Las mejores recetas de ramen fácilmente explicadas, paso a paso. En Ramen Forever, Tim Anderson nos enseña a preparar deliciosos boles, centrándonos en sus cinco elementos básicos: caldo, condimentos, aceites aromáticos y grasas, fideos y acompañamientos. Podemos mezclarlos y escogerlos a nuestro gusto, o podemos seguir al pie de la letra las recetas del libro como el Miso Ramen o el Tsukemen, recetas de pizza con ramen, pollo al piri piri con ramen o hasta un desayuno con ramen, y mucho más. Repleto de consejos y técnicas aprendidas tras más de una década dedicada a la preparación de ramen de manera profesional, Tim Anderson vierte todo su conocimiento en esta maravillosa obra para demostrarnos que todos podemos cumplir nuestros sueños de triunfar cocinando el mejor ramen del mundo.
Tim Anderson es el propietario del restaurante de cocina casera japonesa Nanban, en Londres, y autor
de Vegan JapanEasy, Tokyo Stories y Nanban. Ha estudiado cocina japonesa durante dos décadas y vivió
de joven en la prefectura de Fukuoka durante dos años, lo que le permitió sumergirse en la variadísima
cultura astronómica local de Japón.
¿QUÉ ES EL RAMEN?
Definir el ramen es complicado. Existen tantos tipos y acumula tantas capas de cultura e historia
detrás, que a veces no sé por dónde empezar a explicarlo. Asi que comenzare por el principio, por la
era Meiji.
Hacia 1890 empezaron a aparecer los primeros platos parecidos al ramen en los restaurantes chinos
de Japon. Pero... .es ese realmente su origen? Quizá sería más apropiado remontarse a China, donde
nació el protoramen, o incluso a Mongolia, donde se utilizó por primera vez agua alcalina para hacer
masa de fideos. Y puede que no podamos hablar del ramen sin hablar de los fideos japoneses
anteriores al él, como los soba, los sōmen y los udon.
O tal vez nuestra historia comience, en realidad, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el
trigo estadounidense y los productos cárnicos y extranjeros se hicieron un hueco en Japon y
prepararon el terreno al ramen, que se convirtió rápidamente en uno de los platos estrella más
apreciados del país. Y asi llego el ramen instantáneo, un invento del empresario japonés de origen
taiwanes Momofuku Andō en 1958, que lo trasladó de los restaurantes especializados y los puestos
callejeros a las cocinas domésticas y consolidó asi su estatus como uno de los platos más económicos,
divertidos y queridos dentro y fuera de Japon.
La historia del ramen está repleta de vericuetos y yo, la verdad, no estoy preparado para explicarlos.
Si quieres saber mas sobre los fascinantes detalles de la historia del ramen, te recomiendo que leas
Slurp! A Social and Culinary History of Ramen, de Barak Kushner, y The Untold History of Ramen, de
George Solt. Ambos autores han realizado una investigación exhaustiva sobre los orígenes del ramen
y sobre cómo se ha convertido en el gigante gastrocultural que es hoy en día.
Un resumen básico de la historia del ramen nos servirá, de todas maneras, para comprender por qué
es tan especial. Tal como lo conocemos en la actualidad, es increíblemente variado, por lo que casi es
más correcto considerarlo una categoría de platos, como la pasta, que uno solo. Esto se debe, en
parte, a la forma en que surgió: no como una entidad, sino como varias. Sus orígenes no se encuentran
en un único plato chino, sino en varias sopas de fideos que aparecieron en Japon más o menos al
mismo tiempo. Se trata de una elaboración descentralizada y heterogénea, sin un modelo histórico o
una versión escrita que pueda considerarse como “el” ramen, sin un ideal platónico.
Cuenta con múltiples progenitores y sus tradiciones, más que
lineales, son difusas y en forma de red. Para entenderlo, debemos
aceptar su diversidad galáctica de formas, sabores y geografías.
El sociologo Koichi Iwabuchi, en Recentering Globalization, habla de
“olor cultural”, es decir, de la identidad cultural de las cosas, que
viene determinada por sus características contextuales y son, a
menudo, intangibles. En sus comienzos, el “olor” del ramen era
claramente chino; de hecho, muchas veces se lo llamaba (y de vez
en cuando se sigue llamando asi), el “soba chino”. Pero la historia
de Japon está plagada de adopciones y adaptaciones, y en
cuestiones gastronómicas, los cocineros (y comensales) japoneses
están muy por encima de las restricciones de la tradición, por lo que
la creatividad, la novedad y la variedad suelen tener cabida en sus
cocinas con facilidad. Los cocineros japoneses acogieron el ramen
y lo hicieron suyo.
Tomando prestado otro termino de Iwabuchi, el ramen es “glocal”:
procede del extranjero y llega a través del intercambio
internacional, pero se prepara con ingredientes nacionales según
los gustos de los clientes y las innovaciones de las personas que lo
elaboran.
Para mí, lo más sorprendente es su carácter local. Por dondequiera
que vayas —tanto en Japon como en el resto del mundo—
encontraras innumerables variantes. No existen límites. El talento
creativo y el desprecio generalizado por las fronteras culinarias
son sus señas de identidad, y lo que lo hace tan divertido y
fascinante. Mientras se respeten unas reglas básicas y este bueno,
casi todo vale.
Su complejidad y adaptabilidad le confieren un sorprendente
dinamismo y una enorme popularidad, convirtiéndolo en un firme
aspirante al título de plato nacional en Japón. Pero ¿en qué consiste exactamente? En realidad, la
respuesta es sencilla: una sopa de fideos de trigo alcalinos acompañada de diversos ingredientes. Sin
embargo, no es suficiente, ya que no explica que lo hace tan especial. Creo que, para entenderlo,
debemos preguntarnos en que consiste un buen ramen.
MANIFIESTO DEL RAMEN
ラーメンマニフェスト
RĀMEN MANIFESUTO
EL RAMEN SE DEBE
SORBER
Un buen ramen se come haciendo ruido. Aunque
deberíamos poder disfrutar de cada ingrediente por
separado, se toma como un todo, a la vez. Cuando
aspires los fideos, debes coger algo del caldo y, si
puedes, parte de los ingredientes. No hay «estrellas».
Cada pieza forma parte de un todo que funciona me-
jor en conjunto, por eso decía que se debe sorber.
Y ahí entras tú en escena. ¡A sorber! Comerlo con
delicadeza o en silencio es una ofensa.
2
EL RAMEN ES UNA
MUESTRA DE AMOR
(O NO SERÁ)
¿Quieres comer un buen ramen? Pues alguien
tendrá que prepararlo. Su elaboración es minuciosa.
Requiere paciencia, atención y una buena dosis
de habilidad. Una de las cosas más increíbles
y fascinantes del ramen es ver cómo los chefs
pasan años aprendiendo el oficio y días y días
preparándolo, para luego venderlo por menos de
diez euros el bol y comerlo en cuestión de minutos.
Así que agradéceles su infravalorado trabajo, incluso
si ese chef eres tú mismo.
Por supuesto, a veces, cuando lo único que
necesites es algo templado, caldoso y con fideos
que llevarte al estómago, puedes recurrir al ramen
instantáneo. Incluso el más básico, barato y rápido
sigue siendo maravilloso.
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3
EL RAMEN ES HUMILDE
(O NO SERÁ)
Un buen ramen no es pretencioso. Se elabora con
productos sencillos y baratos, que se preparan
durante horas, y se sirve sin mucho aparato. El
movimiento kodawari, en el que los chefs de ramen
se obsesionan con la calidad de los ingredientes y
los detalles más sutiles, va en contra de su verdadero
espíritu. ¡he dicho!
O, bueno, quizá no. Me encanta el ramen. Me hace
pensar en una especie de alquimia en la que se
forja oro a partir de agua, huesos y trigo. Incluso
si alteramos las proporciones, puede resultar
delicioso. Dicho esto, no cabe duda de que, si se
utilizan ingredientes de calidad y se presta atención
a los detalles, aunque resultemos un poco frikis
y autocomplacientes, el resultado será, en teoría,
mejor. En cualquier caso, se debe servir siempre
con gracia y modestia.
(En privado, por supuesto, puedes darte una
palmadita en la espalda si te sale estupendo.
Te lo has ganado [véase el punto 2].)
4
EL RAMEN PERFECTO
ES AMIGO DEL BUENO
En general, suscribo el dicho de Voltaire: «Lo per-
fecto es enemigo de lo bueno», pero en el caso del
ramen, no es cierto. La búsqueda de la perfección,
por insensata e inútil que sea, nos llevará inevita-
blemente a un producto mejorado y a comprender
mejor nuestro oficio. Así que, si tienes en mente un
bol «perfecto», intenta hacerlo.
Puede que no lo consigas. Yo nunca lo he hecho.
Pero me supero cada día. Cuanto más falles, más
cerca estarás de hacer realidad tus sueños de
ramen.
5
EL RAMEN LO ES TODO Y
TODO ES (O PUEDE SERLO)
Todo puede transformarse en ramen, siempre que
lleve fideos de trigo alcalinos y caldo.
Yo iría un paso más allá y diría: todo debería
poder convertirse en ramen. Hoy en día es fácil
encontrarse, tanto dentro como fuera de Japón,
muchos platos de fusión absurdos. Creo que
se debe a la idea de que, como el ramen es el
alimento más completo y perfecto que existe,
otros alimentos mejorarían si pudieran serlo.
Sin embargo, que todo pueda serlo no significa
que todo lo sea. A menudo se confunden ciertas
elaboraciones con el ramen, pero no lo son y nunca
podrán serlo. Me explico:
¿QUÉ NO ES UN RAMEN?
Para algunos, un ramen es casi cualquier plato de
fideos largos con caldo, pero hay al menos dos
casos evidentes en los que no es así:
1. 2. Si no lleva fideos ramen. Los ramen son un tipo
específico de fideos elaborados con harina de
trigo y unas sales alcalinas llamadas kansui
(véase pág. 67). Los udon, los soba y los sōmen,
por ejemplo, no son iguales. Los fideos de
arroz, por supuesto, tampoco. Ni los de huevo
(a menos que también lleven kansui). Está claro,
¿no? Sin kansui, no hay ramen.
Si un plato parecido al ramen, se llama de otra
manera. Es el caso, por ejemplo, de las sopas
de fideos chinas, que se ajustan a los criterios
más básicos del ramen (fideos alcalinos con
caldo), pero reciben otros nombres y suelen ser
anteriores. No conozco lo suficiente la cocina
china como para ofrecer muchos ejemplos
concretos, sin embargo, uno que me viene a
la mente es la sopa de fideos wonton. Aunque
estos fideos son básicamente como los ramen,
llamarlos así equivaldría, en mi opinión, a un
reduccionismo y borrado cultural inaceptables
(véase también: sushi vs. gimbap).
Aparte de eso: todo vale. ¿Lleva caldo? ¿Lleva fideos
con un pH superior a 7? ¿Qué es?
¡Ramen!
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SALTEADO DE CARNE PICADA CON VERDURAS
El ramen de miso al estilo de Sapporo se suele cubrir con un salteado de carne de cerdo picada y
verduras, normalmente brotes de soja, col y cebolla, pero también zanahorias, pimientos rojos y
kikurage. El champon, de Nagasaki, también lleva un salteado similar, pero con una cantidad
generosa de pasteles de marisco y de pescado en lugar de la carne picada de cerdo, más económica.
En el Sapporo, al salteado se le suele dar un hervor rápido en la sopa y el tare para sazonar y
ablandar las verduras y darle al caldo un toque fresco y dulce.
Suficiente para 4 boles
1 c. s. de manteca de cerdo o aceite
vegetal
. cebolla cortada en rodajas finas
100 g de carne picada (la típica es de
cerdo, pero la de pollo, pavo o vegana
también sirven)
1/4 de col picuda o repollo
descorazonada y picada en trozos
gruesos
. zanahoria pequeña cortada en tiras
de unos 3 mm de grosor
un punado generoso de brotes
de soja
unos cuantos tirabeques
1/4 de pimiento rojo cortado en rodajas
finas
una pizca pequeña de sal y/o GMS
(opcional)
1 c. c. de aceite de sésamo o del
aceite aromático que prefieras
Ten todas las verduras preparadas y listas, porque su cocción ira muy rápida. En un wok o una sartén,
calentamos la manteca o el aceite a fuego vivo y añadimos la cebolla y la carne picada. Lo salteamos
durante un par de minutos, agregamos la col y la zanahoria y lo seguimos salteando 2-3 minutos
hasta que todo se ablande, pero siga crujiente. Echamos los brotes de soja y los tirabeques y lo
seguimos salteando otros 2-3 minutos. Sazonamos con la pimienta y la sal y/o el glutamato
monosódico (úsalo con moderación, o no lo uses, si vas a hervir la mezcla en una sopa sazonada). Lo
salteamos unos 2 minutos más, lo retiramos del fuego y vertemos el aceite de sésamo o aromático. Si
queremos, justo antes de cocer los fideos y emplatar el ramen, podemos añadir el caldo y el tare y
llevarlo a ebullición.
RAMEN DE TONKOTSU CON AJO
Este es el ramen que pediría si estuviera en el corredor de la muerte, el que me engancho al ramen y
me hizo volver miles de veces de joven. Para acentuar y perfumar el sabor a cerdo del caldo, se puede
optar por aceite de ajo quemado y chips de ajo frito. Esta combinación de tonkotsu y ajo tostado con
fideos finos y duros y kikurage es muy típica del ramen de Kumamoto, el que yo querría comer antes
de morir. Un bol de este ramen y unos cuantos whiskies y estaría listo para el viaje.
CALDO
Tonkotsu
TARE
Cualquier shio
Hibrido shōyu-shio
FIDEOS
Duros y finos
ACEITE
Māyu negro
ACOMPANAMIENTOS
Ajo frito
Chāshū de panceta
de cerdo ≪asada≫
Kikurage
Cebolletas
OPCIONAL
Beni shōga
Hojas de mostaza en
escabeche picantes
Semillas de sesamo
'Nduja
Nikumiso (picante)
Col
Huevos ajitama
La mayoría de los ramen se cocinan y se montan de la misma manera: ponemos el tare en el bol,
cocemos los fideos, vertemos el caldo en el bol mientras se cuecen los fideos, los escurrimos, los
echamos con cuidado en el caldo, los removemos y añadimos los acompañamientos. El aceite se
puede agregar al principio o al final, según cómo queramos que quede y se mezcle con el resto de la
sopa. Sin embargo, hay algunos que no siguen estas pautas; lo he indicado en las recetas individuales
y he explicado el método.
Si vas a servir a otras personas, lo mejor es que se sienten en la mesa antes de echar los fideos para
asegurarte de que es hecho y comido. Y luego te toca a ti. Prepara tu bol como a ti te gusta.
Exactamente. Y tómate tu tiempo para disfrutar de su aspecto y de su olor. Hazle una foto y ¡al
ataque! Relájate, sorbe, repite. Gochisō sama deshita y otsukare sama deshita. ¡Lo has conseguido! ¡Y
te lo has ganado!
ENSALADA CÉSAR DE RAMEN CON POLLO
Las ensaladas Cesar de pollo son a menudo denostadas por los insufribles gastrónomos con el
argumento de que el pollo no tiene cabida en una ensalada Cesar, como si fueran tan perfectas e
inmaculadas que introducir un trozo de pollo fuera un acto de vandalismo. Dicho esto, voy a ir un
paso más allá y añadirle fideos, porque ¿sabes qué? Todo está mejor con fideos.
Para 2 raciones
Picatostes
4 rebanadas de pan de 1 cm de grosor
1 c. s. de aceite de oliva
1/2 diente de ajo
sal marina, la necesaria
Alino
1 yema de huevo
1/2 diente de ajo pequeno rallado fino
20 g de miso
10 g de parmesano rallado fino,
y un poco mas para decorar
1/2 c. c. de katsuo dashi en polvo
1/2 c. c. de mostaza inglesa
una vuelta o dos de pimienta
el zumo de . limon
1/2 c. c. de aceite de sesamo
1 c. s. de aceite de oliva
100 ml de aceite vegetal
Ensalada
2 raciones de fideos cocidos
y enfriados con agua fria
1 pechuga de pollo cocida y
desmenuzada (el Pollo shiokōji
funciona bien en este caso [pag. 119])
1 lechuga romana picada
una pizca generosa de semillas
de sesamo
unos granos de pimienta negra
un punado de cebollino cortado
en rodajas finas
Para los picatostes, precalentamos un horno de
convección a 180 °C. Untamos cada rebanada de pan
con aceite de oliva, las frotamos con el ajo y
sazonamos con un poco de sal marina. Las tostamos
directamente en la rejilla del horno durante unos 15
minutos hasta que se sequen. Las retiramos del
horno, las dejamos enfriar y las partimos en trozos
pequeños.
Para preparar el aliño, batimos la yema de huevo, el
ajo, el miso, el parmesano, el dashi en polvo, la
mostaza, la pimienta y el zumo de limón en un bol
muy grande (en el que mezclaremos toda la
ensalada). Ponemos los aceites en una jarra y
vertemos despacio el aceite en la mezcla de yemas
de huevo, batiéndola constantemente para
emulsionarla, hasta que todo el aceite se haya
incorporado y tengamos un aliño espeso y cremoso.
Añadimos los fideos, el pollo y la lechuga y
removemos bien. Lo servimos en boles anchos y
bajos, adornados con los picatostes, las semillas de
sésamo, la pimienta negra, el parmesano y el
cebollino.
HAMBURGUESAS Y SANDWICHES DE RAMEN
HAMBRUGUESAS DE RAMEN
El legendario chef de ramen Keizo Shimamoto las
inventó ya hace años. Esencialmente, hacia fideos
cocidos en forma de disco que, al enfriarse, se
convertían en algo parecido a una pastilla de hockey.
Después los doraba ligeramente a la parrilla para que
adquieran textura por afuera y los utilizaba como
panecillos para hamburguesas, a los que se añadía
diversos condimentos e ingredientes japoneses.
Tuve la suerte de probar una en Brooklyn hace unos
diez años y, como fan incondicional tanto del ramen
como de las hamburguesas que soy, doy fe de que era
fabulosa.
SANDWICHES DE RAMEN
Esta especie de inversión de las hamburguesas de ramen las conocí gracias a la chef Milli Taylor.
Básicamente, cocemos fideos, los untamos con mantequilla derretida, los sazonamos (un
condimento seco como el ramen instantáneo es lo mejor) y los introducimos entre dos rebanadas de
pan blanco. Mas simples y sencillos que las hamburguesas de ramen, pero aún más ricos.
EL AUTOR: TIM ANDERSEN
Tim Anderson, chef y escritor, lleva diez años preparando ramen
a nivel profesional y, de esos diez, unos tres haciéndolo
razonablemente bien. Dirigió el restaurante de ramen Nanban,
en Londres, desde su creación como popup en 2012 hasta que
abandono el negocio en 2021 para centrarse en su familia y sus
publicaciones.
Lleva más de dos décadas interesándose por la cocina japonesa,
primero como aficionado, después como estudiante y finalmente
como profesional. En 2005 obtuvo una beca de investigación
para estudiar la comida local en Japon que se centró en el Museo
del Ramen de Shin-Yokohama. En 2008 se trasladó a Londres y
gano MasterChef en la BBC1, donde cocino un bol de ramen en la
final. Desde entonces ha escrito seis libros sobre la cocina
japonesa, entre ellos Your Home Izakaya y Vegan JapanEasy.
Actualmente vive en el sur de Londres con su mujer, Laura, su hija Tig, su hijo Felix y su gato Baloo,
seropositivo al VIF. Anderson acaba de acreditarse como celebrante funerario humanista.
Su película favorita de Marvel sigue siendo Spiderman: un nuevo universo y su serie favorita de Marvel
es Luke Cage.
![]() | Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |