Natalia Llopis Benito
Hace tan sólo unos días que fue Nochebuena y al día siguiente la gran comida de Navidad, y no queda a penas nada para el gran banquete que despedirá el año y la consiguiente comida que lo recibe al día siguiente. Pero esto no es todo, luego vienen los reyes, y con ellos el roscón y el carbón dulce. Está claro que nosotros celebramos comiendo, pero ¿cómo podemos hacer para no acabar hinchados tras las vacaciones?
Los trucos son sencillos, debemos llevar una alimentación baja en grasas y rica en verdura, fruta y líquido, ya que éstos son desintoxicantes. A penas hay unos días entre comida y comida, por lo que debes aprovecharlos para realizar “días depurativos” y así equilibrar la balanza de los “pecados” que hemos cometido.
Para ello los nutricionistas recomiendan que aumentes la ingesta de líquidos en cualquier forma, tomando unos dos litros diarios repartidos entre las comidas y el tiempo que hay entre medias. Si eres de las personas a las que les cuesta tomarse un vaso de agua así porque sí búscate trucos, por ejemplo, prepara un gran caldo de verduras depurativo, que lleve apio, pollo, una punta de jamón, zanahoria, acelgas… y cualquier verdurita que tengas por casa. Cuécelo a fuego lento durante un par de horas y añádele una pizquita de sal. Déjalo enfriar y verás como se forma una capita de grasa en la superficie, retírala con una cuchara y guarda el caldo en la nevera o congélalo, de forma que lo tengas disponible durante toda la semana. Tómate un cuenquito de caldo antes de las comidas o de alguna cena, o incluso entre horas para entrar en calor; te saciará, de forma que no comerás tanto y además el jugo de las verduras hará un efecto depurativo.
En las comidas aprovecha para tomar unas verduras por ejemplo, en forma de ensalada: prepara una ensalada de escarola (no retiene líquidos, como sí lo hace la lechuga), un tomate rallado y un poquito de pimienta, sal, y una cucharada de aceite. Tan simple como deliciosa. Si prefieres las verduras cocinadas, hazlas al vapor o simplemente a la plancha (calabacines, setas, espárragos –muy recomendables-, cebolla, y un largo etcétera).
Completa los platos con algo de carne magra, como pollo o pavo, cocinado al horno con limón y ajo, o a la plancha; o con un pescado blanco –merluza, pescadilla- cocinado de la misma manera.
De postre, toma algo de fruta, especialmente piña, ya que es muy depurativa y el sabor dulce te ayudará a cubrir la necesidad de azúcar. Compleméntalo con una tisana con manzanilla, un poleo, un té, o cualquier infusión para completar la ingesta de líquidos, eso ya lo dejamos a tu elección.
Entre horas toma siempre fruta, y una infusión. Elimina el pan, las carnes grasas (cordero y cerdo), las bebidas gaseosas y alcohólicas y los azúcares de tu dieta durante estos días, y limita la ingesta de hidratos, sal y aceite.
Con estos trucos tan sencillos podrás disfrutar de las navidades sin sentirte hinchado, ni culpable, por lo que en cuanto veas el jamón y los langostinos en la mesa… ¡ataca sin piedad!