Eva Martín
El especialista en dulces de El Celler de Can Roca está empeñado en que el helado también es cosa de invierno y, para convencernos de ello, ha creado un “bocadillo” relleno de helado. Se trata de un bollo brioche que puede comprarse en su heladería de Girona, Rocambolesc.
Para llevar a cabo su idea, Roca ha contado con la ayuda de Andreu Carulla, quien ya participó con él en la creación de Rocambolesc. El resultado de su unión profesional es una especie de sandwichera que funciona como una máquina selladora que atrapa el helado frío dentro del brioche caliente. Además, la máquina deja impresa la R de la familia Roca en el panecillo.
La masa del brioche es ligeramente hojaldrada y hace las veces de caparazón, sustituyendo al cucurucho típico, al que Roca siempre descartó por dulzón para esconder la sorpresa que viene con el primer bocado: su interior helado. De este modo, el consumidor se ahorra la incómoda tarrina al mismo tiempo que disfruta de una mezcla caliente/frío que sorprende.
Para el pequeño de los Roca, conseguir que su heladería abra todo el año -sólo cierran en enero- es cuestión de hacer que la gente tome conciencia de que el helado y los sorbetes no tienen por qué marcharse con las estaciones calurosas. Es necesario, pues, un cambio de chip cultural para convencer al cliente de que el helado está igual de bueno en verano que en invierno.
Y lo está consiguiendo: su heladería está siempre a rebosar de gente. Curiosamente, y al contrario de lo que cabría esperar en una heladería ambientada con una decoración de cuento infantil, entre sus clientes destaca el público adulto. “No son los nietos los que traen a los abuelos, sino al revés”, asegura Roca. En su caso, es posible que también influya el hecho de contar con una oferta en constante evolución que vas más allá de los clásicos cucurucho y tarrina. Y es que Rocambolesc también elabora kits para elaborar postres con base de helado en casa.
Este reto invernal interesa también a otros profesionales, como el riojano Fernando Sáenz Duarte, quien propone probar a “desayunar magdalenas con helado” y considera que “es genial que Jordi dinamice el panorama y cree una corriente” porque “en general el helado de invierno es una batalla perdida en España”. Sin embargo, esta “batalla perdida” está teniendo éxito... ¡Al rico helado de invierno!