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Es un encanto contemplar todo el esplendor y la belleza de la Tortosa bimilenaria que ostenta una situación estratégica: al frente, el cálido Mediterráneo; a sus espaldas, el macizo rocoso de Beceite; y en paralelo en el tiempo y en la vida, un río, el Ebro que crea un maravilloso delta al entregarse al mar. En el centro de su fértil vega, y escoltado por esas enigmáticas montañas, el Parador se erige en un alto con una visión espectacular que aúna la belleza monumental de la ciudad con los atractivos de los diferentes enclaves naturales que lo rodean
Entrada al Parador de Tortosa
El origen de Tortosa se encuentra en la antigua Hiberia, capital de Ilercavònia, poblado ibérico y posterior población romana que el mismo Julio César elevó a municipio y el legendario Augusto encumbró como colonia con el nombre de Dertosa
Los árabes la conquistaron y anexionaron y, hacia el año 944 en esa Turtuxa, Abd al Rahman III decidió erigir la fortificación, que alberga hoy la Zuda, un pozo de gran diámetro y profundidad que se alimentaba de las aguas del Ebro
Este castillo milenario, guardador de la rica historia de la ciudad y que con los cristianos llegó a ser residencia real, presume de contar en su cocina con productos del interior, de la costa y del Delta que, sabiamente seleccionados y combinados desarrollan una cocina rica y totalmente identificada con el entorno
Vistas al Ebro
La historia habla de íberos, romanos, castillos, árabes, templarios y condes. Todos dejaron su huella y, por descontado, la gastronomía forma parte muy importante de ella, mientras que el río Ebro concentra el sentido de unidad y de identidad al territorio. Se trata de una cocina propia, con características singulares, con clara influencia del mundo islámico, de la cercana montaña, de la costa, del río y del Delta del Ebro. Una cocina bien aceptada, sencilla y tradicional que se traduce en una herencia viva
El Parador se halla estratégicamente ubicado en lo alto de la ciudad y, acorde a su condición de fortaleza, junto cuatro espléndidos ventanales del gótico catalán, mantiene elementos árabes en sus muros. El Castillo de la Zuda preside el casco antiguo de Tortosa y su riqueza histórico-artística. También domina la Vega del Ebro y el Macizo de Montecaro. La ruta de acceso más aconsejable se ofrece por la autopista AP-7, en la salida 40. Tortosa está a 90 km de Tarragona, capital de la Provincia, a 200 km al sur de Barcelona, y a 200 km al norte de Valencia
La piscina del Parador
Durante la estancia del autor de estas líneas, el Chef Francisco González y el Maître Antonio Reguart estaban en sus turnos de descanso y vacacional; el servicio del comedor ha sido perfecto, las tres Jefas de rango: Pilar Carot, Emilia Seóane y Conchi Yebra, fueron muy amables y atentas; en cuanto al menú del Almanaque Culinario en vigor en 2011 en todos los Paradores, fue sustituido por el del Arte Breve de Cocina, en especifico “La Cuina del Delta de l’Ebre”, cuyo interés merece que se destaquen sus recetas
Anguila ahumada en tosta de tomate
Receta: Se cortan unas rebanadas de pan que se tuestan y se reservan. Se pica la anguila ahumada en dados pequeños, se le pone tomate natural rallado y ajo picado bien fino. Se aliña con aceite y se extiende por las tostadas
Xató
Receta: para preparar la salsa romesco, se ponen a remojar unas ñoras en agua templada para poder rascar con una cucharilla su pulpa en cuanto se hayan hidratado, se sofríen en una sartén con un poco de acite ajos, almendras, pan y la pulpa de las ñoras. Se pone esta mezcla en el mortero, se maja todo, se añade pimentón dulce, un poco de vinagre, se va añadiendo aceite al hilo hasta que esté todo triturado bien fino. Se pasa por el colador chino, se rectifica de sal y se reserva la salsa. Se corta en trocitos la escarola bien limpia, se dispone sobre el plato para incorporar el bacalao desmigado una vez desalado, aceitunas negras, anchoas y la salsa
Pato asado en salsa de naranjas del Delta
Receta: se limpia el pato, se salpimenta, se pone en una placa y se mete en el horno que se vaya asando. Se prepara una bresa (conjunto de hortalizas que suelen añadirse a asados o guisos) con cebolla, tomate, puerros y naranjas; se rehoga en una sartén con un poco de aciete, se riega la bresa con vino y dejamos que se vaya haciendo para incorporar al pato cuando esté a medias de asar. Una vez asado, se trincha en cuatro partes (muslo y pechuga) y se pone en una sartén sobre el fuego para flambearlo con licor de naranja y se reserva. A continuación se hace una salsa con los huesos y las verduras y se pone en una cazuela con un poco de agua y se deja cocer. Aparte, se prepara un caramelo con azúcar, mojado con zumo de naranja, y se incorpora a la cazuela dejándola cocer. Cuando ha cocido suficiente, se pasa todo al colador chino. Se rectifica de sal la salsa que ha quedado, se liga un poco y se incorpora al pato dejándolo cocer hasta que se haga. Presentar acompañado con unos gajos de naranja.
Manjar blanco
Receta: se deslíe la harina de arroz en un poco de leche fría. Se reserva. Se pone la leche en una cacerola al fuego con la piel de un limón, la canela en rama y el azúcar. Cuando comience a hervir se añade la mezcla de harina y leche y no se dejará de remover. Una vez cocido retirar la piel de limón y la rama de canela, se vierte en moldes de ración y se deja enfriar. Se desmolda poniendo en plato y se decora con un sirope y canela en polvo
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