Lo que más me puede gustar de la vida es, lo primero y más simple, vivir y que el tiempo nos vea pasar. Fijaos bien: él siempre se queda, los que nos vamos somos nosotros. En nuestra corta vida podemos hacer muchas cosas si nos lo proponemos; además, hoy a diferencia de los viejos tiempos podemos llegar más rápido y ver más a través de esta ventana que nos enseña el mundo que es internet.
Yo, por este motivo quiero hacer esta reflexión y decir porqué esa manía de decir “este hombre se ha reinventado”, sobre todo a gente de la cocina. A mí me lo han dicho hoy y me ha hecho pensar en este tipo de expresiones. Me hace pensar en muchas cosas, como cuando alguien piensa que las cosas te van o han ido mal, no siendo verdad, y si haces algo que al principio puede extrañar sin pensar dicen la frase mágica: “te has reinventado”.
Me pregunto por qué esa expresión. En mi caso, yo nunca dejé de ser cocinero, nunca dejé de cocinar o de hacer cosas relacionadas con mi oficio, desde montar un concepto nuevo de foodtruck hasta hacer asesorías. Nunca me hice médico, fontanero, carpintero, mecánico… No, yo seguí siendo cocinero.
Lo más divertido es ver a los que, pensando que te puede ir mal, ves que no estuvieron ahí y que, cuando de repente se dan cuenta de que no estaban en lo cierto, vienen como si nunca se hubieran ido. Pues no. Lo bueno que te enseña la vida es a saber quién es cada uno y quién no merece la pena. Amigo, has de hacer las cosas que te gusten.
Recordad esta bella frase. “El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños” (Paulo Coelho).
Antes de daros la receta que traigo hoy os dejo esta entrevista que me han hecho en Sabor Madrid.
Ahora quiero dar una receta que en los meses con “R” dicen que están en su mejor momento. Los mariscos y moluscos, y me refiero a las ostras, a mí me encantan solas: con limón y un poco de pimienta. Hay quien le echa una gota de salsa perris y las acompaña de una tostada con mantequilla. Me acuerdo que de esta forma se las servían a los clientes en el Antonio Bar de San Sebastián. También recuerdo las primeras ostras que hice calientes: fue en Arzak, gratinadas, con una cama de puerro salteado y cubiertas con una suave bernesa; luego se gratinaban en la salamandra sin escaldar la ostra antes, aunque hay quien sí lo hacía.
Ahora vamos a hacer una receta que hice el otro día, a cuatro manos, para una clase en la escuela de hostelería:
Ingredientes
Elaboración
El caldo
La ensalada
Como veréis, este plato es estupendo para esta época, en la que nos metemos a hacer dietas e ir a los gimnasios, pues sólo aporta beneficios:
Ya sabéis, estas ostras me las trajo mi amigo Juan Torren de Medipeix, que tiene el mejor puesto de ostras de Palma. Y ayer probé las cervezas artesanas Olañeta: ¡qué buenas! Ya estoy preparando la próxima entrada, que va de comida china y japonesa.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |