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Lituania, un Destino Gourmet entre Quesos, Burbujas Y Trampantojos de Diseño



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Sal de Viajes

Suculentos desayunos en el Monte Pacis, con vistas a un monasterio barroco. Gastronomía y trampantojos delicatesen en restaurantes sofisticados. Quesos sabrosos con miel y con una maduración de 60 meses. Recetas caraítas, frente a uno de los 3000 lagos del país, elaboradas por una comunidad única (y minúscula) en el mundo. Brindar con champagne tras volar en globo aerostático sobre el casco histórico de Vilna, declarado Patrimonio de la Humanidad. Saborear una GIRA en una república muy loca, después de visitar la cárcel donde se rodó la serie Stranger Things. Si se te ha hecho la boca agua, ¡Vilna, Trakai y Kaunas son tus paradas en Lituania!

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2 Kaunas, cultura y sabor Empezar El Dia Viaje Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Kaunas, cultura y sabor para empezar bien el día

Declarada Capital Europea de la Cultura 2022 hasta que finalice el año, la ciudad universitaria de Kaunas, que fue particularmente floreciente, arquitectónicamente hablando, durante el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, merece una visita. Este patrimonio, incluido en una suculenta carta con cerca de mil actividades, incluidas exposiciones y conciertos, no es el único motivo para viajar hasta esta localidad de la República Báltica de Lituania.

 

3 colina Aleksotas en un funicular original Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

La mejor opción para dibujar una panorámica de esta capital que cuenta con un curioso arte callejero es conquistar la colina Aleksotas en un funicular original, con asientos de madera, reconocido con el Sello de Patrimonio Europeo. Desde allí se divisa la Ciudad Vieja (prohibido abandonar Kaunas sin disfrutar del encanto de una de sus terrazas al aire libre), el perfil de su castillo medieval, los deportistas que navegan por el lago Lampédis en piragua y alguno de los 6000 edificios modernistas que reinterpretaron el Bauhaus.

 

4 almacenes medievales restaurantes Lali Ortega Afuegolento

 

Además de saborear la cocina lituana en los almacenes medievales transformados en curiosos restaurantes (la que fuera antigua capital del país albergaba el último puerto en el que los comerciantes extranjeros desembarcaban sus mercancías), hay dos pistas gastro muy recomendables. La primera, un desayuno en Monte Pacis, que se adereza con unas vistas preciosas al Monasterio de Pazaislis, cuyo impresionante estilo barroco perdura en la memoria junto a cielos despejados, árboles frondosos y el rumor de los pájaros. No obstante, los platos históricos del hotel pueden disfrutarse durante las horas del almuerzo y la cena. Si el apetito llega tras una de las visitas guiadas a las muestras que este año pueden visitarse, por ejemplo, en el Banco de Lituania o la Oficina Central de Correos (ambos son visita obligada también por su arquitectura), el Restaurante Vista Puode es el lugar para degustar los célebres quesos que los lituanos llevan muy a gala: desde el requesón (más sabroso si cabe con miel, un manjar del que el país es un gran productor), hasta su único IGP Džiugas, famoso por los cristales crujientes que se deshacen en la boca y cuyo sabor dulce, afrutado y ligeramente picante es una institución que incluso llega a los 60 meses de maduración.

 

5 Saborear los Kibinai caraítas con vistas al lago Trakai Lali Ortega Afuegolento

 

Saborear los Kibinai caraítas con vistas al lago Trakai

La música merodea en el castillo medieval de Trakai, situado en el lago Galvé, y entre los múltiples planes que aguardan a través de los senderos y de las 21 islas que salpican este lago tranquilo. Si en verano el símbolo que nos recuerda el poder del Gran Ducado de Lituania se refleja en el agua y se disfruta desde un barco de vela, un catamarán o un globo aerostático, las bajas temperaturas del invierno permiten deslizarse por la superficie helada en vehículos a motor. Una época que, cuando los tejados rojizos de la fortaleza se cubren de nieve, regala escenarios inolvidables: observar a los pescadores haciendo su faena frente a un agujero en el hielo o a los jinetes a caballo que cabalgan sobre la superficie gélida, son momentos que perduran en la memoria.

 

6 Recetas Gastronomicas Caraitas Lali Ortega Afuegolento

 

No es la única sorpresa que se mece frente a uno de los 3000 mil lagos de esta República Báltica, en la que la naturaleza exuberante define una geografía donde escasean las montañas. La pequeña comunidad étnica religiosa de los caraítas fueron reasentados por el Gran Duque de Vytautas entre entre 1397 y 1398. Procedentes de Crimea, esta pequeña población de apenas 260 personas en Lituania, unas dos mil en todo el mundo, conserva el turco como lengua y aún mantiene sus recetas gastronómicas. Para indagar en su pasado culinario, nada mejor que sentarse en uno de los múltiples restaurantes, o en las terrazas que miran al lago, para degustar los Kibinai, unas empanadillas rellenas de pollo, cerdo o verduras. Delicioso es el Čenakai, un estofado suave que se cuece en cerámica y el requesón agrio, sencillamente espectacular, que se sirve como postre. Para los valientes, un sorbo de Krupnik, el licor de 40º elaborado con raíces y plantas del bosque, enebro, miel, cardamomo, limón y vodka, es típico de estas latitudes.

 

7 Entre el mercado de abastos y rodajes de series Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Entre el mercado de abastos y rodajes de series

El cielo de la capital de Lituania tiene mucha personalidad: descubrir sus cúmulos blancos y grisáceos de formas enrevesadas en medio de cielos de un azul intenso, presagian que Vilna no nos dejará indiferentes. A punto de cumplir, el próximo 2023, el 700 aniversario de su fundación, esta capital báltica late tranquila entre paseos arbolados y paradojas. Hay lugares que, sí o sí, merecen una parada.

 

8 Mercado Hales Turqus 1906 Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Para los apasionados de la gastronomía a los que les encanta husmear entre las plazas de abastos, el Mercado Hales Turqus reúne, desde 1906, puestos con todo tipo de productos y, en los últimos años, tiendas con artículos sofisticados. Un lugar ideal para embriagarse la vista y el olfato con todo tipo de verduras, ahumados, embutidos, quesos y un sinfín de mieles que dan fe de que Lituania es un gran productor. De hecho, la mortalidad de sus abejas es de apenas un 5%, mucho menor que la que se registra en otros países.

 

9 Prisión de Lukiskes Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Para los viajeros que quieran profundizar en la historia de Lituania, la capital alberga edificios que atestiguan su pasado oscuro y que, en la actualidad, se incluyen dentro de las visitas guiadas que recorren, por ejemplo, las localizaciones de la serie Chernóbil. No es la única producción rodada en Vilna: la Prisión de Lukiskes, reconvertida en centro cultural desde que cerró definitivamente sus celdas, en 2019, para presos de todo tipo, ha sido uno de los escenarios macabros donde se ha rodado Stranger Things.

 

10 Museo de Ocupación y Luchas por la Libertad (KGB Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Jonas, Vincas, Pranas… son algunos nombres propios inscritos en la fachada de granito que conduce al Museo de Ocupación y Luchas por la Libertad (KGB), el único de este tipo en los Estados Bálticos. En la que fuera sede de las autoridades punitivas soviéticas (NKVD y NKGB-MGB-KGB) de 1940 a 1991, la bofetada al pasado transcurre entre máquinas de escribir, radios antiguas, teléfonos amarillentos, fotografías sepias, siniestros ventanucos que se asoman a calabozos desangelados e incluso una camisa de fuerza en una sala acolchada, destinada a los “supuestamente” locos. El amor también hace acto de presencia entre el horror, como la declaración que Joana, arrestada desde 1951 en la prisión de Klaipeda, bordó para su marido en una sencilla tela de algodón. Fuera, la enorme Plaza de Lukiskes acoge multitud de puestos entre el sonido de las hojas de sus árboles imponentes, así como quioscos donde se puede disfrutar de la lectura de un libro de forma gratuita. Aún se mantiene una plazoleta vacía donde, en tiempos no muy lejanos, Lenin imponía su presencia. La imagen de la estatua, tambaleándose cuando se retiró, dio la vuelta al mundo en 1991.

 

11 Vilna, un aterrizaje en globo con champagne Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Mucho más amable e impactante es la vista del casco histórico de Vilna, declarado Patrimonio de la Humanidad, desde el aire. Contemplar su trazado medieval y edificios barrocos al amanecer, o al atardecer, y perderse, como un pájaro, entre los árboles generosos que sortean las curvas de sus ríos, es un remanso de paz. Un regalo sin vértigo que, tras aterrizar, se celebra con un brindis de burbujas. Ya en tierra, y tras un paseo delicioso entre su catedral, el coqueto Barrio judío o los patios tranquilos del Campus Viejo de la Universidad, donde los edificios góticos, renacentistas y barrocos nos hablan de un pasado floreciente, Vilna ofrece un excelente surtido de locales y restaurantes.

 

12 república independiente de Užupis Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

Locos y bohemios son los ubicados en las terrazas de la república independiente de Užupis, que cuenta con su himno, su bandera y 41 artículos de su sorprendente Constitución (entre ellos Todo el mundo tiene derecho a vivir al lado del río Vilnia y el Río Vinia tiene el derecho a fluir para cada uno o Todo el mundo tiene el derecho a ser normal y corriente y desconocido). Allí se puede degustar, entre curiosas manifestaciones artísticas, como dos sillas en medio de un río o un columpio gigante sobre sus aguas, todo tipo de bebidas.

 

13 restaurante Dziaugsmas Lituania Lali Ortega Afuegolento

 

A nivel culinario, el restaurante Dziaugsmas, uno de los mejores de la capital, puede ser el punto y final ideal para los amantes de la buena gastronomía en locales de diseño. Su trampantojo empedrado (que en realidad es un buñuelo de bacalao con tinta de sepia) es un acierto seguro, al igual que su selecta carta de entrantes. Y si se prefiere observar, tras un merecido homenaje, la Torre Gediminas, uno de los iconos de la ciudad, obligado es el Restaurante Mykolo 4. Entre ventanales, piezas de anticuario y mimosas, la crema templada de remolacha (ingrediente muy presente en la gastronomía lituana) con queso de cabra y nuez tostada, su tartar o uno de sus platos de caza, son sinónimo de arte emplatado. Por cierto, maridan bien con una copa de GIRA, una bebida no alcohólica elaborada con pan de centeno y muy típica de este destino que gusta… ¡y mucho!

 

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