El país de las “caipirinhas” se convierte en amante del vino. Poco a poco aumenta la importación de sus vinos blancos y espumosos e incluso cuentan ya con ruta del vino.
Brasil es un país que no para de crecer económicamente gracias a eventos como las olimpiadas o el mundial de fútbol de este año. En los próximos años se va a convertir en un referente global y nuestro mercado vinícola no puede quedarse atrás. En la última década este país ha aumentado la producción e importación del vino y vinos espumosos, demostrado que no solo la cerveza y la “caipirinha” les gusta.
Aunque es cierto que el consumo vinícola sigue siendo muy bajo (1,9 litros per cápita) si lo comparamos con otros países de la regíos. Los brasileños consumen 60 litros al año de cerveza y 20 litros de cachaza, ingrediente destilado de sus famosas “caipirinhas”. Pero según afirma Andreia Gentilini (directora de promoción del Instituto Brasileño del Vino, Ibravin) el consumo del vino está en aumento. Ya no solo tienen la costumbre de beberlo en fiestas puntuales, sino también el resto del año.
El vino brasileño está muy favorecido por la subida del dólar y por el comercio interior. En 2013, los vinos finos brasileños contaron con una excelente venta, más que los vinos importados. Ibravin se encarga de fomentar los mostos de origen brasileño destacando sobre todo los vinos blancos y espumantes. Se espera que en 2016 el aumento del consumo de vino sea tal que llegue a los 2,6 litros per cápita.
Aunque en Brasil la mayor competencia sea la cerveza, se ha creado un nuevo consumidor y un nuevo bebedor. Las cifras apuntan que en 2004 solo lograron importar 39,1 millones de litros de sus vinos y que fue subiendo hasta alcanzar el 79,55 millones en el 2012. Los exportaron a Argentina, Chile, Francia, Italia y Portugal.
En la ciudad de Bento Gonçalves, cerca de Porto Alegre, encontramos la región más europea de Brasil y aunque sea algo muy raro allí se encuentra la ruta del vino. Si cierras los ojos y piensas en Brasil imaginas playas y “caipirinhas”. Pero este país además de eso cuenta con este destino ideal para los amantes del vino. Como tierra de inmigrantes empezaron a llegar europeos en 1875, sobre todo italianos. Poco a poco fueron ganando terreno y estableciendo viñedos y sus propios núcleos urbanos.
Cuentan con todo lo característico de una ruta del vino que, perfectamente, podría ser en España. La Coperativa Vinícola Aurora es uno de los hitos más importantes de esta ruta y la primera en abrir sus puertas al público, una bodega clásica y moderna. También tienen un parque temático haciendo referencia al legado italiano, allí recrean la forma de vida de aquellos inmigrantes. Y para los más aventureros pueden encontrar turismo rural con molinos, chacras y cantinas; allí pueden realizar la excursión “Caminos de Piedra. Patrimonio Histórico de Río Grande do Sul”. Los más exigentes pueden hospedarse en el hotel y spa de primera clase Do Vinho Caudalie; famoso por sus vistas y sus ofertas de vinoterapia.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |