Un músico, un palacio, una canción, una performance o un detalle. El universo de la ópera visto desde la óptica particular de un chef con sentido. La mayor de las artes escénicas llega al restaurante Moments de Mandarin Oriental, Barcelona en plato y acompañamiento; no en audio. “La escucharás a través de tu paladar”, explica Raül Balam, chef y responsable de un menú que levantará el telón el próximo 12 de junio. “La ópera es un arte escénico circular, es perfecta. El que se dedica a la ópera, tiene que dominar muchas artes, desde saber leer música, cantarla, interpretarla... Se parece a la gastronomía. Los chefs no solo nos dedicamos a elaborar comida”, comenta Balam. Por ello ha tematizado el nuevo degustación de Moments con ópera, permitiendo a los comensales sentir en un servicio de doce pases la música de su ópera preferida, trasladarse a aterciopelados escenarios o emocionarse con la voz que trasmite con el plato su tenor favorito mientras juegan y adivinan qué se esconde detrás de cada obra. El nuevo menú degustación de Moments viajará y descubrirá, entre otros, cómo una zarzuela se transforma en ópera sustituyendo gamba por bogavante, o cómo Madame Butterfly sube el telón para cambiar de acto, como un postre que inaugura el acto dulce y que llega a la mesa dentro de una campana de cristal tapada con una tela de terciopelo. Antes, por ejemplo, el plato de carne recordará a Carmen, la gitana que se enamoró de un torero, aquí recreada a base de rabo de toro con olla gitana. También se escuchará en el interior la ópera inacabada de Mozart La Oca del Cairo, con una croqueta de oca tampoco completa, o Las Bodas de Fígaro, obra del austríaco que sucede en Sevilla, por lo que Balam elabora un pastel de boda de ajo blanco con ñoras, aceitunas sevillanas y tres trozos de sardinas. Su versión del melocotón Melba; de la tarta Ópera; un plato de gamba en homenaje a Maria Callas; a los Tres Tenores, que se fundirán en una tigella italiana de calamares rellenos de butifarra; a Wagner con queso alemán con remolacha; una pasta Norma; una representación de las cortinas y flecos del Gran Teatre del Liceu mediante un terciopelo de tomate y coca dorada con brandada de bacalao. Hasta sorpresas temáticas en los petit-fours y su forma de presentación. La ópera es holística, como el menú y la vajilla. “Lo único que no habrá será música en directo, solo la que salga de la cocina”. |