Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí (enlace a página de cookies).
Me gustan las farmacias y, aunque pueda sonar raro, tiene su explicación y es bastante lógica.
Cuando era pequeño el sentimiento era de amor-odio con ellas, cuando iba a la farmacia que estaba cerca de casa, la farmacéutica, casi siempre me daba alguna cosa, unos caramelos, unas ?gominolas? (parecidas a las frutas de Niza) que estaban muy buenas, o a mí me lo parecían, y como yo siempre he sentido debilidad por la gente que me da de comer, pues ya está todo explicado. La parte dramática venía cuando la visita era porque estaba enfermo, probablemente mi médico era una buena persona, pero para mí era un ?sádico? de mucho cuidado, ya que casi siempre lo arreglaba todo con unas cuantas inyecciones.
Entonces la visita ya no era por el placer de los dulces o el pequeño juguete que me daban, a todos los niños les asustan las inyecciones y yo no era la exención.
Han pasado los años y ya no asocio las farmacias a las golosinas, aunque continúan gustándome, quizás porque tengo la suerte de haber hecho buenas amigas en la farmacia del barrio y de vez en cuando paso a saludarlas para charlar un rato con ellas o ha llevarles alguna cosa de postre los días que tienen guardia (y que conste que no tiene nada que ver que todas sean jóvenes, guapas y simpáticas).
Os sugiero que la próxima vez que vayáis a vuestra farmacia, la miréis de otra manera, como un lugar agradable y no solamente como el sitio al que vais cuando estáis enfermos, recordad que no hace tantos años, productos que ahora sería impensable ir a comprarlos en una farmacia, sólo se podían encontrar en ellas: el chocolate, la leche de almendras, los caramelos, la gaseosa y la limonada o una cosa tan insólita como el betún.
Para que practiquéis un poco, aquí tenéis una receta de las que se preparaban en las farmacias.
Otro día os contaré por qué celebré la comida de Año Nuevo, de este año, en una farmacia, pero amigos esto es otra historia.
Por cierto, antes de que me olvide, un beso muy fuerte al personal de la farmacia.
Boada-Lloro, gracias por todo.
LIMONADA GAZOSA (receta original)
Ingredientes:
7,5 de ácido cítrico 1,0 de oleosacaruro de limón 500,0 de agua destilada 10,0 de jarabe simple 3,0 de bicarbonato sódico
Preparación:
Disuélvase el ácido y el oleosacaruro en el agua; añádase el jarabe, fíltrese y póngase el filtrado en una botella de agua mineral de tamaño conveniente, que quede completamente llena con el líquido; añádase el bicarbonato sódico, córchese inmediatamente la botella y átese el corcho.
La botella se deja en reposo unas cuantas horas en la cueva o mejor en un armario frigorífico. Después se agita con precaución y está preparada para usarla.
Puede conservarse en las cuevas corrientes 3 días y en los armarios frigoríficos hasta 8 días.
GASEOSA CON SABOR A LIMÓN (receta actual)
Ingredientes:
5 gr. de ácido cítrico 2 gotas de esencia de limón œ litro de agua mineral 3 cucharadas de jarabe (azúcar y agua) 3 gr. de bicarbonato sódico
Preparación:
Mezclamos bien el ácido cítrico y las 2 gotas de esencia con el agua, le añadimos el jarabe, lo removemos bien y lo colamos con la ayuda de un colador fino. Lo ponemos en una botella (a poder ser que cierre herméticamente) añadimos el bicarbonato, lo tapamos bien y lo dejamos reposar varias horas en la nevera. Antes de beberla, la tenemos que remover suavemente unos segundos.
Cuando la abramos tenemos que ir con cuidado.
-- Para contactar con el autor de este artículo: solagdc@wanadoo.es
Para mí la cocina es pasión. Es una forma para exponer mi personalidad y mis sentimientos. Y es el lugar donde pongo mi granito para ayudar a cambiar el mundo a un mundo más verde y más sostenible
mi cocina como una cocina de autor siempre basada en la cocina Mallorquina.Siempre buscando el producto de temporada. Mi libro de cabecera es Memòria de la cuina Mallorquina del escritor manacorí Antoni tugores.
Si algo caracteriza los panes de Jordà es el riesgo y la pasión que le mueve a crearlos, siempre para que clientes grandes o pequeños, disfruten de una aventura gastronómica.
Trabajar con pasión, día a día, utilizar las mejores técnicas, y trabajar con el mejor producto. Sin equipo, no somos nada. Aprender, todos y cada uno de los días , y sobre todo HUMILDAD. Cuanto mas es la grandeza del cocinero, mayor debe ser la humildad.
Me fascina la repostería, no hay tarta o postre en el que no ponga mi mejor empeño, pero lo que más me entusiasma, es ver cómo disfrutan los míos cuando lo prueban, eso sí que me llena de satisfacción!