Sangre de Vampiro Y Alma de Perucho

, gastrósofo y autor junto a Néstor Luján del Libro de la cocina española, crítico de arte y unos  de los escritores españoles más traducidos a otras lenguas, el Ayuntamiento de Gandesa, capital de la comarca de la Tierra Alta tarraconense donde el eminente polígrafo ejerció  durante años como juez, ha decidido elaborar un vino de los que tanto gustó en vida el autor. 

Para ello ha contando con la inestimable colaboración de la Escuela Agraria de Gandesa, que finalmente ha creado un vino joven pero con una moderada crianza en barrica de cinco meses, a base de un 100% de la varietal local garnacha negra, fresco en boca y que en nariz evoca frutos rojos, cerezas y ciruelas. 

El vino en cuestión, que Viorigen vende en su web a 8,50 € botella (https://www.viorigen.com/producto/sangre-de-vampiro/), se llama Sangre de vampiro, evocando la aventura de persecución, caza y captura de un no-muerto natural de Pratdip, Tarragona, el caballero Onofre de Dip, emprendida y llevada a cabo por el naturalista Antonio de Montpalau, un ilustrado que lucha como un titán entre sus convicciones científicas y la magia de una realidad intangible.

La historia se recoge en el libro quizá más conocido y afamado de Perucho, Las historias naturales, que es, como escribe Carlos Pujol en el prólogo: “… La proclamación de la fantasía y de la libertad de las quimeras (…); las verdades soñadas que son para el lector mucho más hondas, bellas y significativas de lo que pueden suponerlos que nunca han leído a Perucho”.

La etiqueta del vino conmemorativo refleja el estilo artístico que el genio solía escoger para las portadas de sus libros, con enorme y sentida influencia del pop de los años sesenta, que, mediante la técnica del collage, muestra trazos de vampirismo y ciencia ficción literaria, de la que Juan fue introductor en España a través de Howard Phillips Lovecraft y Bram Stoker, los bocadillos del comic y un rincón de aquella Gandesa que tanto le inspiró para su libro y propició refugio vital de muchos de sus días. 

Beberse unas botellas de Sangre de vampiro leyendo Las historias naturales en compaña de unos pies/manitas de cerdo con nabos, aprovechando que ya estamos en temporada, imaginando el arrullo suave de la “avutarda géminis”, ensoñado único mamífero indeterminado entre las aves, o el canto inefable e inaudible al oído humano del “aurea picuda”, produce sin duda un alivio de mariposa o de brizna que se deshace, rodando, hacia una localización imposible. O dicho en breve y castizo, que es una gozada total y un más que merecido homenaje a Juan Perucho en su centenario.