Para elaborar este plato lo que se utiliza es la parte del pulpo que habitualmente se desprecia y se suele repartir entre todas las raciones: la capeleira, la cabeza del pulpo.
Comenzamos. Se coge la cabeza del pulpo ya cocida, se le da la vuelta, (como si fuera un guante) limpiándole la gelatina característica. Después se corta con cuchillo dando a los cortes forma rectangular y se lamina de forma muy fina, en tiras transversales a las fibras de la capeleira, de forma que se obtienen las “angulas mentirosas”.
Cuando tenemos la cantidad necesaria, unos 50 gramos por persona, las tratamos como si realmente fueran angulas de río, salteándolas en una sartén con aceite de oliva Aires virgen extra, con ajos y guindillas cortados al gusto.
Tal y como se muestra en la imagen, en un plato, montamos un mezclum de ensaladas o simplemente con canónigos, volcamos encima sin mezclar las angulas mentirosas que ya tenemos salteadas y salamos al gusto. Aliñamos con una vinagreta de aceite y vinagre (2/3 y 1/3) y cortamos la vinagreta con tinta de calamar, ayudados por un tenedor, y condimentamos la ensalada.
La vinagreta puede variar al gusto del comensal con ingredientes como mostaza de “Dijon” o miel.
Lo realmente importante de este plato es que de una de las partes menos nobles del pulpo se obtiene una ensalada divertida y, sobre todo, innovadora y sorprendente.
![]() | Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |