Un bar estadounidense inventa un curioso aparato que promete revolucionar la manera de tomar una copa.
Natalia Llopis Benito
Llegas al restaurante y pides la carta de vinos. La abres y te fijas en los nombres y en los precios, para qué lo vamos a negar, y pensando en un punto intermedio entre el nombre más original y el más sencillo, y el precio más caro y más barato, escoges el que crees que será el vino perfecto. Unos minutos después, el camarero (elegante con su servilleta colgada del brazo) se dedica a descorchar la botella y a servirte en una copa un poco del maravilloso caldo. Lo pruebas, haces que entiendes de vino, frunces un poco el ceño como si hubieras notado algo especial en el vino, y das tu aprobación. Entonces nuestro querido camarero, rellena las copas de los comensales una a una, y todos disfrutamos de la bebida durante la comida.
Este es el ritual normal de tomar una copa pero, ¿te atreverías con otro? En el Lounge Bar Red Kiva de Chicago sí lo han hecho. Este local ofrece entre sus propuestas la posibilidad de consumir alcohol inhalado, en lugar de bebido, gracias a un instrumento llamado Vaportini, un vaporizador creado y desarrollado por uno de los propietarios del establecimiento, Jack Palmer.
El artilugio está compuesto por un globo de cristal del tamaño de una naranja que apoya sobre un soporte, un vaso de cerveza, en cuyo interior se coloca una pequeña vela que actúa como fuente de calor. Para su utilización debe rellenarse el globo con el correspondiente alcohol, dejar calentar el tiempo suficiente e introducir una pequeña pajita en el globo, a través de la cual se aspiran, con la nariz, los vapores alcohólicos.
Los que lo han probado, afirman que la sensación es cuanto menos curiosa y no apta para todos los gustos ni paladares. La sensación que produce al probarlo es que “está caliente, conserva su aroma y durante un instante, aunque sea breve, produce una especie de zumbido”.
Pero, ¿qué novedades trae este objeto a la hora del sabor? Bien, su creador, Palmer,destaca que la inhalación es una forma más suave, sabrosa y sutil de probar una bebida alcohólica; que se absorbe directamente en el torrente sanguíneo y no pasa a través del tracto digestivo, lo que le otorga la ventaja de no aportar ninguna caloría ni carbohidratos ni impurezas. Además, asegura, los efectos del consumo de alcohol se sienten de forma inmediata, por lo que resulta más fácil beber de un modo responsable.
Todavía no sabemos si esto será un éxito implacable o un fracaso rotundo, pues cierto es que será bastante difícil llevar a los paladares expertos en vino, a hacerles renunciar al tacto del maravilloso jugo de uva.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |