Vamos a tratar de dos cosas que tienen que ver con Francia: Una de ellas es la tortilla hecha con huevos batidos, en una sartén, con un poco de aceite. La otra es una despedida sin decir adiós, que muy a menudo está protagonizada por el género femenino, de la misma forma que es la mujer la que ha preparado tortillas a la francesa durante muchos años.
¿Queréis ver qué pasa con estas cuestiones? Pues atención:
Es diferente despedirse a la francesa de tu novio y dejarle con la boca abierta que no abrirle la boca para darle una tortilla a la francesa con el tenedor para que esté bien alimentado.
Si te despides a la francesa de un ex novio al que habías invitado a comer una tortilla en tu casa un día, (uno de los que son amigos a pesar de todos los disgustos y enfados que hubo en el pasado) es posible que no se la tome y se sienta confundido pensando por qué ha venido y cómo sale de tu casa. Seguramente será el inicio de un nuevo enfado. Si, en cambio le hubieses ofrecido la tortilla, igual hubierais comido animadamente y comentado la vida, pero claro, hay veces en las que no se puede evitar el agravio, porque ¡Te dicen cada cosa!
Si te despides a la francesa, que no por el sistema habitual, tu ex novio se queda sin compañía en su casa. Si, en cambio, le dices que le vas a preparar una tortilla, seguro que espera a que esté en la mesa mientras ve la televisión, por ejemplo, o te pregunta qué tal te va todo y te dice qué hambre tiene y que gracias por haber venido.
Advertencia de lo que pueden decir al verte ir con el sistema galo: ¿Te vas sin más? Muy bien, pues oye, ¡Paso de tu tortilla! O, por ejemplo: ¡Qué huevos tienes! (Qué maleducados). ¿Qué decir?: Oye, eres un mal hablado. Y ellos replicar ?¡Me refiero a la tortilla, monada!?. ¡Qué mentiroso! Siempre estás utilizando esa mal sonante expresión que no decimos las mujeres jamás. Se merece la marcha.
Al final: la tortilla se queda sobre la mesa. La relación se rompe. Ellos se quedan solos. Ellas se mantienen con la sartén por el mango (Je, je).
Atención: Mujer ¡No te despidas a la francesa si no vale la pena! Igual te quedas sin tomar la tortilla que te apetecía. Y sin novio. En algunos casos es mejor tomarse una tortilla que despedirse a la francesa. Pero, ya sabes, si es merecido. ¡Con su pan se la coman!
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