Cocina Africana

          La cocina africana ha conquistado Zaragoza. Esta vez el motivo no es puramente cultural, sino solidario. A pesar de ser algo extremadamente exótico para el público, está triunfando. Digo exótico porque la mayoría está acostumbrada a comida asiática, latinoamericana o norteamericana, pero no a la del continente africano. Un modesto restaurante de la avenida Madrid en la ciudad aragonesa es el que ha abierto una nueva puerta a esta gastronomía con un objetivo altruista. Incluso en tiempos de crisis hay luz al final del camino para aquellos que creían no verla.

    El restaurante Casa Emilio se transforma una vez a la semana en un local africano, tanto su menú como la decoración varian. Los cuadritos son sustituidos por telas africanas y se sitúan sobre las mesas figuras del mismo estilo. Esta iniciativa tuvo lugar por primera vez el pasado verano del año 2012.

    Las senegalesas Dyenaba y Nicol Byssanga  se convierten en las chef jefe por un día. Las recetas están inspiradas en Camerún, Mali, Senegal y Mauritania. El día 17 de junio se inauguró el primer día africano de Casa Emilio de este año. El plato principal del menú estuvo constituido por thieubouyene. Este lunes 24 se servirá cuscus con cordero, representando la unión entre la provincia aragonesa y el continente africano. El menú cuesta 9'50 euros y consta de un plato, bebida, pan y postre. 

    Este acto no es lucrativo, todo lo recaudado se destina a la asociación Africagua de Zaragoza, una ONG que recauda fondos para las zonas más empobrecidas de África. Adriana Lacamba, hija de los propietarios de Casa Emilio, declara en el Heraldo que querían ayudar, así es como surgió la idea de este menú solidario. Águeda Sánchez, responsable de la ONG y también de esta iniciativa dice que el objetivo era recaudar fondos dando a conocer África sin tristezas ni penurias. 

     Al principio, el restaurante solo ofrecía doce raciones de este menú, pero ahora van a multiplicarlas debido a la demanda. Una pequeña ola solidaria que crece poco a poco sorprendiendo a los vecinos oriundos de la provincia. Por otra parte esta es una nueva manera de conocer la gastronomía africana de primera mano y con un fin bueno. Un verano acompañado de tambores y ritmos del emisferio sur es el que le espera todos los lunes a quien decida pasarse por Casa Emilio, un viaje a la savana africana sin tener que pagar billete de avión.