar color (opcional) (ver notas y sustituciones)

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para la crema

Escurrimos las lentejas y las pasamos bajo el grifo de agua fría. Reservamos

Pelamos los rabanitos y reservamos las pieles aparte

Troceamos los rabanitos y los ponemos en una cazuela junto con las lentejas. Añadimos agua justo que cubra, tapamos la cazuela y dejamos cocer durante unos 15-20 minutos, o hasta que las lentejas estén tiernas. Sacamos del fuego y dejamos enfriar un poco

Pasamos al vaso de la túrmix los rabanitos y las lentejas, junto con 4 cucharadas del agua de cocción. Licuamos y añadimos las pieles del rabanito. Licuamos un poco más y obtendremos un puré espeso y tosco, con textura grumosa. Si queremos un color rosa más fuerte, añadiremos la remolacha en polvo (o cualquiera de los sustitutos, ver Notas). Para conseguir una textura suave y lisa añadiremos, cucharada a cucharada, un poco de leche hasta obtener la densidad y textura que más nos guste

Rectificamos de sal y reservamos

para el crujiente

Mezclamos todos los ingredientes y los ponemos en una sartén sin aceite, a fuego muy muy suave, removiendo todo el rato hasta que todo esté dorado y fragante. Sacamos del fuego y reservamos

para la guarnición

En la misma sartén con un poco de aceite, y a fuego muy vivo, salteamos ligeramente las hojas de rabanito o de espinacas. Sacamos del fuego y reservamos

para servir

En el centro del plato ponemos un manojito de hojas de rabanito salteadas

Espolvoreamos por encima el crujiente de avellanas

Terminamos sirviendo alrededor la crema de rabanitos

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