Koldito ha confesado: "me gusta el queso". Bueno, más que gustarle le entusiasma, tanto que a veces piensa que si la reencarnación existiera, en otra vida habría sido un ratoncillo.
En mi nevera, seguramente no veríais muchos de los alimentos que hoy os aconsejamos, pero si encontraríais de 4 a 5 variedades de queso diferentes, de sabor suave, cremosos, de sabor fuerte, etc. ¡y frutas! Os recomendamos que probéis el queso con uvas, con láminas finas de pera, manzana o simplemente solo.
Nosotros también, cada día en un momento u otro hacemos un viaje a la nevera a buscar un pedacito. ¿Sabéis un secreto? Muchas veces cojo un pedazo de Parmesano y me pongo delante de la tele a ver una película y lo voy lamiendo como si fuese un caramelo. Probadlo, veréis que es un auténtico placer. Ahora mismo podéis ir hasta la nevera y coger un trocito de queso para continuar leyendo las recetas que os enseñamos hoy.
Tarta de queso y aceitunas
Ingredientes para 4 personas:
1 lámina de pasta brisa
200 gr. de queso manchego semi
150 gr. de queso gruyere rallado
4 huevos
œ lata de aceitunas verdes sin hueso
œ lata de aceitunas negras sin hueso
œ vasito de leche
50 gr. de mantequilla
pimienta
sal
Elaboración:
Unta un molde redondo con un poco de mantequilla y espolvoréalo con harina para que la masa no se pegue. Extiende la lámina de pasta brisa encima y con la ayuda de un tenedor, pincha varias veces la superficie.
Corta el queso manchego (o del tipo que más te guste) en dados pequeños, corta las aceituna verdes y las negras en rodajas y pon estos ingredientes en el fondo de la masa junto con unas cuantas bolitas de mantequilla.
En un bol, bate los huevos con la leche, ponle una pizca de sal y un poquito de pimienta, cubre con esta mezcla el queso y las aceitunas.
Espolvorea por encima el queso rallado.
Pon el molde a cocer en el horno a 200 grados unos 25-30 minutos.
Canapés de queso brie con almendras
Ingredientes para 4 personas:
200 gr. de queso tipo brie o similar
50 gr. de mantequilla
100 gr. de almendras tostadas y fileteadas
rebanadas de pan de barra tostado
sal
pimienta
Elaboración:
Antes de empezar, tienes que quitarle completamente la corteza al queso. Ponlo en un bol y aplástalo con un tenedor junto con la mantequilla, te tiene que quedar una mezcla homogénea y cremosa, añádele un poquito de sal y si te gusta, también le puedes añadir un poquito de pimienta.
Tuesta el pan, si las tostadas ya las tenias preparadas anteriormente o las has comprado, caliéntalas un poco en el horno.
Unta la crema de queso y mantequilla en las tostadas y adórnalas con las almendras fileteadas.
Patatas rellanas de queso
Ingredientes para 4 personas:
4 patatas grandes
50 gr. de mantequilla
1/2 vasito de leche
150 gr. de queso rallado del tipo que más te guste, nosotros te recomendamos el Chedar
1 pizca de nuez moscada
sal
Elaboración:
Limpia muy bien la piel de las patatas y ponlas a cocer en el horno 1 hora aproximadamente o hasta que estén cocidas, a 220 grados.
Corta la parte de arriba de las patatas y con la ayuda de una cucharita vacía casi toda la patata, resérvalas a parte.
Pon la patata que has sacado, en un bol y añádeles la mantequilla, el queso, la pizca de nuez moscada, la leche y la sal. Machácalo todo bien con un tenedor y remuévelo hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados.
Rellena con esta crema las patatas y ponlas otra vez en el horno, pero esta vez con el grill encendido y déjalas gratinar unos 5 minutos.
Salsa de Roquefort
Esta salsa es ideal para acompañar carnes, verduras a la plancha o al vapor y con las endivias u otro tipo de ensaladas.
Ingredientes para 4 personas:
150 gr. de queso azul, del tipo roquefort, azul danés o cabrales, aunque con este último, puede quedar muy fuerte.
2 cucharadas de aceite
2 gotas de zumo de limón
1/2 vaso de crema de leche o si la quieres más suave, puedes cambiar la crema por un yogurt
Elaboración:
Pon en un cazo antiadherente el aceite y el queso roquefort (o el que hayas elegido) y sin dejar de remover, deja que se funda, añade las 2 gotas de zumo de limón.
Cuando el queso esté fundido, añade la crema de leche y con la ayuda de unas varillas, remuévelo todo hasta que quede una crema fina y sin grumos. En principio, no hará falta añadir sal, ya que el queso es suficientemente sabroso.
Si no la consumes en el momento y se enfría, la puedes calentar con mucho cuidado de que no se queme, a fuego bajo y sin dejar de remover.
EL QUESO
El queso es uno de los alimentos más antiguos que se conocen, probablemente se empezó a elaborar en Oriente Medio o en Asia Central, aunque en la época del Imperio Romano alcanzó su máximo esplendor y se convirtió en una de sus principales industrias. Llevando su manufactura a los territorios que conquistaba.
Existe una leyenda que dice que fue descubierto por un mercader árabe que, mientras realizaba un largo viaje por el desierto, puso leche en un recipiente fabricado a partir del estómago de un cordero. Cuando fue a consumirla vio que estaba coagulada y fermentada, lo probó y vio que tampoco resultaba tan desagradable.
Desde siempre el queso se ha guardado para las épocas en que escaseaban otro tipo de alimento que tenían una duración más corta, como la leche con la que se elabora, a parte de ser fácilmente transportable, por eso era tan utilizado en los viajes, otro factor a tener en cuenta, es su alto valor nutritivo y energético.
El queso es un alimento que se elabora a partir de leche cuajada, siendo las más utilizadas las de: vaca, oveja, cabra, de camella o de búfala. Normalmente para esto se utiliza el cuajo (que es una enzima, que antiguamente se conseguía del estomago de algunos animales, aunque actualmente se puede obtener en los laboratorios, he incluso existen ?cuajos de origen vegetal?), que gracias a su acidez separa la materia grasa de la leche del agua.
La palabra queso deriva de la palabra latina caesus, aunque entre los legionarios se utilizaba la palabra formaticum, por eso en muchos idiomas el queso deriva de esta otra palabra como en el francés fromage, en catalán formatge y en italiano formaggio, por poner un ejemplo.
Las diferentes variedades de queso que existen, son en gran parte debido a las diferentes bacterias y mohos que se utilizan, a los diferentes niveles de nata, del tiempo de curación, de la raza del animal del que se utilice la leche o incluso de su alimentación, etc.
Hacer una clasificación detallada de los diferentes tipos de quesos que existen es casi imposible debido a todos los factores que influyen en su elaboración y conservación, aunque las principales pueden ser:
Por el tipo de leche utilizada:
De vaca: es la más utilizada, los más conocidos son los de tipo manchego, que se elaboran en España, el gouda holandés, el emmental suizo o el gorgonzola italiano.
De oveja o cabracomo el roquefort que se elabora en Francia, el feta griego, están elaborados con leche de oveja, con leche de cabra encontramos el queso majorero que se fabrica en Fuerteventura (Islas Canarias), en el cabrales, encontramos una mezcla de leche de oveja, de cabra y de vaca.
Quesos frescos: son los que una vez elaborados, no se conservan durante mucho tiempo. Son ideales para preparar ensaladas gracias a su sabor generalmente suave. Los más conocidos son la mozzarella originalmente elaborada con leche de búfala y que se produce en Italia, el queso de Burgos, el mascarpone y el queso quark alemán.
Quesos curados:son los que antes de su consumo, sufren un proceso en el que se le aplican técnicas de conservación, como el ahumado o el salado, para considerar que un queso es curado, se requiere un mínimo de año y medio o dos años.
Quesos cremosos:tienen una textura cremosa, debido al aumento de materia grasa, gracias a la nata. Los más conocidos son el camembert y el brie, este tipo de quesos, se suelen utilizar para la elaboración de postres y salsas.
Quesos azules:este tipo de quesos se caracteriza por la presencia de mohos, que le dan el característico color azul verdoso.
(Gracias a los amigos de la Cansaladeria Fondevila por la foto de los quesos)
Refranes populares y una fábula sobre el queso
Uvas con queso saben a beso
No hagas comida con queso ni sin queso (refrán asturiano)
Que no te la den con queso
Con buen queso y mejor vino, más corto se hace el camino
El pan sin ojos y el queso con ellos
El cuervo y la zorra (de Félix María Samaniego)
Había una vez un cuervo que volando sobre el campo, vio cómo un pastor tenía un queso en su zurrón, y fue acercándose a él, para tratar de apoderarse de tan sabroso manjar. A la hora de la merienda, el pastor, sin recelar nada, sacó de su bolsa el preciado queso y lo dejó a su lado, yendo a buscar un poco de leche para beber.
En cuanto hubo dejado solo el queso, bajó volando el cuervo y lo cogió con su pico, yendo a posarse sobre un árbol, relamiéndose ya de gusto pensando en el sabroso manjar que iba a degustar. Pero de ahí que una zorra, astuta como todas las zorras, atraída por el olor del queso se acercó al pie del árbol donde se hallaba el cuervo. Como las zorras no pueden encaramarse en los árboles, y ésta quería quitarle el queso al ave a toda costa, comenzó a trazar un plan para apoderarse de él.
En cuanto llegó al pie del árbol, dijo:
-¡Buenos días, hermosa ave del cielo! ¡Qué hermoso eres, cuervo! Dudo que en este bosque; en todo el mundo, exista un ave más atractiva y de más bello plumaje que el tuyo.
El cuervo, sorprendido ante estas alabanzas, se quedó quieto.
-Es imposible imaginar otra ave mejor que tú. Tu aspecto es agradable, brillante, majestuoso. Deberías ser la reina de las aves, y no el águila.
El cuervo comenzaba a henchirse de vanidad. La zorra seguía hablando sin descanso.
-Hermoso cuervo. Estoy segura de que tu voz debe ser maravillosa. Jamás he tenido la suerte de escuchar melodías suaves salidas de su garganta; pero no pierdo las esperanzas de lograrlo algún día.
Al llegar a este punto, el cuervo no pudo resistir más. Lleno de orgullo ante tan abrumadora cantidad de alabanzas, abrió su pico para cantar, para demostrar a su adoradora la belleza de su voz. Pero aún no había abierto el pico del todo, cuando, naturalmente, se le cayó el queso. Este fue a parar a los pies de la astuta zorra, quien lo cogió con rapidez, mientras le decía:
-Muchas gracias, señor cuervo. Ya conseguí lo que quería. Eres tan orgulloso que te has creído mis palabras. A ver si aprendes para otra vez.
Y luego se fue, dejando al cuervo avergonzado por su gran vanidad.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |