informaciones y noticias falsas, que circulan por Internet y sus múltiples redes se refieren a los ámbitos de la nutrición, la cocina y la gastronomía. El dato es aterrador si se tiene en cuenta la importancia crucial y decisiva que la forma de alimentarse tiene en la salud física y mental humanas.
La facilidad y celeridad a la que se extienden estos bulos sin fundamento, mentiras de grueso calado y milongas de toda laya es fabulosa y ha superado con mucho la velocidad de la luz.
Se sigue insistiendo en las dietas détox que nos ayudan a eliminar toxinas y se van apuntando alimentos que contribuyen a ello de manera significativa. En realidad no existe ningún alimento détox y lo único eficaz para eliminar las toxinas y sustancias venenosas o indeseadas del organismo son dos órganos que se llaman hígado y riñones que, salvo desgraciadas excepciones, tenemos todos en el sitio que corresponde.
En la misma línea un enorme porcentaje de consumidores está convencido de que los “smoothies”, batidos de frutas y vegetales crudos, vienen a ser como como la fórmula postmoderna del quijotesco bálsamo de Fierabrás, poción mágica capaz de curar las dolencias del cuerpo humano, cuando en realidad son un auténtico veneno debido a su elevadísimo contenido de fructosa líquida que va directamente al hígado, sufrido órgano que metaboliza y usa una pequeña parte del aluvión de azúcar que le llega en producir energía y convertir el resto en unas grasas, los triglicéridos, que se liberan en el torrente sanguíneo cuando el organismo reclama energía y cuyo exceso suele devenir en problemas arteriales, enfermedades del corazón y accidentes coronarios. La cosa es tan seria que desde hace tiempo en Estados Unidos se ha podido constatar que los casos de hígado graso se deben “fifty-fifty” a la pasión por los “smooties” y al alcoholismo crónico, durante tiempo inmemorial casi la única causa de este padecimiento.
En cuanto a las generalizadas fobias y pánicos respecto al gluten y a la lactosa, la legión de seguidores a escala planetaria se ha convertido en secta y poco se puede hacer para intentar desterrar una fe revelada por no se sabe bien qué ente divino o zarza ardiente de montaña bíblica.
Entretanto, se siguen dando por ciertos multitud de disparates, uno a uno refutados por la ciencia, como el de que los alimentos preparados en el microondas pierden muchos más nutrientes que en cualquier otra forma decocción tradicional; de que el agua engorda si se toma durante las comidas; que mezclar hidratos y proteínas en el mismo plato provoca aumento de peso; que el chocolate favorece la aparición del acné; o que el saltarse alguna comida adelgaza.
En esta estábamos cuando aparece la epidemia de coronavirus y se empieza a extender la creencia que tal ha tenido su origen en los platos exóticos chinos y más concretamente en la sopa de murciélagos. Y héteme aquí que alguien descubre que tal disparate tiene su origen en el video que una “youtuber” colgó en 2016 para ilustrar los hábitos alimenticios y gastronómicos de la isla/República de Palaos, uno de los cuatro países que forman la Micronesia del Pacífico y una de las veintidós subregiones en que la ONU divide el mundo, donde parece que sí es relativamente habitual que se consuma el soponcio en cuestión y que los chinos ni la comen, ni la conocen, ni está ni se la espera.
Que es lo que tiene vivir en la postmodernidad líquida baumaniana y la gastromonguería sansirolé. Y esta es la cosa.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |