Relatos Sabrosos, una Visión Muy Particular de la Historia Gastronómica (Cap.25)

En el anterior capítulo se omitió el testimonio de Antonio Gades por la muerte de Carmen. Por su interés lo reproducimos a continuación.

  <<El 19 de noviembre de 1963 habíamos organizado un partido de fútbol entre camareros y artistas. En medio del partido me dijeron “Antonio, ha muerto Carmen Amaya”. Cancelé inmediatamente mi actuación de esa noche. Me fui por todos los tablaos de Barcelona. Cuando llegué al de la antigua vedette Bella Dorita estaba la gente dando palmas y me puse a gritar delante de todo el mundo: “¡No tenéis vergüenza, que está Carmen Amaya de cuerpo presente y haya un tablao flamenco abierto!”. Con el escultor Xavier Corberó  y el pintor Viola, en el coche de un amigo fuimos por la noche a Bagur, donde había muerto. En aquella casa desnuda estaban Pilar López y Rosario. La escena era impresionante. Subí unas escaleras y allí estaba, en el suelo, al lado de un somier. La velamos toda la noche. Al día siguiente fui uno de los que tuvieron la tristeza de llevar la caja>>

  Con apenas seis años su padre la lleva una noche al restaurante-café Las Siete Puertas, donde los clientes pagaban un rato de  juerga en la sobremesa. Carmen jamás olvidó aquellos primeros y precoces contactos con el público.

  <<Siempre iba con papá. Cuando no estaba la policía ni había ronda de noche, me dejaban bailar en el Villa Rosa. Todo el mundo me daba  dinero en cantidad. Llegó un momento en que Miguel y Julia Borrull, que eran los dueños del café, como vieron que yo me llevaba todo el dinero de las juergas, nos gritaban al vernos llegar: “Vete, vete Chino (así le decían a mi padre), que está la policía”, era mentira, pero nos teníamos que ir después de haber estado esperando muchas noches con todo el frio del invierno>>

  Sigue  recordando esa época.  “Trabajaba también en casa El Manquet, en Santa Madrona y en Juanito el Dorado. En El Manquet había un gran cuadro de baile: Micaela, El Gato, El Farruquero, Tobalo, Lollila La Cabezona, mi tía La Faraona, El Bulerías y mi padre. El Gato era físicamente extraordinario. El Farruquero era el mejor que ha habido de todos los tiempos. Otras noches bailaba en el bar Cádiz, de Juanito el Apañao, apoderado de los Bienvenida. Y también por los pueblos, Tarrasa o Sabadell. Cuando terminaba mi baile, bajaba y rifaba numeritos de lotería”

  <<En uno de los cafés, el de Joaquín Escaño, tuve una noche de alegría. Cuando llegué vi una muñeca que tanto había mirado en un escaparate. “Es para ti” me dijeron. Luego querían que bailara, pero yo no quería separarme de mi muñeca. “Yo te la pongo aquí delante”, me dijeron. Me la sentaron delante, entre el público, y estuve toda la noche bailando para la muñeca>>

  “Con siete años ya había ido a París, en la Compañía de Raquel Meller”

  En 1929 se celebra la Exposición Universal en Barcelona, que acude a inaugurar Alfonso XIII. El 21 de  mayo acude a el Patio del Farolillo, en la que degusta vinos generosos y ve una actuación de baile. Siempre hay un  protocolo, pero éste se lo saltó una joven que cautivó al monarca. “Va por usted, señor Rey”, le dijo Carmen. Se comenta que éste encargó que le mandasen un buen surtido de viandas.

  Ese mismo año interviene en  la película La Bodega , dirigida por Benito Perojo, basada en la novela del mismo título de Vicente Blasco Ibañez , que se basa en una bodega jerezana. La película fue interpretada por Conchita Piquer, que canta y baila. En la escena de la fiesta de la  bodega intervienen tres bailaoras. Son una joven Carmen Amaya, que va siguiendo atentamente el baile de su tía La Faraona, y su prima María.

No os perdáis el siguiente Relato: Carmen Amaya (3). Su verdadero triunfo fue al llegar a Madrid