Massimo Pignata, Maestro Heladero de Delacrem, Desvela sus Secretos

Massimo Pignata emprendió en 2010 la aventura de abrir un obrador de helados, llamado DelaCrem, en Barcelona. Su objetivo era hacer durante todo el año (no solo en verano), helados con productos de gran calidad y enorme variedad, romper el mito de que es algo extremadamente dulce diseñado básicamente para niños y dotarlos de una temperatura y textura muy agradable.

Larousse Editorial publica ahora su libro Helados, una obra que nace para continuar con el desafío del autor de transmitir lo que hay detrás del helado artesanal, ya que el trabajo del heladero sigue estando poco valorado, pero el interés por conocerlo existe. 

Para Massimo hay un vacío de comunicación entre los heladeros y los consumidores, algo que se refleja en las propuestas que se encontraban hasta ahora en las librerías, en las que había libros escritos por aficionados, con más voluntad que técnica, y los escritos por profesionales con contenidos muy específicos y un léxico que no está al alcance del público general. Con Helados cualquier interesado podrá aspirar a ser un "pequeño heladero", como si tuviera un mini obrador artesanal en la cocina de su casa y, dentro de los límites debido a las diferencias técnicas, elaborar un helado casero siguiendo las normas tradicionales de la heladería italiana.

Las recetas se han elaborado con una mantecadora vertical de sobremesa de 180W comprada en una tienda de barrio para asegurar que es posible llevar a cabo todos los helados en casa. El desafío del libro es traducir las recetas (ingredientes y métodos) pensadas para mantecadoras con potencias casi industriales a otras para máquinas caseras, manteniendo, siempre que sea posible, los sabores y las texturas.

Con este libro el lector descubrirá que los helados artesanos no tienen un exceso de calorías. Por el contrario, se encuentran entre los postres con un nivel de calorías más reducido. Podrá preparar en casa deliciosas recetas tanto de helados como de sorbetes, con unas mezclas tan diferentes y atractivas como la del helado de yogur, melón piel de sapo y menta, jengibre, pan con aceite, sal y chocolate negro, peras al vino, queso mahón con membrillo o calabaza con dulce de leche. Sin olvidar los helados más clásicos como el de nata, vainilla, plátano canario, yogur o chocolate blanco. Así como sorbetes como el de fresones, mojito, sandía con menta, frutos rojos, limón, mandarina con lima o naranja sanguina.