Además de por su patrimonio y por su oferta cultural, si hay algo por lo que Toro conquista a todo aquel que lo visita es por su célebre gastronomía. Con influencias de la gastronomía gallega y asturiana, despuntan platos como el Pulpo a la sanabresa, el Jabalí al tinto de Toro o los Melocotones al vino de Toro, así como una selección de quesos y embutidos con nombre propio.
La provincia de Zamora cuenta con una arraigada tradición culinaria basada en el uso de materia prima local de altísima calidad y en la elaboración de suculentas propuestas siguiendo los métodos artesanos, tal y como se refleja en la calidad de sus quesos y embutidos. Además, dada la localización estratégica de este territorio, su cocina recibe influencias de la gastronomía gallega y asturiana, dando lugar a propuestas tan atractivas como el arroz a la zamorana, el bacalao a la tranca o el pulpo a la sanabresa.
Siguiendo la estela de este saber hacer, la ciudad de Toro cuenta con una trayectoria en los fogones que ha evolucionado hasta convertirse en una gastronomía consolidada basada en el recetario popular pero con hueco para las nuevas tendencias e ingredientes.
La excelencia de Toro comienza
en la base, en su materia prima. Sus productos de la huerta, legumbres y su
variedad de carnes resultan en estofados y asados tan populares como el Jabalí al tinto de Toro y las Patatas a la
importancia. Por otra parte, la harina es un ingrediente fundamental para
la elaboración de productos tradicionales del consumo diario como el pan.
Entre su abundancia de carnes y sabrosos embutidos destaca el Chorizo Zamorano, uno de los más típicos de Castilla y León dados sus procesos de elaboración. Asimismo, los quesos de Toro merecen una mención especial. Como parte de la D.O. Queso Zamorano, que sigue fielmente los métodos de elaboración y maduración tradicionales, estos quesos comprende variedades como el Reserva, Viejo, Curado o en manteca. Y como punto dulce, la ciudad cuenta con postres tan característicos como los Melocotones al vino de Toro y el Bollo Coscarón o Repelada.
La tradición y el cariño que desprenden los fogones de Toro invitan a degustar alguna de sus tapas más típicas como las calandracas, tras perderse por las zonas más concurridas de la ciudad como su Plaza Mayor. Además, la ciudad brinda la oportunidad de maridar todas estas propuestas con los mejores vinos de la tierra. Su Denominación de Origen es fruto de siglos de experiencia, ligados a una tierra regada por el Río Duero. Esta denominación concentra 64 bodegas volcadas con la elaboración de un vino con cuerpo y carácter propio. En definitiva, uno de los principales sellos de identidad de la ciudad.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |