La lechuga es una de las hortalizas más consumidas a nivel mundial. Sin embargo, sus aportes nutricionales no son tan conocidos como cabría esperar.
Es una planta de cultivo anual, perteneciente a la familia de las Compositae, y cuyo nombre científico es Lactuca sativa. Tiene un carácter autógamo, y sus hojas se distribuyen alrededor de su tronco, como si de una rosa se tratase. Sin embargo, su color dista mucho del de estas hermosas flores: sus hojas van desde el pálido amarillo hasta los vivos verdes. Estamos ante una de las hortalizas más famosas del mundo: la lechuga.
De procedencia asiática según algunos; mediterránea según otros, lo cierto es que la lechuga está con nosotros desde hace miles de años. Se dice que los primeros en domesticarla fueron los hindúes, y que más tarde los persas se encargaron de expandirla por la costa Europea, empezando por Grecia y terminando el Roma, hace aproximadamente 2.500 años. El Imperio Romano y los pueblos costeros se encargarían, más tarde, de extenderla por el resto de países de interior que aún no la conocían.
Lo cierto es que a día de hoy esta hortaliza es vista por muchos como un elemento que acompaña a otras comidas, generalmente carnes, o que sirve para hacer dieta. Sin embargo, gracias a la proliferación de los invernaderos, que han hecho posible el cultivo de numerosas especies de lechugas durante todo el año, la variedad que éstas nos ofrecen es tan amplia que sería un error pensar en relegar a la lechuga a ese segundo plano.
La multitud de lechugas existente se diferencia entre sí, por norma general, en la tonalidad, forma y tamaño de sus hojas. El tipo de lechuga más consumida en nuestro país es la denominada lechuga Romana, de hojas alargadas e intenso verde. Le sigue la lechuga Iceberg, que es la típica redonda y de un verde más apagado. Este tipo de lechuga pertenece a las denominadas "lechugas acogolladas", que tienen unas hojas muy apretadas alrededor del tallo, siendo en ocasiones similares a un repollo. Una última especie, dentro de las más comunes en nuestro país, serían las lechugas de la especie Batavia, cuyos ejemplares presentan unas hojas muy decorativas, más o menos rizadas y con una gama de colores que van del marrón al rojizo.
El aporte de calorías de la lechuga es muy bajo, mientras que es rica en vitamina C, K, A y E. Además, su composición es de un 94% de agua, y nos aporta mucho potasio, calcio y fósforo. Junto a todas estas cualidades nutricionales, la lechuga es capaz de limpiar nuestro organismo, depurándolo gracias a su función sobre el hígado, y además su alto contenido en fibra la convierte en un alimento ideal para combatir el estreñimiento y limpiar así nuestro cuerpo.
A la hora de comprar nuestras lechugas, elegiremos aquellas más oscuras, pues serán las más nutritivas. Esto es así porque el sol hace que los cultivos de primavera y verano desarrollen más nutrientes que los de otoño e invierno, siendo el color intenso un distintivo de haber recibido más sol que el resto de ejemplares.
En la cocina, podemos innovar y, en lugar de relegarla a su uso en ensaladas y guarniciones, preparar con ella purés o salsas, por ejemplo. Algo que no todo el mundo sabe es que se debe esperar hasta justo el momento antes de servirla para aliñarla, para que no pierda frescura. Además, es bueno saber que las de color oscuro aceptan mejor los aliños fuertes, mientras que las de colores claros prefieren los suaves. En la nevera, una semana será la fecha máxima antes de que nuestra lechuga pierda toda su frescura.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |