Las 'Startups' entre Fogones

Son miles las personas que se han convertido en millonarias gracias a la salida a Bolsa que ha tenido Facebook, Twitter o Linkedin. Parece ser que cuentan con una gran liquidez y una de sus pasiones es la gastronomía. Llega hasta tal punto que se está convirtiendo en una nueva fuente de negocio. Apostando por la comida natural, de calidad orgánica y creatividad mediterránea.

Esto no significa que solo se han creado cientos de restaurantes, sino que ha fomentado que las startups hayan tomado la gastronomía como su próximo negocio en el que invertir. El sur de la bahía de San Francisco han sido testigos de como firmas importantes de capital riesgo (Obvious, Founders Fund…), Business angels (Brad Feld), jugadores americanos (Tom Brady) , actores (Matt Damon) y líderes mundiales (Bill Gates) invierten en este tipo de proyectos relacionados con el sector alimentario.

Las startups se han convertido en tendencia mundial. En el español todavía no contamos con una traducción formal, pero para que lo entendamos son una especie de incubadoras de empresas. Incuban ideas que las compañías emprenden de la nada para convertirlas en empresas rentables y, entonces, venderlas a corporativos. Hasta hace poco tan solo les interesaban los temas totalmente tecnológicos pero han ido ampliando sus intereses. Ahora mismo abarcan casi todas las áreas: calzado, juguetes y, su nueva religión, la comida.

Lo que pretenden es revolucionar el concepto de negocio gastronómico enfocándolo hacia el de empresa tecnológica. Ese es el motivo por el que en las startups los objetivos no giran entorno a lo típico y tradicional, si no a la creación de algo diferente. Innovar a través de la invención de nuevos clases de alimentos e incluso recuperar aquellos alimentos que ya no se encuentran en nuestras dietas. Aunque también se centran en objetivos menos ambiciosos como la conexión directa entre los productos y los consumidores o cambiar el concepto del plato precocinado por el plato gourmet listo para comer.

Centrándonos en el objetivo de la innovación alimentaria, se platean crear huevos o carnes elaboradas a partir de plantas. El fundador y presidente de Hampton Creek Foods, Josh Tetrick, considera que el sistema alimentario carece de innovación. Por ese motivo innovó con el huevo. Elabora un huevo con las mismas propiedades organolépticas con las que cuenta, pero a partir de guisantes, soja y otras plantas. Tal es la similitud que Bill Gates y Tony Blair no fueron capaces de distinguir el huevo clásico con la versión química.

Si hablamos de la recuperación de alimentos hablamos de Megan Miller, cofundadora de Bitty Foods. Ella apuesta por la recuperación de las 1.900 especies comestibles de insectos que sus sabores recuerdan a los frutos secos, los cereales e incluso los cítricos. Quiere cambiar el concepto de que los insectos son comida para los más desfavorecidos. Los saltamontes (también conocidos como chapulines) se comen en México como popular aperitivo e incluso en Dinamarca, el chef Red Redzepi del restaurante Noma ofrece en su carta larvas de polillas y grillos.

Por ahora este mercado cuenta con cifras modestas, pero el crecimiento de esta nueva industria augura un futuro prometedor. Esto supone una gran oportunidad de cambio para el concepto de gastronomía habitual y, sin duda, para los inversores una nueva forma de ganar dinero.