Magaceda Serrano
El mazapán es uno de los principales protagonistas en nuestra mesa navideña. En España, se fabrica en muchos lugares pero, muchos aseguran que fue en el convento de San Clemente (Sevilla) donde se hizo por primera vez. Ochocientos años después las religiosas de este convento continúan con su elaboración.
Este dulce es una masa fina resultante del amasado de almendras crudas, peladas y molidas con distintas clases de azúcar. También, es uno de los productos más conocidos y demandados en el convento de Santo Domingo de Silos ( Toledo) donde las monjas cistercienses elaboran diversas especialidades de este dulce.
En el escudo de Toledo hay un rey sentado, lo que en árabe se traduce como ‘Mantha-ban’ y cuentan que esta es la razón de ser del nombre de este dulce manjar.
Pero en los conventos de muchas ciudades españolas se realizan dulces muy diversos de forma artesanal y con mucha dedicación. Algunos, como los mantecados y polvorones, son típicos de la navidad y otros, como las delicias de trufa, roscones de huevo, bocaditos de nata o tejas se pueden disfrutar en cualquier ocasión.
Las yemas monacales de Santa Teresa y de San Leandro se encuentran entre los dulces más demandados de la repostería religiosa. Cuentan que las de Ávila se hicieron populares cuando Santa Teresa las probó y quedó entusiasmada con ellas.
Las andaluzas se hacen exclusivamente en el Monasterio de San Leandro puesto que los esfuerzos por imitarlas no han dado resultado.En ambos casos, los ingredientes son los mismos: yema de huevo, azúcar y unas gotas de limón. Son ideales para una merienda acompañadas de un chocolate o un café.
Expoclausura es una muestra de esta artesanía religiosa que se realiza cada año con el fin de mostrar a sus asistentes los productos más preciados que se elaboran en nuestros monasterios y conventos. La edición de 2012 tuvo lugar del 6 al 12 de diciembre y en ella se presentaron productos variados de hasta 42 conventos. Imagínense la cantidad de delicias que están a nuestro alcance y que podemos degustar y al mismo tiempo ayudar al sostenimiento de la vida religiosa de clausura.