Tras la mañana del desengaño Carmen decidió no volver a cocinar más en toda la promesa de su joven vida.
Había conocido y consagrado la cocina por un amor, y no correría más riesgos en cuestiones sentimentales, ni dedicaría más labor en química de pucheros. Su vida se volvió más ordenada y productiva: comidas siempre puntuales y demasiado previsivas en el comedor universitario, cineclub los miércoles, y buenas notas a final de trimestre.
Una sola cosa inquietaba a Carmen, y no eran los comentarios malintencionados de sus amigas, que buscaban cualquier ocasión forzada por nombrar a Manel, objeto de su desdicha, ni los arriesgados avances de sus compañeros más conquistadores. Lo que verdaderamente sacaba de sus casillas a Carmen es que allí donde iba o donde estaba le venía el recuerdo de la cocina y sus pasadas dedicaciones a sus queridos platos. Si volvía a casa en autobús, enfrente, seguro, una señora comenta a otra una receta rápida, fácil, barata y nutritiva que le encanta a su Adolfito.
En la consulta del doctor pilla una revista por timidez, y se abre por la sección culinaria que antes coleccionaba. Del atlas de anatomía se desprende, sorpresivamente, el apunte de una quiche vegetal tomado a mano. Aquel pastel, en concreto, le hubiera encantado hacerlo para Manel. Lo tenía proyectado, lo recordaba. Y, aunque le pareciera incomprensible, tanto le dolía la pérdida de dedicación amorosa como la de la cocina. No pudo evitar recoger el apunte y repasar, mental y gustativamente, la receta.
Quiche de patata y verdura Patatas hervidas Harina tamizada Sal, pimienta Mantequilla Berenjena Cebolla Ajo Queso enmental rallado
Mezclamos las patatas sin piel con la harina en proporción de mitad y mitad, procurando que quede bien deshecha la patatal. Añadimos un tercio del peso de la masa de mantequilla, salpimentamos y amasamos bien. Dejamos la masa reposar un mínimo de media hora.
Mientras, sofreímos la cebolla hasta que quede bien hecha. Pelamos las berenjenas y las pochamos con un par de dientes de ajo y una pizca de romero opcional.
Sacamos la masa y la extendemos en un molde aceiteado. Ponemos una capa de cebolla y otra de berenjena, bien escurridas de aceite, y acabamos con un poco de queso rallado.
Horneamos a 180º hasta que quede crujiente la masa y gratinado el queso.
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr