Relatos Sabrosos, una Visión Muy Particular de la Historia Gastronómica (Cap.19)

El Meliá Don Pepe era un referente incuestionable. Su director durante muchos años,  el Conde Francesco de Perlac, le había dotado de una enorme personalidad. Hasta el punto de que la primera de las Galas de Verano era considerada como el “inicio oficial” de la temporada.

  La de éste tenía un interés especial para mí, por mi faceta de crítico teatral. La figura de la misma era Antonio Gades. Acababa de dejar la dirección del Ballet Nacional de España, que se había creado dos años antes bajo su dirección. Con varios de los componentes del mismo  había creado una nueva Compañía, con la que se presentaba.

  Compartía mesa con los enviados especiales de la revista Sal y Pimienta. La revista tenía impronta sarcástica, con gotas de acidez. Casi un adelanto de los  programas tan en boga hoy en día en algunas televisiones La portada era casi su seña de identidad.

  En una mesa casi contigua se sentaba Pepa Flores (Marisol).

  Comentaba con mis colegas un  hecho artístico curioso. Esa misma noche, Antonio (Ruiz Soler), que había sustituido a Gades al frente del BNE, presentaba el inicio de la gira del Ballet en otro punto de España.

  De repente la artista malagueña se levanta. Agitando los brazos y  en un tono de voz muy alto se encara conmigo.

  Tenía ante mí a una mujer de 32 años, no el icono infantil y juvenil para muchos españoles durante años, y a la cual tenía, y sigo teniendo, un gran respeto por su trayectoria profesional, y así se lo hice saber.

    Mis colegas, mientras tanto, con la cámara de fotos preparada, me decían: “Contéstale, contéstale (en  el mismo tono), si te agrede te damos portada”. Acababan de publicar unas declaraciones de Goyanes “Marisol es un resentida”. Reproducimos la portada. No sé si resentida, pero agradecida al clan Goyanes, especialmente al padre, seguro que no. Temían perder  ”la gallina de los huevos de oro”.

  Por la forma vehemente de expresarse se podía entender la postura de una persona enamorada. Y por eso, posiblemente, malinterpretó lo que oyó o, mejor dicho, lo que creyó oír. Era alguien defendiendo a su pareja.

  Se había unido sentimentalmente a Gades en 1973. En el 74 y 76 alumbró a sus hijas María y Tamara. Y en el 81 a Celia. Quizás por eso tenga una connotación especial la nana que canta en la película Bodas de Sangre, cuya foto aportamos.

  El 5/11/82 se casan  civilmente en Cuba. Los padrinos fueron Fidel Castro y Alicia Alonso.

  El bailarín influyó de forma clara en su impronta política de aquellos años. Se afilia al PCE y al Partido Comunista de las Tierras de España.  Y se significó en contra de la entrada de España en la OTAN. Tras su separación en 1986 no ha vuelto a tener ninguna aparición política pública  alguna.

  El tercero “en discordia” de la Gala del Don Pepe era Antonio Ruiz Soler, con el que había tenido una muy buena relación. Y trató de ampararse en él para escapar de la opresión, según declaró el mismo artista sevillano, de los Goyanes.

    Aportamos una foto curiosa en la que podemos ver a  "Los dos Antonios ( Gades y Ruiz Soler) junto a Manuela Vargas recibieron los Premios de Danza, en distintas categorías por la temporada 1969/70"

  El Don Pepe estrenó hace un tiempo una nueva  propuesta gastronómica, Erre & Urrechu, de la  mano del reconocido cocinero. Conocí a Iñigo cuando llegó al Amparo, de la mano de Martín Berasategui, a finales del 93. El restaurante estaba dirigido por lo gran Carmen Guasp, una mujer a un lazo pegada, que con su apertura en 1979, aportó un indudable aire de modernidad a la oferta gastronómica madrileña.

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En la Gala del Meliá Don Pepe se brindó con champagne

Un relato de José Luis Jiménez