Con el café, como con casi todo, la clave está en la cantidad. Los beneficios de algunas de sus sustancias, por ejemplo, en el rendimiento cognitivo y la capacidad de atención se convierten en efectos adversos cuando nos pasamos con la dosis.
Y aunque cada organismo tiene el límite en un punto, ya que el ritmo de metabolización no es igual en todos los individuos, hay unos estándares en cuanto a lo que se pueden considerar dosis adecuadas de cafeína: menos de 200 mg (uno o dos tazas) se considera una dosis baja; entre 200 y 400 mg (entre dos y cuatro tazas) se considera una dosis moderada; y más de 400 mg (más de cuatro tazas), una dosis elevada.
Albert AdriàRedes sociales: https://www.instagram.com/enigma_albertadria/ https://www.instagram.com/albertadriaprojects/ 3 recetas publicadas |