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En los corrillos entre compañeros cocineros en San Sebastián Gastronomika 2011 se seguía hablando de si pueden ser igual calificados, en las guías gastronómicas, los locales que cierran seis meses a lo largo del año (algunos más incluso), como los que permanecen abiertos casi todo el año. Yo creo sinceramente que no debería ser así. Las guías Gourmet, Repsol y Michelin tendrían que ponerse las pilas y mojarse, ¿a dónde van? Hablando de la famosa última guía, quiero recordar lo que dijo su director en una entrevista sobre los pocos inspectores que tenía para todos los restaurantes de España y Portugal, y a muchos cocineros se les puso la cara roja de ira. ¿Cómo es posible? No salen los números. Vamos a ver, 365 días del año menos las fiestas de Navidad, si no trabajan viernes noche, ni sábados, ni domingos y libran festivos, Semana Santa, etc., en fin, son más 30 días de vacaciones y no salen las cuentas. ¿Cuántas veces tienen que ir a comer?
Sigamos con el congreso y las ponencias de los españoles
Como parte de un viaje alucinante a los últimos sabores participó Rodrigo de la Calle con los cítricos y demás variedades que hicieron las delicias de todos. También nos conquistaron las palabras y “locuras” de Ángel León, un fiero y entrañable amigo que no deja a nadie indiferente y nos hace bucear por sus mares y restaurante Aponiente con sus platos de algas. Salí hermanado con las fabes del entrañable Marcos Morán, quien empieza a brillar mucho, cada vez más suelto, cubriendo su casa su padre, para subir él a los escenarios y sacarnos la sonrisa con su, perdonen, "nabo Smith". Y si tenemos que hablar del atleta de la gastronomía, ése es Paco Roncero, el cual cada día nos da más envidia por lo bien que se defiende y lo claras que tiene las cosas. Destacar su receta de costillas de cerdo a baja temperatura, desde la que nos llevó a ese mundo de sabores que puede ser el mestizaje de Madrid. Después llegó el pulmón del restaurante Calima, Dani García, un hombre que nos sigue ilusionando a todos por su sencillez y su forma agradable de narrar sus platos e ideas. Un aplauso por sus divertidos, además de técnicamente perfectos, gusanos de seda
También estuvo Pepe Rodríguez, del Bohío, gran castellano, que no deja de ser un “crak”. Con su mar y montaña de migas y esparteñas nos llevó un poco al principio de El Bulli. Y Francis Paniego del Echaurren, riojano que ya se ha quitado la camisa de mamá sin perder sus raíces, y lo reivindica a gritos con un bonito libro que podéis encontrar en las librerías: Echaurren, el sabor de la memoria. Estuvo otro buen amigo, Rubén Trincado, con un toque de humor y buena vista como la de su local Mirador de Ulía, desde donde se puede divisar una de las estampas más bonitas de San Sebastián. Además de disfrutar de su cocina, él se atrevió a ir a pelo a la ponencia y deleitarnos con un viaje alucinante a los sabores. Quizá perdió un poco de fuerza su intervención porque después de tanto vídeo y filmaciones parece que hay menos calidad, pero no, él lo llevó controlado hasta el fin. Y nos alucinó un viaje más de la mano de Ricard Camarena del Arrop, en Valencia. Y nos dijo: “Señores, volvamos a las sopas”. ¡Buena idea!
Y ¿qué digo de Manolo de la Osa que no sepa nadie? Que es concreto, que nos hace sin él quererlo, recobrar y recuperar el ajo. ¡Dios mío, un amigo así siempre que te acompañe a Transilvania! Esta vez nos llevó hasta los almendros y sus quesos. Como él llegó “el Nacho” (Manzano) con su sonrisa de niño grande y nos trasladó a sus gazpachos y ajoblancos de Asturias. Y Ramón, nuestro buen amigo Ramón Freixa, quien nos enseña que ser catalán y estar en Madrid es factible con Ramón Freixa Madrid. Se nos caía la baba al escucharle hablar de su butifarra de tórtolas. Y no quiero terminar sin recordar la maravillosa puesta en escena de Christian Escribà y Patricia Schmidt, que nos llevó a sus pasteles de nueva dimensión en 3D
Volvieron a brillar los cocineros vascos: Arzak, el abuelo indestructible; Pedro Subijana, el profeta; Martín Berasategui, el casero creativo; Andoni Luis Aduriz, nuestro niño grande; Hilario Arbelaitz, el sosiego vasco; Karlos Arguiñano, ¡él mismo!; Ramón Roteta, maravilloso artesano y escultor. ¿Y qué más? De ellos sólo puedo decir que hicieron unas ponencias maravillosas, cada uno en su estilo. Pero como ellos siempre ocupan mucho espacio y les conocéis bien, no voy hacer la trilogía del congreso y aquí se queda todo. ¡Hasta mañana y un bizcocho!
Y como la Navidad ya se acerca, aquí tenéis una receta de mi amigo Francis Paniego
Bajo un manto de hojas secas
Ingredientes
Gelatina de boletus y castañas:
125 g castañas
250 ml nata
25 ml aceite de oliva
250 g hongos
3 chalotas
25 ml Oporto
250 ml caldo de cocido
2 ud gelatina en láminas
1 diente de ajo
1 g sal fina
Salsa tibia de boletus:
125 g castañas
250 ml nata
350 ml agua
25 ml aceite de oliva
150 g hongos
2 chalotas
20 ml Oporto
75 g caldo de ave en polvo
1 diente de ajo
1 g sal fina
Bizcocho micro de remolacha y nabo:
3 huevos frescos
30 g harina blanca de trigo
2 remolachas
300 g queso de cabra en rulo
170 g nabo daikon
2 ml aceite de trufa negra tuber melanosporum
5 g trufa negra (Tuber Melanosporum)
1 g sal fina
Manto de hojas secas:
300 g acelgas
5 remolachas
500 g calabaza
500 g berza asa de cántaro
1 lollo rosso
1 hoja de roble
1 g trufa negra (Tuber Melanosporum)
5 pétalos de rosa
Para terminar:
50 g castaña
10 g setas del cardo
1 ml aceite de trufa negra tuber melanosporum
50 g manzana Granny Smith
3 g trufa negra (Tuber Melanosporum)
Elaboración
Para gelatina de boletus y castañas:
Rehogar las chalotas y los ajos, cuando estén bien pochados añadir los hongos y las castañas laminados. Una vez que esté bien pochado lo anterior, añadimos el oporto y lo dejamos reducir hasta que el alcohol evapore. Añadir el caldo, dejar reducir 15 minutos, trituramos por la thermomix y colamos por el chino fino. Añadimos la nata y, cuando rompa a hervir nuevamente, incorporamos el agar agar, que de un hervor y lo volvemos a colar. Incorporamos la gelatina en láminas y lo extendemos sobre una placa plana, con el fin de que vayan solidificando y luego extraer de ahí los rectángulos para el plato
Para salsa tibia de boletus:
Rehogamos la chalota y los dientes de ajo, añadimos las castañas y los hongos laminados y rehogamos todo bien. Añadimos el oporto, dejamos reducir. Añadimos el agua y el caldo de ave, dejamos reducir 15 minutos, trituramos y colamos. Añadimos la nata y le damos un último hervor y rectificamos de sal
Para bizcocho micro de remolacha:
Para hacer el bizcocho micro, necesitaremos primero obtener el agua del licuado de remolacha y el agua de licuado de nabo daikon
Las proporciones para obtener estas aguas son las siguientes:
Para el agua de nabo; de cada 100 g de nabo fresco nos salen aproximadamente 60 ml de agua de nabo
Para el agua de remolacha; de cada 100 g de remolacha fresca nos salen aproximadamente 50 ml de agua de remolacha
Ponemos el queso de cabra a triturar en la thermomix a 50ºC, con la ralladura de trufa negra y los 50 ml de agua de remolacha y los 100 ml de agua de nabo, una vez esto esté bien homogeneizado, lo reservamos en la misma thermomix. Mezclamos en la thermomix, sobre la base anterior, los huevos, la harina, el aceite de trufa, trituramos bien, ahora sin temperatura, rectificamos de sal y colamos. Introducimos la mezcla anterior en un sifón con dos cargas de aire. Dejamos reposar el sifón en el frigo unas 6 horas, para que asiente bien la mezcla en el sifón
El bizcocho se hace introduciendo una mezcla del sifón en un vaso desechable y lo cocemos 20 segundos en microondas
Para manto de hojas secas:
Berza: Cocemos la berza, una vez esté bien cocida la salteamos con ajo y guindilla. escurrimos bien la grasa resultante del salteado y la ponemos a deshidratar unas cuatro horas a 55ºC, formando una lámina bien estirada en la deshidratadora
Remolacha: cortamos la remolacha en lámimas muy finas y las freímos hasta que queden bien crujientes, secamos bien el aceite y dejamos deshidratar durante dos horas
Calabaza: rallamos la calabaza con el microplane grande y la ponemos directamente a secar en la deshidratadora
Lollo rosso y hoja de roble: deshidratamos las hojas enteras y lavadas
Ralladura de trufa: pelamos las trufas con el microplane pequeño y la viruta resultante se la añadimos al manto de hojas secas
Pétalos de rosa: deshidratamos los pétalos de rosa. Mezclamos todos los ingredientes deshidratados rompiéndolos en trozos con las manos, y los vamos mezclando poco a poco, a ojo, incorporando unos y otros ingredientes de forma proporcional hasta conseguir el aspecto visual de un manto de hojas de bosque
Acabado y presentación
Cortamos una porción de la gelatina de boletus y castañas (5cm*1,5cm). En el fondo del plato ponemos 15 ml de la salsa de boletus y sobre esta la porción de gelatina cortada anteriormente. Encima de la gelatina, colocamos la manzana cortada en brunoise y la frambuesa rota en semillas. En una de las esquinas del plato colocamos una porción del bizcocho micro de remolacha. Calentamos el plato y colocamos la castaña laminada y la trufa y tapamos todo con el manto de hojas secas
Observaciones
Es importante la temperatura de la gelatina y que la trufa y la castaña laminadas muy finas y que ambas estén muy frescas, casi recién cortadas
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