Ayer, repasando los WhatsApp del teléfono que durante la noche mantengo en silencio
me encontré con sendos mensajes de mis buenos amigos Manuel Isoler y Rafael Rincón en los que me comunicaban la muerte de María Isabel Mijares García-Pelayo, entrañable amiga de tantísimos años, primera enóloga española mujer en presidir un Consejo Regulador del Vino, la Denominación de Origen del vino Valdepeñas, y coordinadora general del equipo TEAM, que elabora anualmente la Guía Repsol de vinos.
Como parece que le ocurrió a Jorge Luis Borges, estaba solo y no había nadie en el espejo. Me llegó una nota de estupor y profundo dolor de Sara Cucala que tampoco contemplaba su reflejo en el cristal. “Salgo a pasear”, me dijo en estado de shock. Luego recibí el artículo dominical de Marina Castaño y recordamos juntos la receta de Alcachofas con almejas que me escribió hace veintidos años para mi libro El discreto encanto de la alcachofa, donde Mijares tuvo el atrevimiento y la grandeza de dedicarle un capítulo al acompañamiento vinatero de un producto que, junto a los espárragos, se considera vinícolamente inasociable.
Al título Cuatro vinos para una alcachofa… Matrimonio feliz o divorcio divertido, seguía este texto de María Isabel: “La alcachofa es una deliciosa planta comestible y sanísima hasta el punto de que puede usarse como medicina estabilizadora en los problemas hepáticos, incluso accidentales como la “resaca”. Tiene una enorme capacidad de consumirse en múltiples preparaciones culinarias que cambian totalmente las sensaciones sensoriales que nos puede producir esta deliciosa planta.
Siempre se ha hablado en cambio de su dificultad de adaptación a cualquier tipo de vino llegándose incluso a un rotundo diagnóstico “las alcachofas no van bien con ningún vino”.
Tras mucha búsqueda a veces con combinaciones un tanto variopintas, he llegado a encontrar algunos vinos que con las alcachofas naturales sin complicados condimentos pueden llegar a dar o un matrimonio feliz o un divorcio divertido. Esos vinos, que tienen en común ser blancos y secos, pero que en cambio son muy diferentes, serán los siguientes:
Se ha muerto María Isabel Mijares, con quien tanto queríamos, y en el tanatorio me encuentro con un hombre bueno, José Peñín, considerado como el escritor de vinos más famoso de habla hispana, y el crítico con mas experiencia de España en materia vinícola. En un corrillo de nostalgia y pesadumbre, nos dice que, en grupo dilatado, Isabel era una mujer joyeux, instruit et amusant, pero socarrona y mordaz en las distancias cortas. Es alguien a quien respeto, como todos, por su inmensa sapiencia enovitivinícola. Por eso me gustaría saber, como último homenaje a la ida, qué le parece lo antedicho alcachofero por ella en 2002.
Quedo a la espera. Y entretanto, amiga en lo material ya ausente, nuestros mejores deseos de que la tierra, el viento y el vino te sean leves, livianos y etéreos. Nosotros nos quedamos con el pensamiento de Miguel de Unamuno: “¡Qué solos nos quedamos los vivos!”.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |