¿Mi placer inconfesable? Algo de comida casera. Una pareja de amigos que está regresada de viaje a Madagascar contó cosas maravillosas sobre la frescura de los platos a los cuales tuvieron derecho durante su paso por esta isla. Eso fue todo lo que se necesitó para que tomara un descanso (lo necesito de hecho), preparaba mis equipajes y me fuera para este destino exótico.
Tenía siempre debilidad por las puestas del sol, y, durante mi estancia en el oeste, en Majunga, estaba servida. Bien instalada en la playa para apreciar este delicioso momento, mi aperitivo fue todo particular. Para acompañar la hilera de ron, tomé unas brochetas de cebú. Me dicen entonces que su gusto está relevado con una preparación a base de papaya vinagreta. Unos pedazos de mandioca completan estas tapas a la manera malgache. Viajes Madagascar da más informaciones sobre los viajes gastronómicas en Gran Isla.
Calamar, pescados a la parilla, gambas y camarones, mi estancia en el sur me permitió probar mariscos que pasan prácticamente del océano a mi plato. Esta frescura les confiere un gusto particular, y pude comerlo hasta la saciedad, pero siempre con el mismo placer.
Para mi primer desayuno en la Gran Isla, pedí que me sirviera preparaciones puramente locales. Ni hablar de comer una barra o croissants. Probé pequeñas donas redondas, un poco como un panqueque en miniatura. Con la misma forma, unos eran azucarados, otros salados, otros una mezcla de ambos, en breve algo muy particular. Otras donas eran más cercana de donut en cuanto a la forma, pero para el gusto, no había nada de comparable. Me sirvieron también un tipo de risotto enriquecido con verdura y carne picada con una pisca de sal. El camarero me precisa que este plato se come con la salchicha o carne ahumada, una verdadera aventura gastronómica.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |