Al comprar los electrodomésticos de una casa hay que pensar bien en el uso que se le va a dar a cada uno. Los electrodomésticos de la cocina y, en especial, las placas de cocina son unos de los más usados. Normalmente se usan de 2 a 3 veces por día, por lo que es importante poner especial atención a la hora de elegir correctamente.
Cuando tenemos que elegir la placa de cocina tenemos dos opciones principales: Las vitrocerámicas y las placas de inducción. Aunque su estética es muy similar, su funcionamiento y características no tienen nada que ver.
Las placas de inducción son la alternativa más moderna y la que nos permite ahorrar más, pero son muchas más las ventajas con las que cuentan frente a las vitrocerámicas tradicionales, por lo que si estás en proceso de decisión te recomendamos que leas detenidamente este artículo.
A continuación, enumeramos algunas de las ventajas principales de las placas de inducción:
Si estás acostumbrado/a a usar vitrocerámica, este será uno de los aspectos que más te sorprenderán. Las placas de inducción calientan prácticamente al doble de velocidad que la vitrocerámica.
Si con una vitrocerámica debemos esperar unos 10-20 minutos (depende de la cantidad) para que el agua hierva, con una placa de inducción bastará con esperar 5-10 minutos. Esta es una de las grandes ventajas de esta tecnología, aunque ya te avanzamos que tendrás que acostumbrarte a ello cuando estés cocinando varias cosas a la vez.
Otra de las grandes ventajas de las placas de inducción es la flexibilidad con la que cuentan, ya que permiten adaptar la zona de calentamiento al tamaño del recipiente. Muy útil cuando estás usando recipientes pequeños.
Esta funcionalidad también sirve cuando estamos cocinando con recipientes muy grandes, ya que podemos aprovechar varias zonas a la vez para calentar el mismo recipiente.
Del primer punto y del segundo deviene la tercera ventaja de este tipo de placas. La eficiencia energética, es decir, algo que a todos nos importa mucho: el ahorro.
Las placas de inducción se calientan con la acción de un imán electromagnético, que necesita mucha menos energía que la que requiere el calentamiento de una resistencia eléctrica.
Además, al calentarse mucho más rápido y contar con zonas flexibles, las placas de inducción nos permiten no malgastar energía y, por tanto, poder ahorrar más en nuestra factura de electricidad.
Se estima que el ahorro de las placas de inducción frente a las vitrocerámicas puede llegar al 45-50%.
Uno de los principales riesgos de la cocina son las quemaduras. Las placas de inducción tienen la gran ventaja de que no se calientan, ya que transfieren el 100% de la energía al recipiente que están calentando.
Esto significa que cuando estamos cocinando o cuando ya hemos terminado, no existe riesgo de quemarnos si tocamos por accidente la placa. Algo a tener muy en cuenta en hogares en los que hay niños.
Al no alcanzar temperaturas tan altas, evita que los alimentos que se desprendan mientras cocinamos queden pegados a la placa y así podamos limpiar fácilmente con solo pasar una bayeta.
Esto nos ayuda a que la placa no se dañe rápidamente, tenga un aspecto más bonito y brillante y que nos dure muchos más años.
Como ves, no hay duda de que si lo que buscas es un mayor rendimiento de tu placa de cocina y, al mismo tiempo, quieres ahorrar en tu factura de electricidad, una placa de inducción es la opción ideal para tu nueva cocina.
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |