Aunque no lo crean lo único que tienen en común es el modo en que han sido conocidos todos estos platos, porque por increíble que les pueda parecer su nexo de unión se encuentra en el lavavajillas. Como lo oyen porque cocinar utilizando el calor del lavavajillas puede ser una opción interesante, sabrosa y creativa además de ecológica.
¿Si utilizamos el lavavajillas de manera habitual para lavar los platos porque no aprovechar esa energía para cocinar? Por sorprendente que pueda sonar la pregunta lo cierto es que no existen contradicciones porque mientras lavamos los platos sucios, las recetas propuestas en Cocinar con el lavavajillas (Larousse, 2013) se cocinan con el calor y el vapor generado por este electrodoméstico al que su autora, Lisa Casali, ha encontrado una nueva funcionalidad.
Lisa Casali es bloggera y apasionada de la alimentación y la cocina sostenibles, y es la responsable de esta revolucionaria y, a priori, inusual técnica de cocina que ha pasado por distintos análisis para confirmar la eficacia y salubridad de la nueva técnica culinaria.
Así lo explica Casali en el prólogo en el que añade que la idea tiene origen español. Fue una amiga de España la que con reducida cocina y muchos invitados en un momento dado improvisó hasta llegar a utilizar el calor proporcionado por el friegaplatos.
Y de ahí, Casali que ya contaba con experiencia en la cocina e interés en ahorro de energías, el lavavajillas y los alimentos pasaron a ser el objetivo para el desarrollo de recetas, de empleo de las diferentes temperaturas con las que funcionan estos electrodomésticos para dar con el punto de cocción perfecto, y al empleo de prácticamente un solo recipiente para culminar con éxito , eso sí, hermético.
Cocinar donde parecía imposible es ahora una realidad y además es posible hacerlo con platos relativamente complicados.
Olviden o alejen convencionalismos porque cocinar mientras realizan un lavado rápido, ecológico, normal o intenso no es en absoluto ni una chifladura ni una película de ciencia ficción.