Los comentarios sobre el producto -fundamental en la cocina gallega-, las anécdotas personales, los recuerdos familiares y los consejos son un elemento fijo en los libros del autor, que además se enriquecen con cientos de fotos del paso a paso y, en esta ocasión, con códigos QR de la práctica totalidad de recetas, para ver en internet los vídeos de elaboración de los platos.
El índice de este libro es un festín para los sentidos, una invitación a salivar. Las recetas se organizan en diversas familias (Mariscos; Pescados; Ternera gallega y cerdo; Otras carnes de Rechupete; Caldos, cocidos y otros platos; Empanadas y masas; y Postres y dulces) y, gracias a las fotos de Marian Montoro y José Luis Sánchez, se puede comer también con los ojos. No falta ninguno de los platos que buscamos cuando viajamos a Galicia o entramos en uno de esos restaurantes esparcidos por medio mundo: pulpo (por supuesto), mejillones en salsa de ribeiro, raxo con patatas, pote gallego, lacón con grelos, tortilla de Betanzos, empanada de bonito, filloas… Son todos los platos que están, pero además Alfonso propone otros menos conocidos como los rollos de bonito en salsa de piquillos, fideos á mariñeira, conejo guisado al ajillo o empanada dulce de manzana.
Este recetario llamado a convertirse en un clásico va precedido de los textos de dos televisivos amigos de Alfonso: Sergio Pazos, que se define como «actor y apasionado de la tortilla de patatas», y Tonino Guitián, guionista y actor en programas de cocina. Ambos hacen una apasionada invitación a pasar las páginas y disfrutar de este libro «tocado por la magia de lo sentimental».
Cocina GaLlega
Alfonso López Alonso
sumario Introducción – 10 MARISCOS Vieiras al horno – 14 PESCADOS Sopa mariñeira a lo pobre – 60 TERNERA GALLEGA Y CERDO Carne de ternera asada a la cazuela – 102 Ternera asada al horno con patatas – 105 Guiso de ternera estofada – 108 Raxo con patatas y pimientos de Padrón – 113 Lacón con grelos – 116 Zorza o picadillo con patatas – 124 Ternera estofada de domingo – 136 Consejos y recomendaciones para guisar y estofar – 139 | OTRAS CARNES DE RECHUPETE Conejo guisado al ajillo – 142 Pollo de corral guisado – 160 CALDOS, COCIDOS Y OTROS PLATOS Caldo de Gloria – 180 EMPANADAS Y MASAS Masa de empanada gallega – 222 POSTRES Y DULCES Filloas tradicionales – 256 |
IntroducciOn «Le escuché decir una vez a un gran gourmet que, si todos los hombres se nutren, solamente unos pocos saben comer, y añadía que es con la reflexión, con el pensamiento, como debemos elegir nuestros platos, y con la imaginación degustarlos». Álvaro Cunqueiro Qué gran razón tenía nuestro amigo Cunqueiro. De hecho, estoy pensando en tatuarme esta cita en al- guna parte del cuerpo, ya que refleja lo que es para mí la cocina y, concretamente, la cocina gallega. Si tenéis este libro en vuestras manos, seguro que tenéis una opinión similar. Y si ade- más conocéis Galicia, sabéis que comer aquí es una religión. Nuestra cocina es una de las más famosas de todo el país, apreciada por la cali- dad de sus productos, su sencillez y su tradición. Y eso es mucho decir en un país donde se come bien en todas partes. Si has elegido Galicia como destino de descanso y vacaciones, puede que llueva, o tal vez no, pero seguro que vas a comer bien, ya sea en una aldea o en una gran ciudad. Platos gene- rosos en cantidad, sabor y calidad, recetas llenas de historia que han alimentado a generaciones aquí y allá. Pero también platos innovadores que llevan el sello de la cocina atlántica por todo el mundo. Para un gallego, comer no es una nece- sidad sino todo un arte. ¿Qué encontraréis en Cocina gallega? He seleccio- nado algunos de los platos más famosos de mi tie- rra, casi 90 recetas distribuidas en 7 familias que representan todo aquello que mi hijo Xoel debería probar algún día para sentirse como en casa. Este es un recetario que empezó como apuntes en una libreta de tapas rojas. Allí anota- ba las recetas que preparaba mi abuela Lucre- cia, las delicias de mi madre Rosa y los postres de mi hermana Nuria. La base gallega de «Rece- tas de Rechupete» que triunfa en las redes y, a partir de ahora, también en vuestra casa. Es un libro para usarlo y cocinar de re- chupete. Si alguna vez entro en vuestra cocina, espero verlo con alguna mancha de algo rico y que se haya usado hasta la saciedad para el dis- frute de la familia y amigos. Anímate a dejarte llevar por los sentidos y a llenar el estómago con algunas delicias gallegas. Bo proveito! |
mariscos |
Vieiras al horno Esta es para mí una de las recetas más tradicio- nales de la Navidad, puesto que mi madre, Rosa, la preparaba todos los años. Se trata de una de sus especialidades, así como del plato estrella de Noiteboa. Aunque es un plato sencillo, lo cierto es que el ingrediente principal, la vieira, es cara en las fechas navideñas, pero, sin embargo, merece realmente la pena. Aconsejo comprarlas congeladas para disponer de ellas y poder preparar alguna receta cuando deseemos. De este modo resultan más econó- micas y la calidad de este increíble marisco es la misma. Se trata de un plato con el que tendre- mos el éxito asegurado. Además, es uno de mis recetas estrella, muy sencilla y fácil de preparar. 6 personas 4 cebollas grandes 5 lonchas de jamón serrano Fácil 4,4 €/persona 45 minutos 1 cucharada de perejil picado (opcional) 75 ml de aceite 1. En primer lugar, es fundamental retirar bien la arena de las vieiras frescas para que no resulte molesta y no estropee la receta. Para ello, con- viene ponerlas en remojo en una cazuela o un recipiente grande de plástico unas 2 horas antes de cocinarlas con un puñado generoso de sal y cambiarla 3 o 4 veces. Las vieiras beberán y sol- tarán la arena. 2. A continuación, pelamos y picamos finamente la cebolla, de tal manera que una vez cocinada tan apenas se aprecie. 3. Troceamos el jamón a mano o en una pica- dora. Yo prefiero usar la picadora para obtener trozos uniformes. Es importante recordar que en esta receta deben destacar las vieiras, no los de- más ingredientes. Reservamos en un plato. 4. Ponemos una cazuela al fuego, vertemos el aceite de oliva, añadimos el jamón picado y lo cocinamos a fuego lento durante 1 o 2 minutos para que el jamón se selle. A continuación, agre- gamos la cebolla picada y la sofreímos unos 3 minutos a fuego medio para que se evapore la humedad, sin dejar de remover, para evitar que se pegue al fondo de la cazuela. 5. Vertemos el vaso de vino blanco, a ser posi- ble un ribeiro, un albariño o un godello. Hay que señalar que es importante que el vino sea de ca- lidad, a ser posible el mismo que vamos a beber 14 Mariscos 2 cucharadas de pan rallado 12 vieiras |
en la comida. Después removemos y dejamos que se evapore el alcohol durante 5 minutos. 6. A continuación, incorporamos la salsa de to- mate frito, que le dará un toque y un sabor ca- racterísticos. Cocinamos durante otros 10 minu- tos a fuego lento. Si nos gusta con un toque de perejil, lo agregamos justo ahora. Retiramos el recipiente del fuego y dejamos reposar. Salpi- mentamos, si fuera necesario, aunque hay que tener en cuenta que hemos añadido jamón, que le da un punto salado. 7. Retiramos el exceso de agua de las vieiras con papel absorbente. Las añadimos al sofrito, removemos con cuidado y esperamos un par de minutos más con el fuego apagado hasta que las vieiras se impregnen bien del sofrito. Se termi- narán de cocinar en el horno. 8. Precalentamos el horno a 200 °C. Mientras tanto, colocamos en cada concha las vieiras con el sofrito. Podemos emplear 1, 2 o 3, dependien- do del tamaño. A continuación, espolvoreamos con una fina capa de pan rallado. El pan rallado gratinado conservará todos los jugos y el sabor a mar de las vieiras. 9. Colocamos las vieiras en la bandeja del medio del horno y las cocinamos a 180 °C durante de 12 a 15 minutos, con calor arriba y abajo, sin aire. Com- probamos el horneado para que no se quemen. 10. Finalmente las gratinamos durante unos 2 mi- nutos hasta que adquieran un tono dorado. Servi- mos las vieiras bien calientes, recién horneadas. CONSEJOS E INFORMACIÓN DIVERSA • El pan rallado debe ser de calidad. También pue- de añadirse perejil muy picado. • Las vieiras pertenecen al grupo de los bivalvos y pueden desplazarse en busca de alimento por zonas de arena limpia, propulsándose con sus conchas. • En las rías gallegas podemos encontrar, ade- más, otros mariscos de incomparable calidad: al- mejas, cigalas, ostras, percebes, navajas, pulpo... 16 | Salpicon de marisco Sin lugar a dudas, quien borda el salpicón de maris- co en mi casa es mi padre, Jesús. Suele añadir una ración extra de marisco para conferirle más sabor a mar. Aunque esta receta no es única, existen tantas variantes como cocineros, esta está deliciosa. Es importante emplear productos de cali- dad, ya que con ello nos aseguramos de que esté de rechupete. El salpicón es una buena opción para un entrante o para una cena, así como para degustarlo en verano. En casa lo solemos preparar con centolla o buey de mar, unos langostinos, pulpo gallego y rape, acompañados de hortalizas y una vinagreta sua- ve mezclada con la yema de un huevo. Sin em- bargo, lo importante es prepararlo con el pre- supuesto que tengamos a mano; puede ser una receta muy cara o muy barata, según los ingre- dientes que empleemos. 6 personas 15 langostinos cocidos (unos 200 g) Preparación del salpicón 1. En primer lugar, calentamos agua en una ca- zuela grande y, cuando comience a hervir, añadi- mos los langostinos, los cocemos durante unos 4 minutos y los retiramos. 2. En la misma agua con sal cocemos el rape en rodajas gruesas, de unos 3 o 4 cm, durante 7 u 8 minutos. Para saber si está en su punto, lo pinchamos en la espina central. No hay que excederse con la cocción. Retiramos el rape y lo reservamos. Si los rapes son pequeños, bastará Fácil 6 €/persona 1 hora Para la vinagreta: Mariscos 17 4 huevos con 5 minutos de cocción. Después, desmenuza- mos el rape en trozos pequeños y los reservamos en un cuenco. 3. Si hemos comprado el pulpo cocido, solo te- nemos que cortarlo por la mitad y añadirlo al cuenco. Si el pulpo es fresco, ver la receta de cómo cocer pulpo en la página 23. 4. El buey de mar o la centolla se añaden ente- ros una vez cocidos y preparados. Ver página 56 para aprender a cocer el marisco como auténti- cos profesionales. |
5. A continuación, cocemos los huevos. Para ello, los cubrimos con agua fría y calculamos 10 minu- tos desde el momento en que el agua empieza a hervir. No debemos excedernos, ya que de lo con- trario se formará un halo oscuro de color verdoso alrededor de la yema, algo que resulta desagra- dable a la vista. 6. Después, pelamos los langostinos, retiramos el intestino y los cortamos en trozos de 1⁄2 cm. Los añadimos al cuenco. Pelamos los huevos y separamos la clara de la yema. Picamos las cla- ras y las yemas, excepto una, que reservaremos para la vinagreta. Agregamos todo al cuenco. Cortamos la cebolla y los pimientos en dados pequeños y los incorporamos al cuenco. Preparación de la vinagreta y presentación 1. Las proporciones de la vinagreta irán en fun- ción del gusto de cada uno. El tipo de aceite, vi- nagre e ingredientes utilizados pueden modificar la intensidad del sabor. En un bote de cristal aña- dimos una pizca de sal y la pimienta negra recién molida. Vertemos el aceite de oliva y el vinagre de Jerez. Removemos enérgicamente hasta que esté todo ligado. 2. Añadimos la yema de huevo desmenuzada. Ce- rramos el bote y lo agitamos hasta que todo esté bien incorporado, casi emulsionado. Reservamos. 3. Vertemos la vinagreta y mezclamos. Todo debe estar muy bien integrado para que se fusionen los sabores. Lo dejamos reposar unas horas y ser- vimos en platos individuales, decorados con un poco de cebollino fresco picado. CONSEJOS • La base de este salpicón se puede preparar el día anterior. Solo añadiremos la vinagreta el día que lo vayamos a consumir. • Hemos usado rape, que es un pescado delicio- so. Si resulta demasiado caro fresco, también se puede utilizar congelado. Asimismo, se puede sus- tituir por otros pescados blancos, como la merluza o la raya. Mariscos 19 |
empanadas y masas |
Masa de empanada gallega Me vienen a la mente muchos recuerdos de mi infancia en mi pueblo natal, la inmensa mayoría cocinando con la abuela. Uno de ellos tiene lugar en A Leira, donde tenemos la bodega y en la que había un horno comunal de leña o forno do pan. Allí, durante unos días, era habitual que a quien le tocara, según unos turnos establecidos, hiciera hornadas de pan. Bien tem- prano preparábamos la masa de pan, como la de esta receta, que es la misma que se empleaba para elaborar empanadas. Mi abuela pesaba la harina que le llevaba mi tía Amelia de su molino, y las bollas y bolillos iban saliendo pieza a pieza, las justas hasta la siguiente hornada. El proceso de calentar y caldear el horno se llevaba a cabo una sola vez y podía llevar unas 4 o 5 horas, pero merecía la pena. El olor a pan recién hecho durante todo el día era gloria bendita. Las empanadas eran más típicas de fiesta y romería, al igual que los dulces, bizcochos y bicas. Cuando se aproximaba la fiesta de la Magdalena, allá por julio, el horno era un espectáculo. Salían unas empanadas gloriosas con un aspecto rústico, una corteza semidura y con un poco de miga. No he conseguido preparar la misma empanada de mi abuela, pero gracias a la masa de esta receta se asemeja bas- tante. En mi opinión, la empanada de conejo y pimientos que elabora la madre de mi amigo Suso en Lugo es semejante; por lo visto, los pueblos y las aldeas de interior utilizan mezclas de harinas muy parecidas. Lo más importante es que con esta receta se consigue una empanada con el sabor de antes, el que se quiere trans- mitir gracias al compango o relleno. 10 personas Dificultad media 0,3 €/persona 35 minutos 10 cucharadas (150 ml) 222 Empanadas y masas |
Preparación de la masa de empanada
1. En un cuenco grande, ponemos parte de la ha- rina de fuerza. Reservamos unas 4 cucharadas de harina para irla añadiendo a la masa en el momento del amasado. En el centro del cuenco hacemos un hueco con la ayuda de una cuchara. Medimos el agua que vamos a usar.
2. Disolvemos la levadura en agua tibia. No hay que usar agua excesivamente caliente, ya que esto no aumenta el poder leudante. Si el agua tie- ne una temperatura superior a los 45 °C, matare- mos todas las levaduras y bacterias necesarias para que la masa suba. Para este paso, vamos a emplear levadura fresca prensada de panadería. Aunque existen de diversos tipos, esta es bastan- te adecuada y se puede conseguir con facilidad en los supermercados. La levadura fresca debe estar en la nevera hasta el momento de preparación de la masa, a unos 5 °C, aproximadamente. El dado de levadura pesa 50 g, aunque solo usaremos 40 g.
3. Dejamos reposar la levadura en agua durante 1 o 2 minutos y luego removemos con una cuchara hasta que la levadura se disuelva por completo. En esta receta no hace falta añadir azúcar para acti- var la levadura, ya que, por el contrario, podría lle- gar a dificultar el levado de la masa de empanada.
4. Vertemos la preparación de levadura en el hueco que hemos formado en la harina. A con- tinuación, removemos con una cuchara de ma- dera desde el centro hacia fuera, para mezclar poco a poco con la harina hasta que obtengamos una especie de migas.
![]() | Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |