Sara López
La soja ha sido un producto fundamental en la cultura oriental. Poco a poco su consumo se ha ido generalizando también en occidente, gracias a algunas de sus características, sobre todo en forma de “leche de soja “, denominación que no es 100% veraz, puesto que realmente es una bebida que se obtiene del remojo y filtrado de la semilla de soja, previamente hervida y aplastada. Quizás, su nombre responde a criterios marketinianos, puesto que alguien que se plantea sustituir el consumo de leche de vaca, busca antes otro tipo de “leche”, en lugar de otro tipo de bebida.
Las propiedades de la leche de soja distan bastante de las de la leche de vaca.
El punto fuerte de la bebida de soja está en sus proteínas: posee una cantidad de estas muy similar a las de la leche de vaca, pero además, al ser de procedencia vegetal, son más beneficiosas para nuestro organismo. Esta característica es muy importante para aquellos que por motivos de veganismo evitan el consumo de leche procedente de animales, puesto que, para ellos es importante consumir vegetales con alto valor proteico en compensación de la no ingesta de carne.
Otro gran pro es que, el contenido de la bebida vegetal está libre de colesterol, lo cual atrae a personas de mediana edad, o mujeres que se encuentran en edades cercanas a la menopausia. La ausencia de la lactosa, que sí está presente en la leche de vaca y resulta problemática para muchos intolerantes, hace que se convierta en un sustitutivo adecuado para alérgicos.
Además el aumento de la demanda de este producto ha provocado que pase de las estanterías de tiendas especializadas a supermercados y grandes superficies y por lo tanto su precio ha sido reducido, lo cual incentiva su posicionamiento en el mercado, y ha llegado a establecerse como un competidor relativamente fuerte para la leche de vaca. Actualmente un tetrabrik de leche de soja cuesta entre 1 euro y 1,50. También es cierto, que ahora podemos encontrar versiones enriquecidas de este producto; con extras de vitaminas o con calcio. Y por otro lado, productos originalmente lácteos, han lanzado su versión a base de soja: podemos encontrar batidos de soja, zumos con soja o yogures de soja.
Pero es cierto que la bebida también encuentra sus detractores, especialmente cuando se habla de ella como sustituto de la leche. Algunos, ven en todo esto, una estrategia de la algunas empresas de la industria alimentaria. Por otro lado, se defiende que todos los complementos que se añaden a este tipo de bebida como el calcio, el omega 3 o algunas vitaminas, son artificiales y difícilmente asimilables por el organismo.
Al fin y al cabo decidir entra la leche de soja o la leche de vaca es una cuestión que cada uno deberá valorar y juzgar tratando de obtener la máxima información posible y viendo los efectos que para sí mismo tiene cada una. Lo cierto, es que las opiniones ha día de hoy son confusas y existen pocos estudios que den datos claros. Supongo, que como suele ocurrir, el tiempo dará la mejor respuesta.