Mantengo un idilio con el valle de Pineta que procede de una década atrás, cuando conocí el histórico Kanguro Truchero.
Ocurrió por casualidad, después de descubrir este paraíso terrenal perteneciente al Parque Nacional de Ordesa. Aquel ascenso a los Llanos de Lalarrí, apto para todas las edades, se ha convertido en una cita anual innegociable. Visitarlo entre semana, y fuera de los bulliciosos meses de julio y agosto, es una experiencia sensorial difícil de relatar. Allí arriba, en el silencio respetuoso que impone la situación, el que muestras cuando entras a un templo, se pueden contemplar las cascadas del Cinca por enésima ocasión, boquiabierto, sin prisas, y cada vez con una mirada distinta que ayuda a comprender mejor nuestra relación con ese inmenso entorno natural.
La bellísima caminata de retorno en dirección a Bielsa, mitad a pie y el resto en vehículo, transcurre entre los ríos Cinca y Barrosa. Por el retrovisor del coche vemos alejarse el recomendable Parador Nacional. Y, a la altura de Javierre, de súbito nos topamos con el embalse de Pineta, de cuyas aguas parece emerger el Bistró Kanguro Truchero.
Se trata de un pequeño establecimiento dotado de personalidad propia, ubicado en una cabaña pintoresca que ha preservado la identidad con la que nació, hace más de 50 años, de la mano de su fundadora y ex propietaria, Elizabeth Ferguson. La australiana mantuvo en plena forma el negocio durante dos décadas irrepetibles dada la situación estratégica del establecimiento. El proceso de construcción del túnel de Bielsa se convirtió en una ventana abierta a las tendencias artísticas europeas más rompedoras. Por aquí, comenzaban a entrar a España los primeros discos de los demoniacos Rolling Stones, y destilados de importación con nombres impronunciables.
Sin duda la apertura del túnel de Bielsa fue un logro descomunal. En los años 60 del pasado siglo, el alcalde de Saint Lary, con la ayuda de los de Bielsa y Aragnouet, lograron despertar el suficiente interés para acometer este imponente proyecto internacional.
En la actualidad, la comarca del Sobrarbe tiene una prolongación hacia Francia que goza de buen estado de salud. Nada más traspasarlo encontramos Aragnouet, uno de los primeros pueblos franceses al otro lado del túnel, que ve pasar a numerosos españoles en dirección a las próximas estaciones de esquí y localidad de indudable atractivo comercial, como Piau-Engaly, Saint Lary y Bagneres de Luchon.
En la mesa del Kanguro
Tras el regreso a Australia de su anterior propietaria, Ruth Polo, en sala, y Guillermo Esteban, en cocina, cogieron el testigo de la gestión del negocio. Estos valientes emprendedores se trasladaron con sus niños desde Zaragoza a Pineta, sabían que el reto sería complejo, pero tenían las ideas claras y el objetivo de transmitir al restaurante un estilo de vida alejado de convencionalismos.
En el Kanguro Truchero encontrarás una amplia terraza y un espacio interior de unos 50 metros cuadrados. Su aforo limitado, y más con la que está cayendo a causa de la dichosa Covid, hace casi indispensable efectuar la reserva previa.
El deseo de la pareja propietaria es que disfrutemos con los cinco sentidos, que nos dejemos llevar por una carta amplia, sorprendente y muy diversa, manteniendo la mente abierta y despojada de prejuicios.
Cuidado con las raciones, son muy generosas, conviene preguntarle a Ruth antes de lanzarse al desenfreno culinario. En cualquier caso, esos toques de cocina fusión, en perfecta convivencia con platos de corte convencional, y sus diversas opciones vegetarianas y veganas, harán que resulte complicada la elección.
La idea inicial, ya arraigada y desarrollada con creces, era ofrecer una experiencia gastronómica “sin fronteras culturales”, diseñada para públicos diversos que no defraudará a los vegetarianos más ortodoxos, a los carnívoros más exigentes, y a los que quieran viajar por el mundo con especias y sabores de una cocina que deambula entre el exotismo y el respeto por los numerosos productos agroalimentarios de alta calidad que habitan la provincia de Huesca.
Entre el largo homenaje gastronómico que nos dimos, puedo destacar: Peladuras de boniato, patata morada, alioli de huevo y aguacate; Croquetas de chipirones, queso, jamón, morcilla y cordero; Camembert típico del pirineo asado y acompañado de confituras; Hamburguesa de carne mechada “California” con ternera, queso Cheddar, guacamole, cebolla y cinlantro; y una deliciosa Crepe de cordero al estilo Pekín.
La carta de vinos y coctelería también se han renovado. Merece la pena dejarse recomendar por Ruth, sabe lo que hace. Te sugerirá propuestas como el Té de jazmín seco y rosas, o el Té chai de madreselva, canela y anís. A mí me recomendó hace ya muchos años un Evohé Garnacha (IGP Vino de la Tierra Bajo Aragón) que no me resisto a seguir pidiendo.
“Gracias a nuestra deliciosa combinación de ingredientes, estamos seguros de que nuestros platillos os encantarán –asegura Ruth-. Bistró Kanguro Truchero enamora paladares tanto locales como extranjeros. Además, abrimos todo el año, excepto unos días en septiembre y otros poquitos en primavera y siempre tratamos de sorprender, y transmitir nuestro afán de sostenibilidad y cuidado del excepcional medio que nos rodea".
Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |