Virginia usa el humor. Es un humor afilado, muy ácido, a veces socarrón, irónico y que no en pocas ocasiones se sirve del sarcasmo. El humor es un arma poderosísima. El humor ancla mucho más que un tratado lleno de datos y estadísticas. El humor sí contribuye a que nos acordemos mejor de los mensajes. Y, en este primer mundo hiperconectado, en el que todo dios va a todas partes con el mayor estresor que ha parido la humanidad, que es el smartphone, el humor alivia.
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Una dietista nutricionista enfadada con las falsas creencias relacionadas con la alimentación que muchos de nosotros damos por buenas y ponemos en práctica sin pararnos a consultar o pensar si realmente son buenas ideas, como estos dos ejemplos:
¿La fruta engorda y fermenta? Sí y no. No y sí. Virginia nos explica que algunas personas que presentan mala absorción de la fructosa sí pueden tener hinchazón al ingerir fruta, pero la fruta es una excelente fuente de vitaminas y minerales para quienes tengan un sistema digestivo equilibrado
¿Necesitamos azúcar para que nuestro cerebro trabaje? Sí y no. No y sí. En el libro nos cuenta Virginia que nuestro cerebro, como el resto de nuestros sistemas orgánicos, necesitan glucosa para su correcto funcionamiento, pero eso no quiere decir que necesite que nosotros añadamos varias cucharadas de azúcar al día para pensar mejor
pautas realmente saludables
¿Ya hemos decidido mejorar nuestra alimentación? Virginia nos acompaña en el proceso de mejora de nuestra dieta cotidiana, ofreciéndonos ideas para que resulte todo más sencillo:
«[...] siempre va a ser mucho más sencillo y menos desgastante que actuemos desde la organización (logística) y la prevención a que tratemos de invertir esfuerzos, que no van a ser pocos, en el momento en el que estamos sumidos en tal ansiedad. O sea, es más sencillo tener la cena lista para comerla al llegar a casa después de un duro día de trabajo que intentar controlar ese impulso y ansia por comer procesados cuando no tenemos la cena hecha».
¿necesitamos suplementos?
«Productos supuestamente enriquecidos con omega-3. Vamos a ver, un vaso de leche enriquecida con omega-3 lleva 0,16 g de alguno de estos ácidos grasos. Aunque no hay una Cantidad Diaria Recomendada (CDR) del tipo linolénico (ALA), que si recordáis, dijimos que era el único ácido graso esencial de los de esta familia, es de 2,5 g al día. Resulta ridículo si comparamos la cantidad necesaria de productos enriquecidos para llegar a los 2 g de omega-3, frente a otros alimentos que son fuente natural del mismo [...]»
Un libro de orientación nutricional escrito en un lenguaje absolutamente comprensible, cercano que nos ayudará a comprender mejor nuestro cuerpo y, por supuesto, a cuidarnos mejor
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |