El Club Millesime y Cruzcampo Gran Reserva, dos nombres de excelencia en el sector de la gastronomía, se han unido para crear un proyecto que aporte nuevos nombres y consolide aún más el prestigio de la cocina española a nivel nacional e internacional. La iniciativa cobra forma bajo el Premio Chef Millesime, cuya primera edición se celebró la semana pasada en Madrid.
Los aspirantes, en su mayoría cocineros consolidados con estrella Michelín y dos soles Repsol, fueron previamente seleccionados por su alto nivel en sus respectivas ciudades, y que aun representando la mejor cantera para la cocina, no gozan sin embargo de la suficiente repercusión fuera del sector especializado. Un jurado de periodistas gastronómicos seleccionó, a su juicio, los cinco chefs de mayor proyección en el concurso que se celebró en Madrid en dos escenarios.
En el primero, el hotel Villa Real, los jóvenes cocineros elaboraron, en un espectacular show cooking, un aperitivo-almuerzo compuesto por tres tapas con el que demostraron tener una gran preparación. En la segunda parte de la prueba, en el hotel Urban, presentaron una degustación-cena de doce platos. El nombre más repetido entre las listas del jurado fue el Marcos Morán, de Casa Gerardo (Prendes, Asturias), cuyas declaraciones leemos a continuación.
El resto de los participantes fueron:
Jesús Ramiro Flores (Ramiros, Valladolid), Eneko Atxa (Azurmendi, Bilbao), Alejandro Sánchez (Alejandro, Almería), Julio Fernández Quintero (Abantal, Sevilla), Daviz Yarnoz (El Molino de Urdániz, Navarra) y José Carlos García (Café de París, Málaga), Ricard Camarena (Arrop, Valencia), Xosé Torres (Pepe Vieira, Pontevedra), Pablo González-Conejero (La Cabaña, Murcia), los hermanos Sergio y Javier Torres (Dos Cielos, Barcelona) y Fernando del Cerro (Casa José, Aranjuez).
En las propuestas realizadas hubo un denominador común, las materias primas y recetas tradicionales con un giro actual. Por ejemplo, Marcos Morán elaboró unas tapas que rendían homenaje a tres productos de Asturias, su tierra: la anchoa, la manzana y el queso.
La trayectoria del cocinero más prometedor
Hasta los 18 años Marcos Morán miraba la cocina como un mero espectador. Tras dos cursos matriculado en la carrera de periodismo, se dio cuenta de que lo suyo no era contar historias y su vida dio un giro: se puso en manos de su padre en la casa familiar. Fue entonces cuando "la droga de la cocina entró en sus venas, y le ha acompañado hasta ahora", explica Marcos, con 30 años recién cumplidos.
Tras su breve experiencia universitaria, se matriculó en la Escuela de Hostelería de Gijón y llevó a cabo stages en reconocidos restaurantes de la geografía española (Cal Isidre, Fagollaga, Arzak, Las Rejas, el Poblet, Zuberoa, El Bulli..), aunque intercalándolo siempre con estancias prolongadas en su casa, para no perder contacto con el restaurante ni la realidad gastronómica asturiana. "Mi paso por todos estos sitios me ha permitido completar con creces la formación que mi abuela y mis padres me inculcaban en el restaurante de Prendes".
De su padre, Pedro Morán, dice haberlo aprendido todo, tanto en lo personal como en lo profesional: "su garra, su tesón, su don de gentes y, sobre todo, una educación gastronómica orientada al culto del producto autóctono de su tierra, Asturias". La clave de su éxito es un rigor absoluto en todo lo que hace: filtrar mucho, cocinar, probar, tirar? y volver a hacer. Así, sucesivamente? Muy crítico consigo mismo para que los resultados sean los deseados, es decir, los mejores.
Este aprendizaje mutuo de padre e hijo hace que la gente que come en Casa Gerardo (con una estrella Michelín y 3 Soles Repsol) no sepa quién le da de comer, si Pedro o Marcos. En este enclave familiar "ha cocinado, cocina y cocinará siempre la Familia Morán. A pesar de los cambios generacionales de forma, el fondo sigue siendo el mismo: la verdad en la cocina y el amor por los fogones", comenta rotundo Marcos.
Indudablemente, ser el hijo de quien es le ha abierto muchas puertas, pero el respeto del comensal y de los colegas se lo ha ganado él sólo a pulso, con mucha dedicación y esfuerzo. "He tenido la tremenda suerte de ser hijo de uno de los rockeros de la gastronomía española, pero una vez en la platea la fabes te las cocinas tú solo".
Afirma que la cocina española vive un momento histórico y que lo que determinará su futuro será la unión incondicional de los jóvenes cocineros que tomarán el relevo de los más grandes. "Contamos con una cantera nutrida que cuenta con el apoyo incondicional de los maestros que han llevado nuestra cocina al puesto en el que está. Nada ni nadie podrá con este equipo".
Resultar ganador del premio Chef Millesime ha sido para él toda una sorpresa. Marcos considera que todos sus compañeros finalistas son "ganadores" y que merecen un gran reconocimiento por su trabajo. Aunque no ha podido ocultar su satisfacción al conocer el fallo del jurado: "me hace tremendamente feliz, pues el concepto Millesime me parece algo fundamental para la expansión internacional de la gastronomía española".
Su principal objetivo es disfrutar con su trabajo, tener una vida plena ligada al negocio familiar y devolver a sus padres el apoyo incondicional que le han dado. La lucha por mantener lo más arriba posible la cocina asturiana es un estandarte por el que trabaja duro cada día.
Cuando le preguntan cómo sobrevive nuestra cocina en tiempos como los que corren, Marcos se muestra rotundo: "La psicosis colectiva de la crisis nos ha llevado a renegar de todo, la cocina de vanguardia incluida. Pero no hay que ser escéptico, la cocina española tiene cuerda para rato".
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr