“Somos jóvenes de 16 a 23 años que estamos descubriendo nuestra pasión por la cocina y por darte el mejor servicio (…)
“Somos jóvenes de 16 a 23 años que estamos descubriendo nuestra pasión por la cocina y por darte el mejor servicio (…) Nuestro deseo es hacerte vivir la mejor experiencia posible cada vez que nos visites. También queremos contribuir a hacer un mundo un poco mejor sirviendo productos de Proximidad de Comercio Justo y Orgánicos”.
Así se auto presentan los alumnos de La Quinta Cocina, un espacio de formación e integración sociolaboral del Ayuntamiento de Madrid gestionado por CESAL, una ONG de cooperación internacional y de acción social presente en 14 países del mundo que trabaja desde 1988 “para contribuir a la mejora de las condiciones de vida de las personas y poblaciones más desfavorecidas del mundo, promoviendo a través de la educación su desarrollo humano, social y económico, sin olvidar el propio patrimonio y experiencia, y respetando el medioambiente para lograr un desarrollo sostenible”.
Un proyecto, en definitiva, de integración a través de la formación coquinaria de jóvenes en riesgo de exclusión que emociona hasta los abismos de la cantata de Christy Moore: “Viva la Quinta Brigada, No Pasarán, the pledge that made them fight, Adelante was the cry around the hillside let us all remember them tonight”. Así que dejando a un lado el error de Christy confundiendo la remembranza con la Quince “Abraham Lincoln”, ¡Viva La Quinta Cocina! y no solo por sus ideales de equidad, progreso y favorecimiento social sino por su variadísima oferta condumiaria, la exquisitez de su cocina en perfecto equilibrio de tradición y vanguardia y un servicio impecable de los de antes de las tantas guerras que han dejado sobre las mesas hosteleras innúmeras banderas rotas.
La carta, animada desde la primera ojeada por precios más que económicos, está dividida en media docena de secciones: Para los peques, con un destacado Perrito Cachorro; Entrantes del mundo, con subrayado para la Croquetas de jamón y de mariscos, la Mini mousaka de ternera y las Gyozas de chipirones guisados; Ensaladas y verduras, con parada casi obligada en las Verduras, gambones y yema curada, la Ensalada de boquerones en vinagre y lima sobre salmorejo (algo colosal), o la Ensalada de codornices escabechadas con avellanas y jamón; Platos tradicionales, para hacer fonda en los Callos madrileños, el Pollo de corral en pepitoria con almejas de La Quinta o el Estofado de alubias azuki; Bocatas y compañía, con presencia de inefable Bocata de jamón con “tumaca” o Taco de cochinita pibil; y Postres, donde mandan los helados artesanos de fina estampa caballero.
Como asesor gastronómico La Quinta Cocina cuenta con el incombustible Chema de Isidro, sabio guisandero y artífice de una infinitud de proyectos solidarios y al mando de los fogones con la chefesa Sara Seco, apoyados ambos por un equipo joven, entusiasta y resolutivo. A más a más y otrosí La Quinta Cocina se haya ubicada en el marco incomparable-no-lo-siguiente, que se dice ahora, de la Quinta de los Molinos un parque de denso arbolado donde ostentan singular protagonismo los almendros que en su floración atraen a gentes de todo el planeta, y cuyos límites están enmarcados entre la calle de Alcalá, la Avenida del 25 de septiembre, la calle Miami y la de Juan Ignacio Luca de Tena que es la entrada directa al restaurante.
En todos los sentidos, un lugar colosal de la colosalera.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |