La dieta vegetariana consiste en el no consumo de los productos cárnicos, pero dentro de esta práctica podemos encontrar distintos grados. Algunas personas no admiten el consumo de los productos que provengan de los animales y, debido a ello, quedan exentos de la utilización de la leche, la miel o los huevos, por ejemplo. A estas personas con unas restricciones tan estrictas se las denomina “veganas”, aunque, el veganismo es mucho más que una dieta, ya que estas personas, por motivos éticos en favor de los derechos de los animales, rechazan la utilización de los productos de origen animal en el resto de los ámbitos de su vida, ya sea vestimenta, ocio, etc. Aquellos que pueden consumir leche se les denominará lactovegetarianos (podrán por tanto, consumir también los derivados de la leche, como el queso o los yogures), mientras que los que optan por el consumo de huevo se les denominará ovovegetarianos.
La palabra “vegetariano” surgió por primera vez en 1842, con la fundación en Mánchester de la Vegetarian Society. A diferencia de otros tipos de dietas, como la naturista, se permite la cocción y fritura de los alimentos.
La comida naturista, por otro lado, rechaza el consumo de carne animal, pero no del pescado, por lo que es muy recomendable para aquellos que no son muy amantes de la carne. Puesto que esta dieta es más utilizada para adelgazar que como estilo de vida, existen una serie de alimentos prohibidos, como el azúcar, las grasas, la carne, el marisco o el alcohol. Estos deben ser sustituidos por frutas, verduras, hortalizas, legumbres, arroz, cereales, huevos, yogur, queso o frutos secos. Sin embargo esta dieta no es apta para niños o adolescentes, ya que pueden no quedar cubiertas sus necesidades de calcio, hierro y vitaminas.
Por último, la comida macrobiótica propugna el consumo de los alimentos de una manera proporcionada para conseguir el equilibrio y salud, tanto física como mental, del cuerpo y la mente. Surgió en Japón y fue traída a Europa en los años ’30 y se basa en los conceptos del yin y el yang, a partir de los cuales, con la alimentación adecuada podemos eliminar los excesos de yin o de yang para conseguir el equilibrio buscado.