Salsa de Tomates Amarillos O Cherry Naranjas

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Es cierto que es un lujo (ni los tomates amarillos, ni los cherry son baratos, especialmente porque para la receta utilizaremos una buena cantidad), y una cierta dedicación de tiempo, pero para un día especial, vale la pena, no sólo esa ligereza y suavidad, también el impacto visual de la salsa, brillante y luminosa

Además, si la salsa de tomate rojo te da molestias de digestión, esta de tomates amarillos puede mejorar ligeramente estos problemas: el tomate sigue siendo tomate, y si hay alergia, la alergia estará igualmente sean los tomates del color que sean, pero sí es cierto que las variedades amarillas tienen un poco menos de tendencia a producir acidez (excepto los cherry amarillos, que pueden dar los mismos problemas que los rojos dependiendo del punto de maduración)

notas y sustituciones

tomates

No siempre podemos encontrar tomates amarillos, de hecho, el día que grabamos el vídeo, fui al mercado y los tomates amarillos no habían llegado y, justamente, ese día tampoco tenían cherry naranjas (que eran los que hubiese preferido, ya que no había los que quería), sino sólo cherry amarillos

Me llevé los cherry amarillos que son un poco más ácidos y, dependiendo del punto de maduración que tengan, dan a la salsa un tono menos brillante, con un deje un poco verdoso. Igualmente buena y bonita, pero queda más bonita (y más dulce) con los cherry naranjas

De hecho, en el vídeo utilizo las dos versiones para que podáis ver la diferencia

color

Aparte de lo ya comentado, notaremos ligeras diferencias en el tono del color (ya sean tomates amarillos, o cherry amarillos o naranjas) según el sistema que utilicemos para trocear los tomates

El color más intenso y vibrante lo lograremos con estas manitas que Dios nos dio

Es decir, o bien los troceamos a mano para añadirlos al sofrito de ajos; o bien los rallamos a mano y los añadimos al sofrito de ajos

Esto no es problema si se trata de tomates amarillos de tamaño normal, pero si son cherry….ya nos podemos hacer una idea del ratito que podemos estar

Mucho más rápido: licuarlos con la túrmix. ¡Dónde va usted a para! En un momento los tenemos listos

Todo esto no afecta en absoluto al sabor, pero sí al color

A mí me compensa el rato manual. Ese color es tan maravilloso que no me importa dedicarle ese rato

Pero entiendo perfectamente que se opte por la versión del vídeo (túrmix o vaso americano)

aderezo

Siempre hago la salsa de tomate (sea del color que sea) con el mínimo de aromas o ingredientes añadidos: sólo aceite, ajos, laurel, sal (y una pizca de azúcar en función del dulzor natural de los tomates que utilice)

De este modo, en función de la receta en la que vaya a utilizar la salsa, puedo combinar distintos aromas sin que la salsa ya venga muy marcada por un sabor concreto

Pero podéis hacer un sofrito de cebolla en el momento de sofreír el ajo, o añadir apio, o las hierbas aromáticas que más os gusten

cazuela

Por supuesto, la salsa puede hacerse en sartén, pero a mí me gusta más hacerla en cazuela de paredes no muy bajas porque prefiero la salsa con más cuerpo, por eso me gusta más no tapar la cazuela y que los tomates vayan evaporando su agua

Si es sartén o cazuela de paredes bajar, el chup-chup va disparando bolitas de salsa por toda la encimera y cocina todo el rato que está reduciendo, pero si la cazuela es alta, aguanta bien el envite

conservación

La salsa se conserva perfectamente en el frigorífico durante 4-5 días (dependiendo de si es verano o invierno), y también congela perfectamente

ideas para servir

El otro día hice unas tortillas de remolacha sin gluten y utilicé la salsa de tomates amarillos para los tacos rellenos de pollo tinga ¡le va de miedo!

tacos de remolacha sin gluten rellenos de pollo tinga

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para 500 g de salsa de tomate

1 k tomates amarillos o naranjas (grandes, o cherry)

3 dientes de ajo pelados y fileteados

4-5 hojas de laurel

aceite de oliva virgen extra

azúcar morena (opcional, ver nota)

sal

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Para los tomates podemos:

Trocearlos a mano

Rallarlos a mano

O licuarlos con la túrmix (ver más arriba nota relacionada)

Reservamos

Cubrimos una sartén o cazuela con una fina lámina de aceite y ponemos la sartén a fuego medio

Añadimos los ajos fileteados y les damos unas vueltas (no deben dorarse, sólo perder algo de turgencia)

Añadimos el tomate que habíamos triturado, y removemos bien con una cuchara

Sazonamos y dejamos cocer a fuego muy suave durante, por lo menos, 30 minutos, o hasta que se haya evaporado gran parte del agua y la salsa tenga ya un buen cuerpo

Rectificamos de sal y, en función de la acidez de los tomates, añadir un pellizco de azúcar

Pasamos la salsa por un chino o colador y podemos servirla al momento, refrigerar o congelar en cuanto se haya enfriado

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