Lourdes Verger *Manteles y Sábanas* y *Ella come sola*
Sería incapaz de contabilizar las veces que he escuchado que al hombre se le conquista por el estómago? De muy pequeña no entendía el dicho, luego lo comprendí. En mi adolescencia no estaba muy segura de ello. Pero ahora, que no sé muy bien en qué fase estoy, no estoy de acuerdo, no fielmente. Se les conquista más bien con un ?estómago plano?. O también se podría decir que se les conquista por los ojos, que es otra parte del cuerpo humano. La sociedad cambia a una velocidad vertiginosa y con ella los valores que buscamos o apreciamos en nuestra pareja, en un restaurante...
¿Qué no sabe cocinar? ¿Y a mí, qué? ¿Has visto qué culito tiene?
No he escuchado decir jamás a un amigo, ?Lourdes, me gusta mucho esta chica, y ¡sabe cocinar!?. Se anteponen otras muchas cosas antes que las aptitudes culinarias, cosa que antes era todo un tesoro. Es más bien un elemento que suma, cuando ya está totalmente conquistado, pero que en todo caso no resta.
Incluso, diría que se ha dado la vuelta a la tortilla, y es ahora a las mujeres, a las que nos encanta que un hombre sepa cocinar?
Luego está Murphy, con sus leyes, que el hombre no descansa ni fines de semana, ni fiestas de guardar. Es el rayo que no cesa su carrera imparable hacia el desastre, el descoloque, el caos o simplemente dejarte por unos segundos en tierra de nadie. Recientemente, un domingo, me cito con un amigo, con el que teníamos que hablar sobre unos temas que estaban haciendo tambalear nuestra amistad. Propone un restaurante asturiano, tenía antojo. Acudimos al ?Ñeru?, todo iba normal, hasta que nos sentamos en la mesa. Justo debajo de una especie de cúpula o no sé qué término utilizaría un arquitecto, pero la cuestión, es que no nos oíamos muy bien porque teníamos todas las conversaciones de nuestro alrededor como si nos hablaran al oído. Con lo que, algún comentario subido de tono, (refiriéndome al volumen), era como si nos gritaran al oído. Fue incómodo, pero gracioso a la vez. Pues estábamos tan metidos en sus conversaciones que la nuestra fue mínima.
Comenzamos con unos fritos de bacalao y mucha sidra. A la pregunta del camarero sobre qué queríamos comer, mi amigo fue al grano, ?quiero rebentar?. Quería pedírselo todo. Y es que hay momentos en la vida en los que nos apetece ?rebentar?, tirar la casa por la ventana y pedirlo todo, y a la vez. Otra incursión de la vida, nuestro estado de ánimo y la gastronomía.
Tras unos garbanzos con callos, merluza a la sidra y rabo de toro estábamos al borde de conseguirlo. Por supuesto, al tanto de las conversaciones que estaban en nuestros oídos, no queríamos escuchar, pero es que era imposible no hacerlo. Supimos todo lo que pidieron, sus opiniones y comentarios en cuanto a los platos, perros, jefes, La Duquesa de Alba? Decidimos pedir, como postre, arroz con leche, todo sea dicho, el mejor que he probado hasta día de hoy. Nuestros vecinos también se decantaron por el arroz con leche. Pero a diferencia del resto, no hicieron ningún comentario sobre él. Y para mi sorpresa e inminente ataque de risa, mi compañero se dirigió a ellos y les dijo: ?No estáis comentando nada del arroz con leche y me preocupa??
Mi consejo de este mes, sin ánimo de aconsejar sino de compartir, es que el pudor no es más que un escudo contra el ojo del impuro. De modo que, fluyamos y seamos nosotros mismos, pero eligiendo bien el ojo que va a contemplar nuestra belleza?
15/03/2016 | 15:19 Busqué este tema con todo propósito, pues me parece que en buena medida sigue siendo importante para hombres y mujeres. Aunque creo que no lo confesaría un chico en sus conquistas, ni antes sus amigos y creo que menos ante sus amigas.
De manera sus general pienso que, dentro de una relación (no en la etapa de cacería) para los hombres es importante si la mujer sabe cocinar. Creo que para tomar una decisión de unidos para siempre, aún le dan cierta importancia.
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr