Que la vendimia está más cerca se aprecia a simple vista. De hecho, empieza a darse estos días el envero, la fase que indica el momento de maduración óptima de la uva y que marca la cuenta atrás para su recogida. Más allá de su importancia en el proceso de elaboración del vino, es digno de ver por su belleza y uno de los momentos favoritos de los viticultores.
El envero es un proceso que tiene lugar en verano y se caracteriza por ese tintado de los campos de viñas, que se colorean de rojos y azulados en el caso de las variedades tintas y de amarillos y rubios en el de las modalidades blancas. Este momento va seguido del aclareo, la eliminación de los racimos que no cuentan con la calidad exigida por la bodega con el fin de que la uva restante, la seleccionada, reciba más recursos de la cepa.
El momento concreto del envero depende, por tanto, de la uva y del clima, pero tiene lugar en verano, generalmente en agosto. De hecho, en algunos viñedos ya tienen previsto que se produzca la semana que viene, como en el caso de
bodegas Protos, que anuncia que el envero de sus uvas podrá verse
entre los días 10 y 14 de agosto. Esta bodega cuenta con más de 1.400 hectáreas repartidas por toda la geografía de la
Ribera del Duero, con viñedos que abarcan las provincias de
Valladolid, Burgos y Segovia.
Tras el envero, se analizan las uvas y, según su
nivel de dulzor y de acidez se puede determinar, parcela por parcela, el momento exacto en el que comenzar la
vendimia. Antiguamente, esta fecha la calculaban los propios viticultores de forma manual,
catando las uvas directamente de las vides.
Las fases más destacadas de la evolución de un viñedo son el control y el seguimiento de la poda y de los abonados, en invierno, y, ya desde primavera, el control de lo que se conoce como “operaciones en verde”: la poda en verde, el desnietado, el deshojado, del despunte y el aclareo de racimos. Y, sin duda, el envero es una de las más vistosas, así que si queréis disfrutarla en persona, este es el momento.