Lourdes Verger *Manteles y Sábanas* y *Ella come sola*
Para cuando estén leyendo lo que voy a escribir, me gustaría fueran tarareando en su mente la canción de Serrat? ?que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca? y, para la cual, tenemos una seudo versión más moderna para los que no sean fieles del cantautor, utilizada recientemente en un anuncio de televisión de una tienda de muebles. Denle al play?
Está claro que para gustos los amores, y que no se le puede pedir peras al olmo, excepto las peras que pedimos a nuestras nóminas olmadas. Pero, debemos tratar de ser honestos y consecuentes. Si estás en un restaurante muy barato, hay que aceptar algunas cosas, tan sólo algunas, y si estás en un restaurante de más nivel, no hay que aceptarlas. Luego todo es flexible, todos somos diferentes, todos tenemos una educación gastronómica distinta y un restaurante es algo orgánico, pero voy a detallar algunas de ellas. ¿Por qué? Porque en un restaurante, cuando hay algo que no nos parece correcto no solemos comunicarlo al camarero o al maître. Simplemente no volvemos. Pero ¿cómo mejorar lo que desconoces que haces mal? De ahí a que a los locos siempre nos digan, tener conocimiento de que estás loca, es el primer paso hacia tu cura. Hay que vigilar todas esas pequeñas cosas que determinan el peso final de la balanza. No haré referencia al jamón york transparente, sino a apreciaciones que nada tienen que ver con el precio del plato. Cuando entras en un restaurante donde al camarer@ le molesta que tengas hambre o realmente le fastidia que quieras más pan, también sé que cualquiera tiene un buen día? por alguna extraña razón, nunca te sirven lo que has pedido, me refiero a las anotaciones al margen; con mucha cebolla, muy hecho, sin patatas, etc. No quiero generalizar con esto que acabáis de leer, ni con lo que sigue, porque para empezar, sería mentira, pero sí, decir que son detalles importantes y que hay que recordar, como el decir ?te quiero? a quien queremos? Vale, se sabe, sí, pero ¡dímelo! Si tienes una cocina vista, o parte, la vista tiene que ser ?divina?. Nada de cortar el pan agarrándolo con la mano, ni melenas al viento. Claro, yo entiendo, el alquiler del local carísimo y hay que rentabilizar el espacio? ¡tienen que entrar más mesas! Pero qué sucede, que parece que el de la mesa de al lado en cualquier momento te va a pinchar en tu plato? o cuando sirves vino dudas en si servirles a ellos, porque no tienes claro si estamos en la misma mesa. Sin contar con la nula intimidad a la hora de mantener tus conversaciones.
Precisamente ayer me dijeron que en Palma habían reabierto un restaurante muy conocido, que había quedado muy cool, y que la comida estaba buena, pero que no volverían? el ruido era insoportable. La acústica es muy importante. Los temidos aires acondicionados? que te pueden arruinar la velada. ¿Y qué decir de los turnos de mesa? Que más te vale que tengas el segundo turno, porque el pressing puede ser agotador. Si te descuidas te aprieta el camarero los mofletes para que mastiques más deprisa. Y no, no nos gusta que además nos traigan la factura sin haberla pedido. ¡Qué sería de los españoles sin la sobremesa! A colación con esto, ya empieza a funcionar el hecho de que no haya café, de este modo priman el rápido levantamiento de mesas que los pocos euros que aporta. Lo que sí me gusta es la tendencia a quitar los saleros de la mesa para reducir el uso de la sal, si no está a mano, no es tan tentador.
Cada vez son más los vegetarianos que circulan por el mundo, y que tienen amigos, incluso salen a cenar, pero aún así parece que no les tienen muy en cuenta cuando crean una carta. Hay muy poca alternativa para este sector. Nada de carne, nada de pescado. Bueno, sin contar con la ensalada mixta. Ah! pero lleva atún? pues la de la casa? mmm tampoco, es templada con calamares, pues? mmm ¿sopas? De pescado. ¿Pasta? Lleva pollo? ¿puede hacerme una parrillada de verduras? (que suele ser la única solución a este kilombo). Sí. Bueno, pues eso. 5 minutos más tarde regresa el camarero. Disculpe, pero me dice el cocinero que no puede ser parrillada de verduras porque se han agotado la mitad de las verduras? Y allí estábamos nosotras, un grupo de amigas en uno de los restaurantes más chics de la ciudad, carito, y muy ambientado, bañando nuestras conversaciones con un buen vino, y la vegetariana cenó de un plato de pimientos de padrón. ¡Sí señor!
Si quieren ya pueden dejar de tatarear, y si no, pues libérense y utilicen cualquier utensilio como micrófono y monten un show agitando las caderas? Ah, éste era mi consejo de este mes, sin ánimo de aconsejar sino de compartir? ¡que se desmelenen!
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr