Cuando uno se pone a mirar a su alrededor puede ver cómo día a día estamos llegando a esa decadencia de miles de personas sin trabajo en el mundo y donde otro pequeño número de personas se enriquece con menos escrúpulos. Y cuando digo esto es por una sencilla razón: mirad alrededor, salid con los ojos abiertos, muy abiertos, y os daréis cuenta. Por ejemplo, cuando vais al banco o caja de ahorros, entráis y pedís sacar dinero. En muchos casos ese señor o señora, que está ahí, te está mandando ir a una máquina, a un cajero. Antes había más personas trabajando en una agencia, había un trato humano y también una generación mayor de puestos de trabajo. En el caso de que vayamos a un aeropuerto, cada día es más difícil no estar ante una máquina que nos dé el billete y directamente te haga la facturación. También tendremos que decir que había muchos antipáticos de cara al público, pero es así, con la excusa de hacer más barato el billete hay menos humanos atendiendo. Todo es posible gracias a la reducción de personal, aunque seguro que se podría buscar formas de hacer que eso no fuese así.
Los que cargan maletas en los aviones cada día son menos. O veamos el caso del autobús, desde hace tiempo sólo el conductor cobra el billete y conduce, además de atender a más cosas... Cuando llamamos a un número de atención telefónica, en muy pocos casos te atiende una señorita o caballero porque en la mayoría es una máquina la que lo hace, al ser humano sólo lo emplean si es para vender... Fijaos el montón de puestos de trabajo que se están suprimiendo en tan poco tiempo, y así en todo. Esto es una locura.
Las cafeterías de los aeropuertos que fueron pensadas para ser una típica barra donde había varios camareros que atendían se están convirtiendo en self-service donde una única persona corre para hacer un café y cobrar al mismo tiempo, y al estar agobiada no te dedica en muchos casos una sonrisa, haciendo que todo sea más frío, además de que las mesas suelen estar poco recogidas. Ya se sabe, hay poco personal, no como antes. A lo mejor es que antes nos pasamos, íbamos de sobrados, de poco trabajadores, a lo mejor se exigió mucho, pero es que ahora la gente ya está costubrada a esto: a hacer colas, a no ser sonreído... Y mientras unos pocos son cada día más ricos...
Donde menos se automatiza el trabajo es en los servicios públicos, donde en muchos casos ya no se respeta al ciudadano, donde ese señor funcionario con un trabajo fijo para mucho tiempo mira de mala forma al que le paga con sus impuestos y donde se le puede hacer esperar horas injustamente. Es increíble. Esos señores en muchos casos no valoran su trabajo, como es para toda la vida, ¡que se fastidien los que no lo tienen!
Este mundo de tanta tecnología tendría que ayudar más a todos los que generasen trabajo de manera artesana, más I+D sí pero sin dejar la artesanía. Queremos productos ecológicos recogidos por máquinas no ecológicas pero que son más rápidas que unos cuantos hombres, ¡qué contradicciones! Hay que saber estar cerca de la gente.
Si se fomentase el empleo de personas con descuentos de impuestos y las personas fuesen más responsables con los puestos de trabajo, se podría tener más personas ocupadas. Creo que hay fórmulas y habrá que mirar hacia atrás, recuperar el sentimiento libertario y confiar que de alguna forma se podría conseguir. Tendremos que renunciar a cosas pero no es malo, ya estamos viendo que podemos trabajar más y gastar menos. Habrá que pedir un mundo equilibrado en máquinas y hombres, ser y mirar por el ser humano.
El otro día se dijo que una comunidad autónoma de España estaba haciendo que un tren llegase desde el puerto directamente a unas fábricas y así, de esa forma, habría un 99% menos de camiones por las carreteras de esa región. ¿Sabéis cuántos camioneros se van a quedar sin trabajo? ¿Cuántas gasolineras quitarán gente? ¿Cuántas comidas menos darán los restaurantes de la zona? Estamos locos, ¿dónde está la racionalidad? A este paso sobrarán millones de personas ociosas sin trabajo y la situación nos conducirá a una catástrofe de algún tipo. Como ya nos lo ha demostrado la historia, es así y es de tontos no verlo. En cualquier momento saldrá un personajillo con don de palabra y listo. Señores gobernantes, miren a su alrededor, miren a la gente normal. Por favor, sean serios.
Y después de este amargo escrito, nada mejor que un buen rabo de toro para quitarnos las penas. Ahí va esta receta
RABO DE TORO ESTOFADO Ingredientes (para 4 personas):
2 kg de rabo de toro 1 cebolla 2 zanahorias 2 puerros 1 pimiento verde 1 l de vino tinto 5 cl de vinagre 2 dl de aceite de oliva Harina 1 cucharadita de pimentón dulce laurel caldo de carne o agua sal y pimienta Guarnición: verduras cocidas
Elaboración:
Cortar el rabo de toro en trozos por la parte donde se juntan los huesos, o pedir al carnicero que lo corte. Salpimentar y enharinar el rabo y dorarlo con un poco de aceite de oliva, por tandas. Retirar los trozos de rabo y reservar.
Cortar las verduras finamente y rehogarlas con el laurel en el mismo aceite de freír la carne. Cuando empiecen a tostarse, añadir el pimentón y el vinagre y dejar reducir un minuto. Incorporar el vino y la carne y cuando se reduce a la mitad, cubrir con caldo y dejar cocer a fuego lento de 3 a 4 horas.
Cuando la carne está tierna, retirarla y colar el caldo. Mezclar otra vez todo y dejar cocer 10 minutos más, rectificar de punto de sal.
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr