Los Vinos de la Tierra Valles de Sadacia se presentaron el pasado mes en Barcelona en una espectacular terraza de la Casa Fuster. Fue una cita donde los chefs y sumilleres más reputados de la Ciudad Condal pudieron degustar los originales y aromáticos vinos de las bodegas Castillo de Maetierra y Ontañón, que se maridaron con platos típicamente mediterráneos.
El evento, al que asisitieron más de 150 profesionales de la restauración, tuvo como maestro de ceremonias al Presidente de la Asociación de Sumilleres de Barcelona, Josep Baeta, quien guió la cata de los vinos presentados, entre los cuales se podía encontrar Libalis, de la bodega Castillo de Maetierra, un vino moderno, complejo, con un aroma profundo y elegante, así como Marco Fabio de la Bodega Ontañón, un moscatel de complejidad aromática, con una gran riqueza de notas florales y frutales.
Ambos vinos se maridaron con exquisiteces gastronómicas como un ?Turrón de foie y praliné? o ?Alcachofa con anguila ahumada?.
La nobleza blanca
La indicación geográfica Vino de la Tierra Valles de Sadacia reivindica la nobleza de los vinos blancos elaborados a base de uvas Moscatel, tanto de Grano Menudo como de Alejandría; unos vinos de alta gama con un excelente nivel de calidad y gran prestigio en los mercados.
A lo largo de una historia milenaria, el espacio geográfico de La Rioja, con el valle del Ebro y los valles de sus afluentes como escenario, ha adquirido una gran tradición vitivinícola. En el año 2003, las bodegas Castillo de Maetierra y Ontañón, de la mano del Gobierno autonómico, crearon el Vino de la Tierra Valles de Sadacia, una indicación que ampara vinos blancos de élite elaborados a partir de una aportación mayoritaria de uva Moscatel, variedad blanca tradicional de la región.
El resto de variedades permitidas son las autorizadas en estos momentos para La Rioja: Viura, Garnacha Blanca y Malvasía, las autóctonas minoritarias Maturana blanca, Turruntés, el Tempranillo blanco, una mutación natural de la variedad tinta punta de lanza de los tintos de esta región y las foráneas Chardonnay, Sauvignon blanc, Verdejo Riesling y Gewuztraminer.
frutal y aromático de todas ellas y sus posibilidades de adaptación a las condiciones geoclimáticas de la zona otorgan a Valles de Sadacia un potencial ilimitado para lograr vinos blancos de calidad excepcional, elaborados según un reglamento muy riguroso.
Intensidad aromática
La intensidad aromática es el gran rasgo distintivo de los vinos de los Valles de Sadacia. La profundidad de sus notas frutales se conjuga con el frescor de los aromas a flores del campo. En cuanto al gusto, los vinos son apreciados por su elegante paso por boca, de gran finura y persistencia. Según su elaboración, los blancos de los Valles de Sadacia se encuadran en diversas tipologías vínicas.
SECOS Son vinos de ente 11 y 13 grados alcohólicos, en los cuales la fermentación se desarrolla de forma completa. Se caracterizan por su profundo aroma muy rico en matices: mil flores, cítricos, frutas tropicales, heno, tostados, miel y, por supuesto, la singular nota a uva Moscatel, base fundamental de estos vinos. Resultan ideales para acompañar verduras, pescados y numerosas propuestas de cocina contemporánea de autor.
SEMISECOS Y SEMIDULCES En estos blancos la fermentación se detiene en su tramo final. El vino queda así con azúcares propios que confieren una característica ligeramente dulce y afrutada. Son perfectos como aperitivo y maridan muy bien con preparaciones culinarias de autor.
DULCES Su vendimia es tardía, lo que significa que se lleva a cabo cuando las uvas se encuentran en un estado de sobremaduración. La fermentación se detiene de forma natural, lo que da al vino azúcares propios de la uva. Los blancos dulces de los Valles de Sadacia se caracterizan por su armonioso equilibrio entre dulzor y frescura. Son excelentes acompañantes de foies, e ideales como vinos de postre o sobremesa.
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
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Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr