6963 recetas de cocina   |   17316 noticias de gastronomia   |   579 autores   |   21 empresas



Que mejor titulo para mío primera nota

A Fuego Lento



share by WhatsApp

Tati Fructuoso Notario

 

Algo que no puede faltar jamás en nuestra alacena, o al menos así lo aprendí de mi familia, cuna de grandes comedores y mejores cocineros y cocineras del día a día, es el ingrediente secreto. 

Mi primer contacto con ese mágico elemento, vino a través de la fiambrera que cada tarde mi papá traía casi vacía a casa. Esa pringosa lata de alpaca, se convirtió muy pronto en un oscuro objeto del deseo. 

Eran tiempos difíciles, en los que mi familia, buscando un futuro mejor,  había tenido que emigrar desde La Mancha hasta Mallorca, una hermosa y paradisiaca isla mediterránea, en la que hombres como mi padre, encontraron la forma de prosperar en el boom turístico de los 60. Así que, pluriempleado,  trabajaba la temporada de verano como cocinero de un hotel, y el resto del año en la construcción.  En esos fríos días, todas las mañanas mi madre le preparaba la comida para aguantar la dura jornada laboral. Normalmente, fuera cual fuera el menú, las patatas panaderas estaban incluidas. Huevos fritos con patatas, chorizo con patatas, tocino con patatas, filete con patatas, sardinas con patatas, combinaciones de ingredientes varios con patatas…. una tubércula fijación.  

Cuando regresaba del trabajo, mis hermanos y yo nos abalanzábamos a sus brazos. Lo recuerdo como una gran explosión de ternura, que tras unos minutos se convertía en euforia al ver lo que nos había traído. En sus bolsillos aparecían chucherías y pequeños juguetes del quiosco. Pero el regalo más preciado era merendarnos los restos de su comida, siempre dejaba un último bocado de deliciosas patatas para  nosotros. Aquello era como tocar el cielo. Aunque muchas veces habíamos comido lo mismo, sus patatas frías y melosas no tenían ni punto de comparación con las nuestras. La fiambrera había sufrido una transformación de alquimia homeopática, tal como Samuel Hahnemann descubrió cuando el movimiento de su caballo en el camino potenciaba la esencia y la efectividad de sus remedios.

Mi madre se reía al vernos, porque ella sabía cuál era el ingrediente extra que la fiambrera contenía al volver de la obra: el amor de mi padre. 

Hoy, con la tristeza de saber que mi padre salió de casa para nunca más volver, os quiero compartir su receta.



  0 COMENTARIOS




SÍGUENOS
          
SUBSCRÍBETE





AFUEGOLENTO EMPLEO

AUTOR DESTACADO

   

Albert Adrià

Redes sociales: https://www.instagram.com/enigma_albertadria/ https://www.instagram.com/albertadriaprojects/

3 recetas publicadas

Ver blog del autor














Desde 1996, el magazine gastronómico en internet.


© 1996 - 2024. 29 años. Todos los derechos reservados.
SUBSCRÍBETE

Recibe las novedades de A Fuego Lento


SÍGUENOS