Entiendes. Y compruebas en boca El mix entre gastronomía y coctelería se completa en esta estancia con una propuesta de “alegrabocas” para divertir el afterwork o cenar en formato informal. Siguiendo la lógica asiático-mediterránea, aparecen propuestas con sentido alquimista. Temaki de foie en cono de helado con alga nori con mousse de foie y alcohol macerado con amaretto, ostra con papada de cerdo atemperada acompañado de helado de ostra o gyozas de sepia y albóndigas. La fórmula surge efecto; te sientes más joven. El proceso puede multiplicarse en el interior, donde Palacín remueve la olla. El festín alquimista En tonos ocre y una gran imagen de campo oriental, las mesas de The Alchemix acogen a iniciados. Aquí, Palacín muestra saberes compartidos entre sus periplos por las cocinas de Gaggan, en Asia, o de elBulli, Mont Bar o elBulliFoundation, en España. Sin premisas de servicio (“no hay primeros ni segundos, el cliente escoge qué y cómo”, comenta el chef), la idea es compartir alquimia. Pequeñas elaboraciones en dos formatos que aparecen en carta a base del mejor producto local tamizado en elaboraciones asiáticas, con presencia continua de especias. Huevos con morcilla de Wagyu y kokotxas; bacalao a baja temperatura con tempeh de mongetes del ganxet; gyozas de sepia y albóndigas. Lees y sitúas, pruebas y viajas. Cocina de estética y con fondo de horas cuando toca; con preminencia de “mares y montaña” por localización. The Alchemix une mundos y te interroga, por ejemplo, con el coulant acompañado de frutos rojos. No es un postre, lleva butifarra y lleva frutos rojos. En vez de fresa o grosella, tomate y pimiento. Son frutos rojos, aquí acompañados de un crumble de setas a modo de galleta. La carta varía por temporada y se llena de sugerencias según mercado, y se completa con dos menús degustación para quien quiere conocer sin rodeos el secreto. De cinco y ocho platos, contemplan entre otros la Trilogía del pollo -piel de pollo, macaron de pollo con paté de hígado y pan suflé de yema texturizada-, las alcachofas en tempura con mayonesa de salsa Hoisin –hecha en casa con una base de ciruelas confitadas, siguiendo una receta china- o los puerros con avellanas, miso y trufas negras, “uno de los platos que más representa la propuesta”, comenta Palacín. Los postres siguen la línea de cuestionar la mayor y juegan con el dulce-salado. Mel y mató –al vapor y en forma de cheescacke japonés con queso feta y pistachos caramelizados; té Chai Masala y helado de chocolate y cardamomo y jengibre, un postre basado en una de las elaboraciones más típicas de India. La conexión entre ambos mundos regresa con una crema catalana de Sakekatsu. Para los que no perdonan el vino, The Alchemix dispone de una carta de vinos pequeña pero cuidada, con referencias divertidas, “que nos cuadran por sabor con esta tipología de carta”, explica Palacín. Porque, aunque también puedes cenar con cócteles, no tienes porqué. “No es un establecimiento solo de maridaje. Es un establecimiento que combina mundos desde dentro”. Tu paladar lo comprobará. Y compruebas que sales más joven The Alchemix abre por la tarde para el afterwork entendido, para que la barra de Ussía amenice con alegrabocas y cócteles especiales. Tras esta, y antes del restaurante, o para la previa o el post de la cena, un sofá y dos mesas altas dirigen la mirada a sendos cuadros del artista italiano Giuseppe Arcimboldo, quien recrea el rostro humano a partir de flores y frutas. Los mirarás y entenderás. La alquimia habrá hecho efecto. Sergi Palacín Tras estudiar en la Escola d’Hosteleria de Cambrils y pasar por elBulli, Sergi Palacín(Barcelona, 1990) creció y compartió mundo de la mano de Gaggan Anand (Gaggan Restaurant), con quien, desde el departamento de I+d, en cinco años situaron al restaurante del indio en el nº1 de The 50 Best Restaurants en Asia y en el nº10 a nivel mundial. Tras conocer y profundizar en la cocina asiática, regresa a su ciudad para incorporarse también al I+d del restaurante Mont Bar. Tras el gastrobar del Eixample, Palacín entró en elBulliFoundation para desarrollar, entre otros, el proyecto “sapiens” sobre los snacks, donde puso en orden y potenció sus conocimientos culinarios. Ahora, en The Alchemix, su primer proyecto como propietario, aúna saberes y expresa con libertad y sobre plato todo el bagaje adquirido. Ignacio Ussía Coctelero y pastelero, Ignacio Ussía (Barcelona, 1985) estudió en ESHOB y Hofmannpara emprender su carrera en Via Veneto o Ideal Cocktail Bar (todos en Barcelona). Con 28 años, ya formado como barman profesional, aterriza en Gaggan como bar manager. Tres años en el mejor restaurante de Asia abren la mente a Ussía, que aprovecha también para realizar varias masterclass por todo el mundo. De vuelta a Barcelona, y antes de erigir junto a Palacín The Alchemix, ejerce de profesor de coctelería en ESHOB. |