Ernesto Gallud Mira Comunicador y cronista gastronómico. Promotor del disfrute armonizado entre la comida y el vino. |
Es la sensación “foodie” fuera del centro, con una chispeante cocina cosmopolita entre lo castizo y lo “trendy” sin dejar de lado la honestidad y unos precios asequibles
CRÍTICA.- En una zona de Madrid un tanto escasa de hostelería se encuentra BARDERO, uno de esos lugares del que nos gusta presumir que conocemos y contarlo a nuestros foodi-amigos. Encontrar platos con ingredientes reconocibles que sugieren placer en sus combinaciones es todo un hallazgo que merece ser conocido.
El espacio tiene una decoración tal vez demasiado escueta o simplista, pero resulta cómoda y agradable con la amabilidad del servicio.
Una oferta un tanto corta que nos hace suponer que con frecuencia aportarán nuevas creaciones. El fuera de carta funciona y muy bien por cierto.
Tambien es muy de agradecer que haya bastantes vinos por copas.
Es curioso que siendo sus fundadores Argentinos y Uruguayo, la carne no protagoniza la carta (aunque está muy bien representada) y su plato más popular es la TORTILLA ESPAÑOLA pero muy jugosa.
Yo me voy con la convicción de quer volveré a probar lo que todavia no probé, sencillamente porque todo, de verdad todo lo que probé estaba por encima de mis propias expectativas y que como sabeis siempre son muy altas. Vosotros tambien os hareis adictos.
CRÓNICA.- Acaba de abrir sus puertas y ya hay una frase común que se escucha en Arganzuela: “Esto es lo que el barrio necesita”. Así es. Un restaurante de sencilla pero cuidada estética, con sabrosa cocina de carácter propio, animado ambiente y precios ajustados. Lejos del sota, caballo y rey del centro, Bardero abre sus puertas como dirección obligatoria de sus vecinos y de todo “foodie” madrileño. Hay muchas razones pero una con peso suficiente para reservar mesa de inmediato: aquí está la nueva mejor tortilla de patatas de la ciudad.
Los responsables de la cocina son el argentino Pablo Paternostro y el uruguayo León Bonasso. Ambos se conocieron trabajando al frente de la cocina de Juana la Loca. La tortilla es la gran estrella y lo más español, junto a las croquetas de Idiazábal o los huevos rotos con sobrasada de Mallorca, que presenta la carta. Bardero, modismo argentino que viene a designar a quien busca jaleo y jarana, promete asimismo agitar los sentidos de quien se siente a sus mesas con originales alternativas internacionales.
“Es una cocina que nos gusta y que refleja las tendencias y nuestras trayectorias. Muy cosmopolita, como Madrid, y a la vez con opciones tan tradicionales como ella pero siempre sin casarse con nadie”, ejemplifica León Bonasso. Pablo Paternostro, quien también creó y sigue al frente del restaurante Toga, en La Latina, sabe bien eso de dar a la cocina popular un toque de inventiva y fusión.
“Queríamos ofrecer algo distinto, una cocina llamativa, divertida y estimulante en un local a la altura. Sacar el centro fuera del centro”, explica el también argentino Martín Rebagliati, tercer socio fundador y jefe de sala de este nuevo concepto.
Platos eclécticos
Por eso, hay influencias mediterráneas, asiáticas y por supuesto latinas, como ellos. Está el carpaccio de bonito en semisalazón casero, con almendras fritas y arroz inflado; los raviolis artesanos de calabaza y queso San Simón con crema de gorgonzola, pistacho y salvia; la pata de pulpo con salsa kimuchi y gnochis de patata asada; o los mejillones al curry con fregola sarda, lima y cilantro.
Entre las carnes, todas de pasto y escogidas con esmero, como cada materia prima empleada en cada plato, destacan el brioche de panceta ibérica con salsa de trufa, lima y huevos fritos de codorniz; el secreto ibérico de bellota asado a baja temperatura durante 24 horas con crema de patatas trufada y reducción de PX; o, no podía faltar, el bife argentino, 350 gramos de ternera Angus acompañada de pimientos rojos asados.
Postres muy latinos
El capítulo de los postres mira especialmente al otro lado del Atlántico con el fondant de dulce de leche y coco, las peras con crema de chocolate blanco y lima o un fino milhojas de “lemon pie” que es imprescindible.
Bardero cuenta con una veintena de vinos, casi la mitad disponibles por copas, que provienen de las principales D.O. españolas pero que miman especialmente a muchos proyectos pequeños de fincas y viñas centenarias “que tienen todo el sabor del terruño”, cuenta Pablo Paternostro.
Terraza y sala
Ya sea en su coqueta terraza, en estos meses de buen tiempo, o en el amplio comedor, sobrio y minimalista pero cálido y repleto de la luz que entra por sus grandes ventanales, Bardero es un “must” a visitar. Si se busca un menú diferente, con personalidad pero asequible, y una animada atmósfera casual, sin corsés, en la que dar buena cuenta de la nueva tortilla favorita de los madrileños, entre otras muchas coloristas recetas, este es el lugar.
BARDERO
Calle Palos de la Frontera, 11 (MADRID)
Precio medio: 30 euros
Horario: Martes a Domingo de 13h a 17h / 20h a 1h
Teléfono: 910 939 894
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |