Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí (enlace a página de cookies).
No es que yo sea especialmente torpe, o puede que sí, no lo sé, pero cada vez que en un envase, sea del tipo que sea, plástico, cartón o de metal, veo el famoso ?abre fácil?, me pongo a temblar.
Si os fijáis, la mayoría de las veces la pestañita del ?abrir por aquí? está completamente pegada, y siempre tenemos que ir a la esquina contraria. Si hablamos de cajas de cartón, estas siempre se acaban rompiendo, y yo, abriendo el envase por donde no toca.
Un tratado aparte merecen las latas, sean del tipo que sean, cuando no se rompe la anilla, no se acaban de abrir del todo, o van muy duras y tienes que hacer fuerza para abrirlas, o al contrario, cuando piensas que irán un poco duras y estiras un poco más fuerte, evidentemente se abren con una facilidad pasmosa, y como no podía ser de otra manera, son las latas que llevan aceite o salsa y lo dejamos todo perdido y con los ?amigos? comentando nuestras habilidades psicomotrices, y a nosotros preguntándonos donde conseguir unos colegas nuevos.
Levantad la mano a cuantos de vosotros os ha pasado lo siguiente: habéis intentado abrir un bote de cristal, de lo que sea, mermelada, espárragos, etc. y este no se ha abierto y vosotros venga a hacer fuerza y la tapa no se mueve ni un milímetro, y seguís cada vez haciendo más fuerza y la tapa, nada que no se entera, hasta que llega el espabilado, coge el tarro y lo abre a la primera. Entonces se nos queda cara de tontos (y aquí también me incluyo yo) decimos la famosa frase: ?vale, pero que conste que yo ya la había aflojado?, ¡excusas!
Seguramente, las empresas se gastan mucho dinero en pensar y diseñar envases que se puedan abrir y cerrar fácilmente. Me gustaría mucho verlos a ellos ?enfrentados? a uno de sus envases pero, amigos, me parece que esto ya es otra historia.
mi cocina como una cocina de autor siempre basada en la cocina Mallorquina.Siempre buscando el producto de temporada. Mi libro de cabecera es Memòria de la cuina Mallorquina del escritor manacorí Antoni tugores.
Si algo caracteriza los panes de Jordà es el riesgo y la pasión que le mueve a crearlos, siempre para que clientes grandes o pequeños, disfruten de una aventura gastronómica.
Trabajar con pasión, día a día, utilizar las mejores técnicas, y trabajar con el mejor producto. Sin equipo, no somos nada. Aprender, todos y cada uno de los días , y sobre todo HUMILDAD. Cuanto mas es la grandeza del cocinero, mayor debe ser la humildad.
Me fascina la repostería, no hay tarta o postre en el que no ponga mi mejor empeño, pero lo que más me entusiasma, es ver cómo disfrutan los míos cuando lo prueban, eso sí que me llena de satisfacción!